Hasta el momento, siete son los oficiales identificados que ya fueron suspendidos por la institución. Según las pesquisas, personal de franco que esa noche llegó para reforzar la seguridad tras un intento de fuga también estaría involucrado.
SANTIAGO.- Luego de casi dos semanas de intensas diligencias tras conocerse la golpiza que un grupo de reos sufrió el año pasado al interior de la cárcel de Rancagua, la Fiscalía de O´Higgins logró establecer que los presuntos responsables no sólo serían algunos de los gendarmes que esa noche se encontraban de turno: también lo hicieron oficiales de civil.
Ello, luego que en las imágenes que dan cuenta de los apremios que sufrió una parte de la población penal –según detallaron a Emol fuentes conocedoras de la causa- se percibiera la participación de personas que no vestían el traje institucional de Gendarmería de Chile.
De acuerdo a la hipótesis que maneja el Ministerio Público, éstos habrían llegado hasta el recinto carcelario una vez activada la alarma de emergencia tras el intento de fuga registrado la noche del 3 de agosto de 2013.
Ello, en el marco del Plan Enlace que la institución decretó para situaciones de emergencia y que establece la comparecencia de oficiales de apoyo a los centros de reclusión en escenarios de peligrosidad.
Sin embargo, y debido a la situación extraordinaria, su llegada no estaría registrada, lo que ha dificultado a la Fiscalía la individualización de los gendarmes que esa noche estaban de franco, pero participaron en la masiva agresión.
Hasta el momento, son siete los funcionarios suspendidos después de la reapertura del sumario administrativo ordenada por el propio ministro de Justicia, José Antonio Gómez, quien rechazó el actuar de los oficiales que tras desencerrar a los internos, procedieron a golpear con pies y palos a parte de la población penal.
Paralelamente, el Ministerio Público lleva adelante una investigación aún desformalizada por delitos de apremios y torturas a cargo del fiscal regional Luis Toledo, y los fiscales adjuntos Sergio Moya y Carlos Fuentes.
En el marco de las diligencias tendientes a aclarar el caso -que se inició tras la denuncia presentada por el jefe de Unidad de la cárcel de Rancagua de entonces, coronel Sergio Alarcón Aravena- la Fiscalía ya tomó declaración a algunos de los reos víctimas de la agresión y se espera que durante esta semana lo haga respecto al resto de los internos.
