Dentro de poco más de tres décadas, Beasejour y Junior no serían una excepción.
A 2040, los migrantes
pueden ser el 12% de la población. Y para el Mundial 2050, de 11 futbolistas, 3
van a provenir de estas generaciones de migrantes”, dice el profesor de la U.
de Chile y doctor en Sociología, Lorenzo Agar. Su pálpito se basa en cifras del
Registro Civil: entre 2010 y 2014, los nacimientos de niños de padre y madre
chilenos bajaron 1,8%, mientras que en ese mismo ese lapso los nacimientos de
niños con al menos un padre migrante crecieron 57% (son 6% del total, de todas
maneras).
Por ello, la llegada de
migrantes que condujo al gobierno a anunciar un proyecto de ley podría, hacia
mediados de siglo, convertir a la Selección “en una tan diversa como Perú,
Ecuador o Colombia”, dice el profesor de la U. Católica y PhD en Antropología
Biológica, Felipe Martínez. Eso llevaría —dice— a acercar los componentes
genéticos, porque “si uno compara los componentes amerindios, europeos y
africanos del chileno con el peruano, no son muy diferentes, salvo que en este
último hay más presencia africana” (ver recuadro).
Al Mundial de 2014, en
Chile habían jugado dos hijos de migrantes (Jean Beausejour y Junior
Fernandes), los que nunca han coincidido de titulares. Si se toma un lapso de
36 años (lo que falta para el Mundial 2050), Holanda es paradigmática: entre
los onces finalistas de 1974 y 2010 hay una diferencia de 4 hijos de migrantes.
Los inmigrantes en Holanda son el 11,7% de la población; en Chile, hoy son el
2,7%.
Ante la duda de si seleccionados
serán mestizos o hijos de dos migrantes, Martínez dice que históricamente las
colonias demoran en tener hijos con los habitantes autóctonos. Más optimista es
Agar, quien nuevamente esgrime cifras del Registro Civil: del total de
nacimientos con al menos un padre extranjero, el 46% fue de carácter mixto (60%
de padre chileno), mientras que los con ambos padres extranjeros fue 54% entre
2010 y 2014.
Respecto de los efectos
físicos, el profesor de la UC y PhD de la U. de Innsbruck Rafael Sánchez dice
que el mayor cambio sería en altura y velocidad, en especial si son
afrodescendientes haitianos, dominicanos, ecuatorianos o colombianos.