Por varios años el número de alumnos que copiaba sus trabajos alarmaba a los profesores, pero gracias a programas tecnológicos, sanciones y otras medidas, las casas de estudios aseguran que el fenómeno disminuyó notablemente.
SANTIAGO.- Durante un largo tiempo, el fenómeno del copy-paste estuvo muy presente en los establecimientos educacionales del país, que veían cómo los estudiantes recurrían a diversos trucos para hacer trampa en la elaboración de sus trabajos.
Sin embargo, por primera vez, los planteles aseguran que esta tendencia se ha revertido notablemente, debido a las medidas de control antiplagio que han implementado.
Claro que el trabajo tomó bastante tiempo, como lo explica el ingeniero civil eléctrico Juan Velásquez, que junto a otros profesores de la Universidad de Chile, crearon "Docode", uno de los primeros programas dedicados a detectar plagios en las universidades del país.
La idea de Docode tuvo origen hace seis años. Cuando internet se encontraba en pleno periodo de expansión acelerada. Velásquez se encontraba dando una charla sobre los beneficios de un mundo totalmente conectado, cuando fue interrumpido por una profesora, que le advirtió que no todo era positivo, ya que la copia de trabajos podría ser incentivada aún más por la web.
En ese minuto, Velásquez se percató que estaba siendo testigo de un fenómeno naciente: el "copy/paste". Así, junto al apoyo del resto de los académicos, nació Docode, programa que examina la originalidad de los contenidos de un texto, ya sea trabajo académico regular o tesis, arrojando un porcentaje de plagio.
Ésta fue una de las primeras medidas antiplagio, ya que en el marco de este proyecto, los profesores además desarrollaron una encuesta que abarcó tres ciudades y que les permitió constatar que el 55% de los alumnos de enseñanza media y un 40% de enseñanza superior habían copiado alguna vez algo directo de la web.
Con estos datos, los profesores empezaron a implementar en la Universidad de Chile este programa, logrando disminuir en un 90% el "copy/paste", ya que desde la primera clase se les avisa a los alumnos que se utilizará este software.
Así, Docode, que compara todos los documentos con publicaciones en línea o bibliotecas digitales, ganó el premio "Mundial de plagio" en Holanda, en su primera versión (ahora van en la 3.0).
Corregir y formar: otras formas de control
Si bien los profesores se muestran preocupados por la influencia que tiene internet en la vida acedémica de los jóvenes, hay docentes que prefieren formar a los estudiantes en base a la confianza.
Felipe Kong, académico de la facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, asegura que ha disminuido la cantidad de personas que han sido expulsadas por plagio en la casa de estudios, y lo atribuye a que trabajan en base "a la confianza y la credibilidad". "No tendemos a ser policías ni investigadores de plagio, porque lo que buscamos es corregir y formar", señala.
"Nosotros les decimos que ellos se validan entre los propios compañeros y si alguno de es sorprendido copiando o plagiando su reputación como futuro profesional cae al suelo, por lo que nosotros damos estos refuerzos antes de cualquier otra sanción", agrega Kong.
Asimismo, sostiene que los programas para detectar el plagio son buenas herramientas, pero "para uno como profesor incomodan, porque son más de tipo perito criminalístico que de formación".
Algo similar piensa el director de la escuela de Comunicaciones de la Universidad Santo Tomás, Darío Cuesta, quien indica que en esta facultad, que incluye periodismo y relaciones públicas, también han frenado el plagio, atribuyéndolo a que "tenemos una política muy clara en base a la confianza y educación, y eso nos ha funcionado".
Al mismo tiempo, Cuesta dice que dentro de su escuela no obligan a sus docentes a usar algún tipo de software o programa que detecte el plagio, por lo que su utilización queda a criterio de los profesores.
En esta facultad el año pasado detectaron siete casos de plagio, de un total de 350 alumnos. Cinco de ellos fueron en primer año y dos en proyectos de título.
Por su parte, Juan Eduardo Vargas, vicerrector de pregrado de la Universidad del Desarrollo, afirma que como institución le otorgan al profesor el cargo de ministro de fe, por lo que sí utilizan softwares especiales para cotejar si los estudiantes han incurrido o no en plagios.
Reglamentos y sanciones
Todas las universidades tienen publicadas en sus reglamentos las sanciones que arriesgan los alumnos que plagian, que pueden ir desde nota 1 en la evaluación, a expulsión de la casa de estudios, dependiendo de la gravedad.
El académico de la facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, indica que las sanciones que arriesgan sus alumnos en estos casos dependen del tipo de plagio que cometen, que puede ser citar mal y copiar trabajos en un 100%. En ese caso se exponen a reprobar la asignatura e incluso a ser expulsados.
Lo mismo ocurre en la Universidad Católica, donde en el artículo 10° de su reglamento califican como infracción académica el "plagiar u ocultar el origen de la información en investigaciones y trabajos en general". Las sanciones pueden ir desde una amonestación verbal o escrita, inhabilidad temporal o permanente para realizar ayudantías o intercambios por la PUC, suspensión de uno a cuatro períodos académicos, hasta la expulsión.
En tanto, en la escuela de Comunicaciones de la Universidad Santo Tomás tienen calificado el plagio en tres categorías: leves, menos graves y graves. Para estos puntos existen dos tipos de sanciones: una es realizar trabajos o labores en beneficios de la comunidad, y la otra es la suspensión de toda actividad académica por un semestre.
Mientras que en la Universidad del Desarrollo sostienen que en su reglamento establecen un proceso de sanciones que va desde la amonestación escrita en la hoja de vida del alumno, nota 1.0 en la evaluación e, incluso, en situaciones de especial gravedad, nota 1.0 en el promedio final de la asignatura correspondiente, reprobando el ramo.
En el caso que estas conductas se repitan, la universidad puede tomar medidas como la suspensión del semestre y, en casos considerados de máxima gravedad durante el sumario, podría eventualmente aplicarse la sanción de expulsión de la casa de estudios.
