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información @Empresa El Mercurio S.A.P., editor del diario La Segunda.
Por Ignacia Romero y María Eliana Verdugo
Al día siguiente, Arturo Frei estaba de cumpleaños y por petición del entonces senador vitalicio, fue a visitarlo nuevamente. “Me regaló unas colleras que aún conservo. Conversamos un poco nada más, porque estaba muy mal”. Al llegar a Santiago se desataron los problemas, los dimes y diretes. “Nunca nadie se reunió conmigo. Todo lo que dijeron fue por los diarios. Fue tremendo”, confiesa. Y acota que “fui ligado a Pinochet sin ser pinochetista. Me pasaron al tribunal de disciplina (en la DC) sin tener razones. Supe que me iban a expulsar y renuncié”.
“NO ME RETIRÉ A TIEMPO”
De su candidatura –en que obtuvo un 0,38%- el mayor recuerdo que queda es el jingle: “Arturo Frei Bolívar, uno como usted”. Y, pese a que en ese momento estaba seguro de lo que estaba haciendo, ahora, mirando en retrospectiva, asegura que “no tomé la decisión de retirarme en el momento oportuno. Cuando lo pensé seriamente ya era tarde y todos dirían que me estaba vendiendo a Joaquín Lavín. Frente a eso, prefería salir a la calle con la frente en alto aunque sacara cuatro votos. Por eso que llegué hasta las últimas consecuencias”.
Su campaña tuvo problemas de organización y de financiamiento. “Yo no debí haber sido candidato, no tenía plata, meterse de tercero era muy difícil, pero yo estaba muy choreado con la DC, porque en vez de respetar una carrera política consecuente de toda una vida,
se portaron muy mal conmigo a raíz de lo de