Al menos una decena de aparatos militares y comerciales embarcaron a cientos de personas que se encontraban en Los Cabos, en Baja California.
CABO SAN LUCAS.- Un puente aéreo organizado por autoridades mexicanas evacuaba este martes a cientos de turistas "varados" en el balneario de Los Cabos, en Baja California, debido a la amenaza planteada por el avance del huracán Odile.
Los afectados, muchos de ellos extranjeros, debieron esperar varias horas bajo un intenso sol antes de embarcar en alrededor de una decena de aparatos militares y civiles que despegaron desde el aeropuerto local.
"Hace casi una hora que estoy formada bajo un sol de infierno, pero vale la pena con tal de salir de aquí", relató Sheilla Roach, universitaria estadounidense que permanecía desde el domingo en el lobby de un hotel.
Los rescatados fueron trasladados hacia Ciudad de México, Mazatlán y Tijuana.
El Gobierno azteca inició este martes la habilitación del puente aéreo. Debido al desabastecimiento de gasolina generado por la emergencia, cientos de turistas tuvieron que arrastrar sus maletas sobre el ardiente asfalto para llegar al aeropuerto.
La Secretaría de Turismo mexicana informó que la operación de salida se extenderá unas 48 horas más.
Graves daños materiales
Odile, reducida a tormenta tropical en las últimas horas, golpeó con fuerza el fin de semana el balneario de Los Cabos, dejando casi incomunicado al centro turístico de 238 mil habitantes.
Tras el paso del huracán, alrededor de 300 mil personas seguían sin energía eléctrica ni agua potable en La Paz, capital del estado mexicano de Baja California Sur según medios locales. La tormenta arrastró y volcó automóviles y dañó numerosos inmuebles.
Unos 30.000 turistas, 26.000 de ellos extranjeros y 4.000 nacionales, se encontraban en hoteles de la zona cuando el fenómeno tocó tierra.
Autoridades de protección civil señalaron que hasta este martes el huracán no había causado muertes, aunque provocó cuantiosos daños materiales.
Representantes consulares de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y otros países se trasladaron a la zona siniestrada para apoyar a sus connacionales.
En Los Cabos, áreas de la terminal aérea se inundaron, las ventanas se rompieron, se cortó la energía eléctrica y fallaron las comunicaciones telefónicas.
Al menos un techo del recinto colapsó. Una aeronave permanecía volcada sobre la pista y un muro de la torre de control se derrumbó.
Fuera del aeropuerto, una de las pocas tiendas de autoservicio que no fue saqueada el lunes regalaba víveres a quien tuviera paciencia de hacer una fila formada por cientos de personas.
"Están regalando todo lo que te puedas llevar en cinco minutos", señaló un hombre que salía del establecimiento con un carrito repleto de agua, papel higiénico y pan.
En tanto, la tormenta Polo, formada en aguas del Pacífico mexicano, amenazaba con convertirse en huracán y dirigirse por una ruta similar a la que tomó Odile, en paralelo a la costa occidental y en dirección a la península, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
