SANTIAGO.- El equipo médico que trata a Rodrigo Avilés Bravo, el estudiante de la Universidad Católica que quedó en estado grave tras incidentes registrados en la marcha por el 21 de mayo de Valparaíso, decidió dejarlo en coma inducido, mientras se teme un empeoramiento de su salud.

Según fuentes médicas, el joven presenta un deterioro en su estado general, y "está en riesgo vital".

El padre del joven, Felipe Avilés, explicó a radio Biobío que la decisión de inducirlo al coma se tomó tras practicarle un nuevo examen, el cual reveló que presenta un aumento en su presión arterial.

Así, para evitar el agravamiento de su estado de salud, el personal médico del hospital Carlos van Buren, tomó dicha medida.

"La situación no es muy alentadora, él está en un coma inducido para poder estabilizarle la presión del cráneo, ha habido una alza de presión inesperada que lo tiene en una situación muy complicada. Si no reacciona con esta inducción, en unos momentos más se le va a hacer una inducción más profunda esperando que el cerebro reaccione, y nos quedamos a la espera de lo que su organismo diga", señaló el progenitor al medio radial.

"Si no responde con esa acción médica, estamos frente a un escenario complejo y de bastante más gravedad de lo que hoy está, entendiendo que ya se encuentra grave", añadió.

Sobre el incidente en que su hijo resultó herido, el padre señaló que, de acuerdo a antecedentes recopilados, "Carabineros acorrala a este grupo de estudiantes que se manifestaban, los encierran y le disponen a una distancia de tres metros, la presión de los chorros de agua, y eso hace que mi hijo sea tumbado al suelo de forma inusitada y se golpee la cabeza en la acera. Ciertamente hay una acción criminal de parte de los carabineros que así actuaron, esto no es un accidente como se ha dicho".