Realizado por alumnos de la Carrera de Periodismo de la Universidad de Desarrollo.
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información @Empresa El Mercurio S.A.P., editor del diario La Segunda.
Por Mathias Meier y Cristián Dávila
“Con 40 años se sigue siendo joven en la política. Siento que tengo fuerzas para rato y también muchas cosas por hacer”, declaró con una felicidad innegable en su rostro Yasna Provoste el día en que ganó por primera vez una elección popular. Era el domingo 7 de noviembre del año pasado, y la ex Ministra de Educación resultaba elegida con un 75,74% para presidir la Democracia Cristiana en Atacama.
A pesar de su destacada carrera política, Provoste nunca se había enfrentado en una votación popular. Su mano derecha, Fredy Ramos, quien la acompaña desde su paso por el Ministerio de Educación, dice que está muy agradecida del apoyo que recibió en Atacama y pretende que ello perdure en el tiempo. Porque los planes de Yasna Provoste no se reducen a una elección interna de su partido. Sus más cercanos colaboradores concuerdan en que desde ahora quiere que su carrera política vuelva a tomar rumbo ascendente.
Y es que la acusación constitucional en su contra, que la destituyó de su cargo en 2008 y la dejó inhabilitada de ejercer cargos públicos por el caso subvenciones escolares, es para ella y su entorno un mal recuerdo. “Ella sólo quiere dejar atrás esa mancha injusta que le puso gente mal intencionada. Yasna tiene mucho que aportar todavía, ella es mucho más que esa historia”, afirma su padre Carlos Provoste.
Las portadas de los diarios del 17 de abril de ese año hablaban por sí solas: Yasna Provoste Campillay había sido destituida como ministra de Educación tras un bullado proceso que había comenzado en febrero de 2008 con un complejo informe de Contraloría y terminaba con la ex secretaria de Estado llorando con un
pañuelo blanco frente a un Congreso repleto de partidarios y detractores.
EN POLITICA, DESDE LOS 14 AÑOS...
Forjada en su natal Vallenar, educada profesionalmente en el puerto de Valparaíso y ya famosa a gran escala en los gobiernos de Lagos y Bachelet, la ex ministra se interesó por la política a muy temprana edad. Siendo una adolescente de 14 años, se introdujo en la Juventud Demócrata Cristiana, partido donde milita hasta el día de hoy.
La ex Secretaria de Estado es hija de dos microempresarios de buses de la zona donde destaca el apellido de su madre, Campillay, de ascendencia diaguita. El ex vocero Francisco Vidal asegura que en Provoste siempre “resaltaba su carácter de mujer parada de la hilacha y su orgullo de pertenecer a una etnia indígena, estaba constantemente ejemplificando con ello y enfatizaba sus raíces”.
“Es una mujer firme y perseverante”, asegura Ángela Jeria, madre de la ex Pesidenta Michelle Bachelet.
Y algunos ex colaboradores la recuerdan como una jefa rigurosa y exigente: “fue severa en algunos llamados de atención hacia gente que no hacía su tarea o si los informes que le entregaban no se apegaban a lo que pedía”, recuerda Alejandro Traverso, ex Seremi y colaborador de Provoste en Educación.
Ex campeona nacional de gimnasia deportiva, y también una destacada atleta —fue campeona del pentatlón— en sus inicios como estudiante siempre fue una líder: en el Liceo San Francisco de Vallenar fue presidenta del centro de alumnos, y también estudió Educación Física en la Universidad de Playa Ancha.
