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Joven japonesa relata su vivencia del quinto terremoto más fuerte del mundo

Asami Otsuka no pudo regresar a su casa y se refugió en un hotel. A pesar que las réplicas continúan, su intención es volver a su hogar mañana.

por:  Por Pilar Lagos, Emol
lunes, 14 de marzo de 2011

SANTIAGO.- "(El suelo) se movía como un barco", relata telefónicamente a Emol vía Skype Asami Anny Otsuka (25). Y agrega: "Eran como olas fuertes".

Alrededor de las 14:46 (02:46 en Chile), Asami bajaba las escaleras del Roppongi Hills, un complejo de oficinas, departamentos, cafés y restaurantes ubicado en Tokio, y mientras se dirigía hacia la intersección de las calles sintió algo "raro".

Un terremoto de magnitud 8,9 Richter sacudió hoy la costa noreste de Japón, provocó un tsunami que alcanzó la región de Sendai, y además afectó la capital nipona.

Asami, quien iba camino a la estación de Shibuya -una de las más congestionadas- tuvo que hacer una larga fila junto a otros nipones que intentaban tomar la micro para llegar a dicha estación. El recorrido en autopista por lo general dura 15 minutos, pero esta vez demoró una hora y media.

"Todo se movía, parecía que los tornillos (del puente) se zafaban", explicó Otsuka. "En cada paradero, más gente se subía (al bus). Parecíamos sardinas. El chofer estaba muy nervioso", añade.

Al arribar a la estación de tren, se encontró con miles de personas que intentaban regresar a sus casas. Los empleados de la estación les avisaron que "las líneas privadas estaban cerradas aunque las públicas sí funcionaban". En tanto, las personas que se encontraban dentro de los vagones del tren tuvieron que evacuar por medio de los rieles.

Al ver que no tenía cómo regresar a su casa, Asami se dirigió al hotel Cerulean Tower, donde habilitaron una sala para que las personas se refugiaran. Tomó cuatro sillones, los puso contra la pared y ahí es donde está descansando. "Hay alrededor de 2.000 personas, algunas durmiendo en el piso. Se siente mucho frío", cuenta la joven.

El hotel no les brinda comida aunque los supermercados chicos denominados "conbini" están abiertos las 24 horas y las personas se están abasteciendo de comestibles en estos locales.

También hay personas que se están alojando en los ciber café (que también están abiertos las 24 horas) y en los lugares de karaoke.  "Sigue temblando, así que hasta mañana no regresaré a mi casa", dice y la comunicación se corta.

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