Carlos Mamani escribe cartas de amor a su esposa

El boliviano

Edad: 24 años | Estado civil: casado | Hija: 1

La presencia de un boliviano entre los 33 llamó la atención desde un comienzo. Surgieron entonces hasta chistes, de mal gusto, como el que circuló por correo electrónico: “Estamos bien, en el refugio, los 32… nos comimos al boliviano”.

Más tarde Carlos se enteró de esa broma y rió de buena gana.

Hombre de pocas palabras, a Mamani se le ha podido ver poco en los videos que se graban a 700 metros bajo tierra… En sus apariciones, sin embargo se ha encargado de agradecer “la buena onda” y la “gran acogida” que ha tenido entre sus compañeros de labores.

Una de las escenas más conmovedoras que se pudo ver durante los días de espera en el campamento Esperanza fue a Emily, la pequeña hija de un año de Carlos, acariciando la pantalla de la televisión al ver, ¡y reconocer!, a su papá en las imágenes.

Sus cartas, como ninguna, desbordan ternura: “Hola mi amor, cómo estás mi vida, mi reina. Quiero decirte que te amo mucho, con todo mi corazón más que nunca. Y decirte que yo estoy muy bien y me siento con más fuerza de vivir la vida contigo mi amor”, le escribió a su esposa Verónica Quispe.

Hace algunas semanas, la mujer contó que cuando recibió esa primera carta lloró toda la noche. Hoy casi sabe de memoria cada palabra escrita en aquella hoja cuadriculada de cuaderno. Cuando habla, lo hace mordiendo la rabia: “El está en el infierno”, asegura.

El enfado de la mujer nació porque considera que en los primeros días no existió preocupación de las autoridades de su país.

En los videos se ha podido ver a Carlos, con el torso desnudo, dedicando unas palabras a su familia y, también, a Bolivia. Verónica (20 años) se asombró entonces al ver que su esposo “está muy flaco, algo raro… su rostro, no sé, porque a él nunca le ha gustado tener barba”, cuenta. Pero no entrega más detalles de la vida de su marido.

Eso sí, orgullosa muestra sin pudores sus cartas. La que más le gusta es la que dice que, cuando recibió el primer mensaje de su mujer, “lloré con todo mi sentimiento de alegría. Yo siempre estuve con fe que yo iba a salir de este lugar y nunca dejé de pensar en ti y en mi hija y por la familia (sabía) que algún día iba a salir de este infierno. Pido todos los días al Señor que me saque”. Lo importante, aclara, “es que estoy sano y salvo y espero que me rescaten para verte y agarrarte a besos, Verónica mi amor y decirte nuevamente que tú eres mi vida”.

(A su esposa) "Estoy sano y salvo y espero que me rescaten para verte y agarrarte a besos, Verónica mi amor, y decirte nuevamente que tú eres mi vida".