Alan Gross dejó los calabozos del régimen de los Castro en el marco del acuerdo entre EE.UU. y Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas.
SANTIAGO.- En sus primeras palabras en suelo de Estados Unidos ya como un hombre libre, Alan Gross, el contratista intercambiado por prisioneros cubanos en el marco del acuerdo entre EE.UU. y Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas, agradeció el esfuerzo realizado por su familia y distintas autoridades para lograr su libertad.
En sus primeras palabras en suelo de Estados Unidos ya como un hombre libre, Alan Gross, el contratista intercambiado por prisioneros cubanos en el marco del acuerdo entre EE.UU. y Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas, agradeció el esfuerzo realizado por su familia y distintas autoridades con el fin de "restaurar" su libertad.
El profesional permaneció cinco años en la cárcel condenado por crímenes contra el Estado cubano. En su comparecencia frente a la prensa, se le vio de buen ánimo acompañado de su esposa, Judy.
"Quiero desear felices fiestas. Para mí es el mejor de los tiempos. Es una gran bendición ser ciudadano de este país, y muchas gracias Presidente Obama por todo lo que ha hecho", señaló.
"Dos errores nunca suman un acierto. Yo de verdad espero que podamos todos superar estas políticas que son mutuamente beligerantes", agregó.
El contratista además manifestó su agradecimiento a su esposa, Judy, "por su apoyo en estos cuatro años y medio", extendiendo el reconocimiento a políticos de distintos partidos.
"Es una enorme bendición el esfuerzo sin cesar por restaurar mi libertad… realmente los esfuerzos de muchas personas han sido valorables", insistió.
Por último, Gross bromeó señalando que "tan pronto como tenga una nueva dentadura, espero recuperar mi fortaleza para ayudar" en lo que le soliciten.
A cambio de su libertad, Estados Unidos excarceló a los isleños Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes se encontraban recluidos por crimines similares a los que le imputaban a Gross.
