Richard Villarroel: Su madre le dijo que abajo se haga hombre

El "niño mimado"

Edad: 26 años | Estado civil: soltero

Al día siguiente del derrumbe ya se había creado un sitio en Facebook titulado como “Fuerza Richard”. Lo habían hecho sus amigos de Coyhaique, como demostración de que mantenían la fe viva en un posible hallazgo.

Hoy el sitio tiene más de 500 “amigos”, que se han unido también para comprarle un ajuar a la hija del Richi que viene en camino…

El día en que hablaron con los mineros a través de videoconferencias, la mamá de Villarroel, Antonia Godoy, comentó que “fue muy emocionante. La verdad es que daban ganas de sacarlo de ahí de la pantalla”.

Lo más increíble en la historia de Richard es que él jamás le había contado a su mamá que se había ido a trabajar al norte en una mina “porque yo no lo habría dejado, por lo peligroso”. Entonces doña Antonia se enteró de todo de un sopetón: “No sólo supe que estaba enterrado, algo que me tuvieron que explicar… porque no entendía qué hacía metido allá abajo. Entonces un amigo de él me contó que en realidad él no estaba trabajando como comerciante, como me había dicho, sino que como minero (…) No me enojé con él sólo porque estaba en apuros”. De lo contrario, asegura medio en broma medio en serio, “lo habría agarrado a cachuchazos”.

Quienes conocen a Richard lo describen como un niño en el cuerpo de un adulto. Si bien ya tiene 26 años, sigue coleccionando figuritas de álbumes y jugando computador, tal como lo viene haciendo desde los 11 o 12.

“El no crece. Es un niño mimado. Así que yo le he dicho que abajo se haga hombre, que madure… que ayude con las tareas que haya que hacer, porque es flojo rematado. Le pedí a los familiares del Luis Urzúa (el líder) que lo apuntalaran bien apuntalado, que le sacaran trote y me lo manden derechito de vuelta”, cuenta Antonia.

A su salida, tal como ha contado en las cartas, quiere “organizar muy bien la fama” que tendrá y sacarle provecho a esta experiencia. Una prima le recomendó que podría dar charlas en universidades e institutos contando su experiencia y entregando herramientas de supervivencia.

Anímicamente –y de modo “muy curioso” para los médicos— Richard no ha sufrido mayores variaciones desde que quedó enterrado: “Casi podría decirse que su espíritu sigue intacto, como si nada hubiera pasado”, comenta uno de los psicólogos que lo asesora. Esa señal, sin embargo, es también una luz de alerta pues al salir “podría desmoronarse de un día para otro”.

Tanto al principio (izquierda) como en días recientes, Richard ha mantenido un estado de ánimo constante. Esto inquieta a los médicos.