La piel y las vías respiratorias son los órganos que se ven más afectados.
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La alergia es una respuesta de hipersensibilidad mediada por mecanismos inmunitarios, frente a un antígeno externo, que se manifiesta por inflamación hística y disfunción orgánica.
“Estas respuestas tienen una base genética, y la característica clínica de la enfermedad depende de la capacidad de respuesta inmunitaria y parte de la exposición al antígeno”, explica el Dr.Gustavo Poblete, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.
La piel y las vías respiratorias son los órganos que se afectan con mayor frecuencia. Sin embargo, pueden afectar el sistema vascular, tubo digestivo y otros órganos. La anafilaxia es la forma más extrema de una reacción alérgica sistémica.
Según detalla el experto, uno de cada tres personas puede sufrir alergia alguna vez en su vida y la rinitis alérgica estacional, llamada también fiebre del heno, afecta a una de cada cinco personas.
Medicamentos
Existen numerosos fármacos para tratar los síntomas de la alergia, que actúan de forma distinta, que se encuentran en diferentes formas farmacéuticas como comprimidos, sprays nasales, ungüentos y gotas oftálmicas.
Entre los medicamentos que se consumen con más frecuencia están los antihistamínicos, corticoides y estabilizadores de los mastocitos. Según detalla el académico, los antihistamínicos H1 son eficaces y seguros en el tratamiento sintomático de urticaria, edema angioneurótico, rinitis, conjuntivitis estacional, dermatitis atópica, dermatitis por contacto y picaduras de insectos.
Es precisamente el consumo de los fármacos antihistamínicos lo que requiere de un cuidado especial, ya que son los más utilizados (Clorfenamina, Loratadina, Desloratadina, Terfenadina, Fexofenadina Cetrizina y Ketotifeno). “La elección de un antihistamínico depende principalmente de los efectos indeseables de cada uno de ellos. El más importante es la somnolencia, particularmente frecuente en el anciano, sin embargo en niños pequeños puede producir inquietud”, dice.
Sus efectos depresores centrales son potenciados por el alcohol y esto los hace especialmente peligrosos cuando el paciente realiza actividades que requieren franco estado de alerta. Otros efectos indeseables son sequedad de la boca y espesamiento de las secreciones bronquiales. Con menor frecuencia pueden producir trastornos gastrointestinales.
Gustavo Poblete aclara que estos medicamentos son más eficaces si se inicia temprano el tratamiento y menos eficaces si no se utilizan de forma regular. “El ketotifeno es el único antihistamínico que ha mostrado eficacia en el tratamiento profiláctico del asma bronquial, por lo que su uso se reserva para esta indicación”, afirma.
“Es importante considerar las posibles exacerbaciones de los efectos secundarios de los fármacos mencionados, cuando se administran con otros fármacos. Es necesario consultar al médico y al químico farmacéutico, de los riesgos potenciales, que significaría la coadministración de los fármacos antialérgicos con otros fármacos”, concluye el especialista.