Víctor Zamora quiere una dentadura a lo
Pepe Cortisona con el regalo de Farkas

El poeta

Edad: 33 años | Estado civil: casado | Hijo: 1

Es uno de los mineros que ha soportado dolor de muelas todo este tiempo… y que han debido llevarlo con valentía, porque no existe ninguna posibilidad de acceder a un dentista. Lo primero que hará al salir, dijo en una carta, será correr al dentista… “y me voy a hacer tira los $5 millones de Farkas para dejarme la dentadura como la de Pepe Cortisona”. Claro que no será necesario, porque en el hospital de Copiapó ya está dispuesto que sea también atendido por su drama bucal.

Dueño de un sentido del humor muy especial –que sólo su mujer, Jéssica Cortés, es capaz de comprender— le escribió durante los primeros días “No te amo… pero te quiero”. “Lo hace sólo para molestarme, para decirme que está de buen humor, que a pesar de todo no ha perdido su chispa”, explica ella.

Oriundo de Tierra Amarilla, a Víctor le dicen Cantinflas. “Es desfachatado, relajado, habla cabezas de pescado y se dedica a hacer reír a la gente a costa de sus errores”, cuenta su hermano.

El buen humor, sin embargo, lo combina con un poder de mando apabullante: no deja que su mujer dé entrevistas a los medios sin antes pedirle autorización a él y le pidió a Jéssica que llevara una cuenta exacta de todos los gastos que se hagan en su ausencia. Ella, enamorada y acostumbrada a estas normas, le obedece sin chistar.

Para conocer la personalidad y los proyectos de Zamora, nada mejor que leer una de las cartas que le envió a su mamá Nelly Bugueño: “Hola, mamá: Me gustó tu carta. Todos los días rezamos acá. He pedido muchas cosas a Dios y hasta el momento no me ha fallado. Es rico saber del calor de la gente, se nota que me hice querer. Saludos a todos los hermanos de tu iglesia, diles que estoy tan agradecido por sus palabras, que en lo profundo de la tierra hay un rayo de luz y ése es mi camino, por eso la fe es lo último que se pierde. Mándale saludos a mi hermana, que también tenemos que hablar, por eso Dios me dio otra oportunidad para hacerlo. Nací de nuevo. Somos 33 mineros, tengo 33 años y Dios tiene 33 años. Es una coincidencia como para un milagro, por eso me da más fuerza para seguir adelante. Ya madre, me despido porque me cansé de escribir muchas cosas. Ahora soy un poeta, ya tengo muchos admiradores: psicólogos, comunicadores, palomeros y muchos más. Ya mamá, cuídate. Te quiero mucho. Mamita: Gracias por estar acompañándome y rezando para que las cosas salgan bien. Un saludo afectuoso a la hermana Ely, se le agradece todo lo que hace. A la hermana Alicia, igual dígale que rece. También al pastor y a todos los hermanos de la iglesia. Mami, recibí la bandera. Está muy linda, aquí la tengo y voy a salir con ella cuando salga de acá. Por eso estoy tranquilo, y cuando salga tienes que rajarte con muchos completos y muchas empanadas, para comer todo lo que encuentre, jajaja. Mami, tranquila, y fuerza para todos allá afuera, y a esperar hasta que salga. Ya mami, me despido porque tengo que salir a la disco, jajaja. Ya, chao mami. Te quiero”.

Víctor también es uno de aquellos mineros que espera otro hijo. Cuando dice que se ha transformado en un “poeta” se refiere a las líneas que escribió estando bajo tierra:

“No puedo más, lo único que pensé en ese momento decirles a mi esposa e hijos que lo lamento. Ellos con ansias esperándome, en esa puerta llegar, aquí adentro me puse a llorar. Pasaron unos días sin saber de nada, sale un sondaje en la madrugada… Ya lo otro ustedes lo saben amigos míos, la voz de chilenos habíamos oído”.

"Ahora soy un poeta, ya tengo muchos admiradores: psicólogos, comunicadores, palomeros y muchos más".

Su familia asegura que tiene un humor apabullante, lo que demuestra en sus cartas.

También derrocha autoridad: No deja que su mujer dé entrevistas a los medios sin antes pedirle autorización. Y Jéssica debe llevar una cuenta exacta de todos los gastos mientras Víctor esté encerrado.