Juan Carlos Aguilar añora que su esposa le rasque la cabeza

Jefe de turno. El regalón

Edad: 49 años | Estado civil: casado | Hijos: 2

María Teresa Velásquez, suegra de Juan Carlos Aguilar asegura que “El es un hombre que llegó a la vida de mi hija para mejorarla. Una persona tan buena tenía que volver”, aunque fuera desde 700 metros bajo tierra.

La familia es de la comuna de Los Lagos y por eso Cristy Coronado, la mujer de Juan Carlos, ha viajado varias veces de norte a sur y viceversa para acompañar a sus hijos y a la vez estar en el campamento Esperanza.

Juan Carlos, hombre de pocas palabras, ha escrito contadas cartas desde el fondo del yacimiento. No quiere, ha explicado, que queden tantos recuerdos de una situación tan traumática. “Pero lo que sí ha hecho es decirnos que no nos olvidemos de todo lo que nos quiere”, dice Cristy… “a veces, incluso, nos manda saludos y besos en las cartas de otros mineros”.

A Juan Carlos, bajo tierra, lo bromean diciéndole que es demasiado “regalón” de su mujer . Lo que más echa de menos es que le hagan cariño en la cabeza —tal como él contó en una de las tertulias que han tenido—, labor que, como es obvio, nadie ha querido cumplir en lugar de Cristy.

Aguilar trabaja en las minas del norte desde los 19 años. Por eso su mujer confió en todo momento que debido a la gran experiencia que posee, su marido asumiría cierto liderazgo en la contención de los atrapados.

Poco amigo de escribir cartas, a veces manda besos a su familia en las misivas de compañeros.