Ambas partes fijaron un nuevo encuentro para el próximo 11 de agosto, con el objeto de continuar las negociaciones y lograr una salida previa al juicio civil.
SANTIAGO.- Sin acuerdo, pero con la intención de retomar las conversaciones, terminó este lunes la tercera audiencia de conciliación entre la Iglesia y los demandantes de Fernando Karadima por los supuestos actos de encubrimiento de obispos en materia de abuso sexual.
Así lo expresaron los abogados de ambas partes, quienes detallaron que se fijó una nueva instancia para el próximo 11 de agosto con el objeto de continuar las negociaciones y lograr una salida y evitar un juicio civil.
La audiencia estuvo marcada por la presencia del cardenal Ricardo Ezzati, quien por primera vez asiste a una audiencia de este tipo tras la demanda. Sin embargo, una vez finalizado el encuentro se retiró de la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones sin dar declaraciones.
La semana pasada, el filósofo José Andrés Murillo, el médico James Hamilton y el periodista Juan Carlos Cruz, expresaron a través de un comunicado que la etapa de conciliación había terminado sin acuerdo y, por lo tanto, se ponía fin a las conversaciones.
Ello, porque las víctimas de Karadima buscaban una indemnización económica, un acto de perdón público a quienes sufrieron abusos por parte de religiosos y el reconocimiento de la responsabilidad negligente por parte de la Iglesia en los abusos que se causaron durante más de 30 años, lo que no fue aceptado por la Iglesia.
Asimismo, pedían el pago de una reparación por perjuicios acorde "a la gravedad" de los hechos que alcanza una suma de $450 millones que tampoco fue acogido por el Arzobispado, lo que derivó en ese entonces en el fin de las negociaciones.
Ahora, sin embargo, se abre una nueva posibilidad para lograr una salida.
La demanda civil en contra del Arzobispado de Santiago se concretó en septiembre del año pasado con el patrocinio del abogado de las víctimas, Juan Pablo Hermosilla.
En ella, los afectados establecen que la Iglesia y sus autoridades cometieron negligencias sistemáticas al momento de abordar las denuncias de agresiones sexuales en contra religiosos, y específicamente de Karadima, condenado por el Vaticano a una vida de penitencia y oración, y actualmente retirado en el convento de las Siervas de la Caridad, en Providencia.
