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Cubanos en Miami rechazan "traición" de Obama por histórico acuerdo de la isla con EE.UU.

Los ciudadanos de la isla que viven en el estado de Florida creen que esta medida solo va a "beneficiar a Cuba" y no a quienes viven allí.

jueves, 18 de diciembre de 2014 / AFP.

MIAMI.- Los cubanos en Miami, ciudad estadounidense donde vive la mayor parte de los ciudadanos de la isla en ese país, rechazaron esta miércoles el histórico acercamiento entre Estados Unidos y Cuba como una "traición" del gobierno del presidente Barack Obama, aunque otros celebraron el anuncio.

"Es una traición", afirmó Carlos Muñoz Fontanil, uno de los manifestantes que por decenas llegaron durante la jornada al símbolo del exilio cubano, el Café Versailles en la Calle 8 de Miami, Florida, para mostrar su rechazo a la normalización de relaciones anunciada por Obama y su par cubano Raúl Castro.

"Las conversaciones (hacia la normalización) solo van a beneficiar a Cuba", afirmó este cubano que llegó hace 40 años a Estados Unidos, al tiempo que descargó su rabia contra el presidente Obama: "Se ha burlado de la Constitución".

Estados Unidos "marcha para el desastre, el país marcha hacia la izquierda. Este es un país que siempre respetó la Constitución", aseveró, mientras agitaba una pancarta que decía "La política de Washington es no negociar con terroristas".

"Es triste que Estados Unidos haya dado todo a cambio de nada", dijo el alcalde de Miami, el cubano-estadounidense Tomás Regalado, uno de los líderes locales que llegaron al Café Versailles a mostrar su solidaridad con los exiliados cubanos.

"Uno hubiera esperado que hubiera una petición de apertura democrática, de elecciones libres, de liberación de prisioneros políticos", pero "no se obtuvo nada a cambio" de Cuba, dijo Regalado.

"Yo sabía que eso iba a pasar, hace tiempo que él (Obama) viene con el lío ese", señaló Osvaldo Hernández, de la organización anticastrista Vigilia Mambisa.

"Grave error"

Grupos anticastristas repudiaron sobre todo que Washington haya intercambiado al subcontratista Alan Gross y a un agente que colaboraba con el gobierno estadounidense por tres espías cubanos que estaban en cárceles de EE.UU., tema particularmente sensible en Miami ya que estos últimos espiaron a organizaciones en la ciudad.

"Es un grave error" la excarcelación de los espías cubanos a cambio del fin del "injusto secuestro" de Gross, dijo el secretario general del Directorio Democrático Cubano, Orlando Gutiérrez-Boronat, en un comunicado.

"No creo que sea el trato que se le da al secuestrador", dijo en referencia a concesiones de Washington a La Habana Rosa María Payá, hija del disidente  swaldo Payá fallecido en julio de 2012 en un hecho que La Habana ha calificado de accidente mientras que los familiares del opositor insisten en que fue un atentado.

Beneficios para la gente

Pero la noticia del acercamiento entre La Habana y Washington tras más de medio siglo de enfrentamientos fue recibida por otros cubanos con agrado, en una muestra de la heterogeneidad de la población de la isla en Miami.

"Estoy de acuerdo en que Cuba y los Estados Unidos tengan relaciones para que ambos pueblos se conozcan y venga a Miami el dulce de guayaba y el azúcar y el mango y de aquí vayan para allá con mucho jamón y queso y que el pueblo de Cuba empiece a comer", dijo a Santiago Portal.

Una situación en la que ambos países tengan relaciones normales "es mejor, porque mi gente se beneficiaría", dijo Eduardo Deido, un estudiante de 19 años que llegó a los 5 años a Estados Unidos de la isla, mientras escuchaba música rap junto con otros amigos en la Calle 8 del barrio conocido como La Pequeña Habana.

Deido, quien dijo sentirse más cómodo hablando en inglés, tiene familiares en La Habana a los que envía remesas, y ahora espera que con la nueva situación pueda ayudarlos aún más o incluso "traerlos" al otro lado del Estrecho de la Florida, una franja de agua de 150 km que separa Florida de Cuba.

Y mientras los acontecimientos de la jornada provocaron irritación o alegría, otros cubanos se mostraron indiferentes."A mí ni me interesa Cuba. A mí no me afecta", dice Pedro Álvarez, de 79 años, 52 de ellos en Estados Unidos, en el Parque del Dominó, donde se reúnen a diario cubanos y personas de otros países latinoamericanos a pasar el día  jugando.

"¿Que mejoren las relaciones? Yo lo dudo después de más de medio siglo de peleas", agregó este jubilado.

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