Jimmy tiene un problema: su papá no lo deja casarse. Y él ya le prometió matrimonio a Helen Avalos (17), a través de una de sus cartas… así que cuando salga tendrá que sentarse a conversar in extenso con los dos.

“Tiene apenas 19 años, le queda mucho por vivir, por disfrutar, por conocer gente… no puede ser que porque se quedó encerrado en la mina ahora vaya a apurar todos los planes. Está bien que quiera estar con la Helencita, que la quiera y todo… pero ¿casarse? Si el matrimonio es algo serio pues”, dice don Eugenio.

Jimmy es, por lejos, el menor de los mineros atrapados: tiene apenas 19 años. Por su corta edad y por la inexperiencia en la minería es que ha dicho que está “cag… de miedo” al interior del yacimiento. “Desde antes que tenía miedo. A veces tenía sueños, como pesadillas, en las que se quedaba en un derrumbe. Al salir de la casa, todos los días, se persignaba”, cuenta su padre.

Han sido los otros 32 los encargados de animar a Jimmy, de entregarle responsabilidades en los trabajos bajo tierra para que se distraiga y, en la medida en que conozca más el trabajo, vaya perdiendo sus temores.

Los planes de Jimmy para su vida a futuro no han cambiado mucho, cuenta su familia: quiere seguir trabajando para terminar con sus estudios secundarios y poder independizarse de su padre. Quiere vivir con Helen y la pequeña hija que tienen. Y le gustaría, siempre lo ha dicho así, “tener su propio negocio, un restaurante o algo parecido”, relata la polola.

Como fanático de la Universidad de Chile, Jimmy recibió la visita “telefónica” de un grupo de “los de Abajo” (la barra de la U): llegaron hasta el campamento Esperanza para darle ánimo a su seguidor y regalarle una bandera con el “chuncho”.

En el colegio de Copiapó donde estudiaba, Jimmy era un mal alumno… se quedó repitiendo una vez y sus notas en “conducta” dejaban mucho que desear, otra razón por la que su padre quiere que se centre en los estudios y consiga una carrera técnica que le permita, con seriedad, pensar en un futuro en familia.

En una de sus cartas reconoció que “Echo de menos a mi mamá y sus almuerzos. No me reten al Diego (el hermano de 5 años) y cuídenme al perro”.