José Henríquez pidió 33 biblias y dirige los rezos dos veces al día

El guía espiritual

Edad: 56 años | Estado civil: casado | Hijas: 2

El almacén de Hettiz Berríos, en pleno centro de Talca, se ha transformado en un centro de información: allí vecinos y familiares comentan cada boletín noticioso que emiten los canales de TV con nuevos datos desde la mina San José.

Y es que Hettiz, la guapa esposa de José Henríquez, ha sido de las pocas mujeres que decidieron continuar con sus vidas y no asentarse en el campamento Esperanza. “Debo seguir con mi negocio, porque de esto vivimos... además de que José quiso que así fuera”, explica.

Otra de las razones por las que sólo una de sus hijas está en la mina, esperando, es que el propio Henríquez les ordenó que no gastaran innecesariamente el dinero, estando lejos de casa. “Siempre ha cuidado mucho la parte económica. Dice que la plata es un préstamo de Dios y que, por eso, hay que administrarla muy bien, sin despilfarrarla”, cuenta su hija mayor.

“José no tiene vicios, no es muy bueno para salir tampoco, es más de estar en su casa”. Hettiz se alegró mucho cuando supo que, en lugar de cigarrillos, José pidió comida... “es que estaba tratando de dejar el pucho... ojalá lo logre”.

En su calidad de evangélico, José ha sido el guía espiritual del grupo. Consiguió que su iglesia les enviara 33 biblias en formato de bolsillo y todos los días, mañana y tarde, dirige un momento de oración al que se unen casi todos sus compañeros.

José es un hombre introvertido, muy cariñoso con su mujer y sus hijas. Quería dejar la mina porque, tal como decía, “estaba mala”. En enero protagonizó un rescate del que, finalmente, también fue víctima: auxilió a tres compañeros que se habían desmayado al interior de la mina San José, al parecer debido a la presencia de un gas... pero cuando sacaba al cuarto, él también se desvaneció y quedó botado. Debió se trasladado de urgencia al hospital de Copiapó, donde lograron estabilizarlo.

Esa experiencia, cuenta su mujer, “lo marcó... desde ese día que hacía planes para buscarse otra pega”.

Dentro de la mina, José ha tratado de dejar el cigarro. A la salida se verá si lo logró.