La revelación del equipo Movistar participará por primera vez en la ronda gala y tiene sus objetivos claros. "Quiero madurar", señaló.
SANTIAGO.- Tour de Francia 2013. Edición centenaria. 21 etapas. Tres mil 360 kilómetros. Y sólo cuatro ciclistas latinoamericanos: el brasileño Murilo Fischer (FDJ), el costarricense Andrey Amador (Movistar) y los colombianos José Serpa (Lampre) y Nairo Quintana (Movistar).
Quintana es el más joven del puñado, con 23 años. Recién cumple su segunda temporada en el equipo español y debutará en la ronda gala. El ciclista colombiano disputará la carrera sin presión, en apoyo a su líder Alejandro Valverde, y su objetivo es "aprender y madurar" de cara a disputar la victoria en la general en el futuro y, ojalá, ganar una etapa.
"Valverde es nuestro hombre. De todos modos tenemos un equipo bien balanceado en donde hay mucha gente de experiencia también, como es el caso del portugués Rui Costa, que también llegará al Tour en magníficas condiciones", aseguró el ganador de la Vuelta al País Vasco en abril pasado.
Según Quintana, con cuatro finales en alto y tres contrarreloj, una de ellas por equipos, el recorrido de la centenaria edición del Tour encaja perfectamente en las características de un corredor completo como Valverde.
"De todos modos la carrera va a estar muy disputada. Hay corredores muy fuertes a los que tenemos que vencer como el británico Christopher Froome (Sky), que está un poquito por encima del resto" por lo que ha demostrado este año y por la forma en que ganó la Dauphiné Liberé, superando a otros consagrados escaladores que en esa carrera presentan su "candidatura" a ganar el Tour.
Quintana considera que los puntos en donde se definirá este año la ronda francesa son las jornadas de montaña en los Pirineos y en los Alpes "mucho más que las jornadas contrarreloj".
El colombiano llegará a Córcega después de dos meses sin correr, con falta de ritmo evidentemente, pero algo que espera corregir en las primeras etapas. El colombiano reconoce que aunque hizo en su país una media semanal de 700 kilómetros en las que incluyó jornadas de más de seis horas diarias, "me puede hacer falta haber corrido algo antes del Tour para llegar con más ritmo".
Pero Quintana afirma que "la semana más importante es la última y el objetivo es estar bien entonces, como dice Eusebio (Unzué, el director del equipo). Ahora las piernas son buenas, solo espero que me acompañe la suerte en mi debut".
Más allá de lo que pase en este centenario Tour, Quintana se muestra confiado no solo en su presente, sino en su futuro en donde se ve, como mínimo, en el podio de una de las tres grandes carreras por etapas del mundo: Giro de Italia, Vuelta a España y Tour de Francia.
"Eso no será ahora, pero confío en que pronto alcanzaré mi madurez deportiva y me veo, por qué no, ganador de una de ellas", opina el corredor que además de ser un escalador nato se defiende bien en las cronometradas planas y los descensos.
