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Por Bernardita Braun

Pese a la guerra que le han dado, reaparece siempre de la mano del glamour o disfrazada de cool . Sus amantes resisten cualquier embestida.

Controversial por donde se las mire, las pieles se resisten a dejar la calle y las pasarelas. Algo pasa que, pese a las campañas más violentas en contra de los furs lovers , ni los insultos, ni los gritos, ni los videos más escabrosos parecen cohibir a sus apasionadas. Una pasión que siempre se asociará al lujo y al glamour .


En una industria que saca ronchas, el uso de las pieles parece no desencantar del todo. Cada año muere en el mundo una escalofriante cifra de animales, equivalente a la población de toda Francia. Y aunque los amantes de la moda hayan adquirido conciencia del macabro proceso que hay detrás de un espectacular abrigo de visón, no hay caso.

Ni las campañas protagonizadas por modelos top, diseñadores o estrellas de cine haciéndole asco a la piel; ni los videos que retratan la atrocidad de ver un animal siendo supuestamente despellejado vivo; ni la octogenaria Brigitte Bardot... nada ha sido suficiente para detener en seco este mercado. Y no consiguen boicotear definitivamente a los fur lovers .

Durante los 80, organizaciones pro animales tiraron por el suelo a la industria, desprestigiándola a tal punto que ésta tuvo que reinventarse para no desaparecer. Aquí es donde nació el centro de diseño Saga Furs en Copenhague, organización de marketing que representa y promueve a los productores de piel en Escandinavia, famosos por trabajar el 60% de la piel que se comercializa en el mundo. Año tras año, ahí desarrollan nuevas técnicas para utilizar la piel y llamar la atención de los diseñadores a nivel global. Y éstos no han podido resistirse a las novedades.

La calle y las pasarelas más importantes del mundo se han transformado en testigos de una pasión venerada durante cientos de años que, pese a las campañas del terror en su contra, ha vuelto a estar in.

Adolfo Fernández , uno de los pocos diseñadores que trabajan con piel de chinchilla en nuestro país, siempre se sintió atraído por ellas y reconoce que la piel ha vuelto a ponerse de moda. Según él, hombres y mujeres de todas las edades llegan a su taller en busca de ropa y accesorios elaborados con pieles, y éstas son tan recurrentes en las pasarelas, que "prácticamente ya son un básico en las colecciones de invierno, y se usan cada vez más en las de verano".

Noelle Haddad , dueña de la tienda Tacklers y amante de las pieles por herencia familiar, cuenta que en sus colecciones siempre ha incluido diseños elaborados en visón, zorro y conejo que importa desde Italia y que son armados en nuestro país. "Lo más llamativo es que, pese a la controversia, he notado que las chilenas están buscando piel y por eso los abrigos, las chaquetas y chaquetas sin manga se venden bastante".

De hecho, Adolfo Fernández se impacta de que la mayoría de sus clientes compran sus diseños con una razón que se repite como un molde: "Siempre han soñado o querido tener una piel, las adoran, tienen varias, y ahora quieren algo muy especial hecho a sus medidas y necesidades".


A clases con Chinchilla

Y éstas se han transformado en un gusto que traspasa el frío. Ya no son prendas exclusivas de países con bajas temperaturas como Rusia, Canadá o China, y muchos tienen una por la casualidad de haber heredado un abrigo o comprado una chaqueta en una feria de las pulgas. Y aunque hay plena conciencia de que usar pieles no es políticamente correcto, que se arriesgan a ser objetivo de gritos e insultos, cunde la pregunta: Y si la tengo en el clóset, ¿por qué no usarla? ¿Y por qué no usarla todos los días?

"Las mujeres ya no quieren un abrigo sólo para un matrimonio; quieren modelos más sport para llevar a diario y también de noche; quieren que su inversión sea rentable; de hecho, he vendido chaquetas de chinchilla hasta para estudiantes universitarias en Londres, que las quieren usar en clases", cuenta el diseñador Adolfo Fernández.


Sintética: más colores

Las dos visiones contrapuestas de dos negocios que se detestan -las pro piel y las anti piel- no han hecho más que beneficiar a un tercero: la piel sintética.

Ideal para muchos, ésta ha sido incluida en las colecciones de marcas tan reconocidas como Top Shop o American Apparel. Incluso el mismísimo Káiser (Karl Lagerfeld) ha hablado maravillas de ella. Y cómo no, si ésta no implica la muerte de ningún ser vivo y con el tiempo ha logrado perfeccionarse, consiguiendo una apariencia mucho más natural.

Noelle Haddad explica que desde hace 15 años se instaló con fuerza en nuestro país. Una de las razones es la relación precio-calidad de los diseños, "además de que son muy livianos y su cuidado es mucho más fácil".

Laura Merci , dueña de la boutique VC, también incorporó en su propuesta las pieles sintéticas. Con pocos diseños en stock, asegura que "el negro siempre es lo más vendido, aunque el look natural de animal print es una alternativa fantástica para llevar este invierno". Según ella, sus clientas no sienten pudor de llevar una piel de mentira; por el contrario, "la gente más joven se siente mucho más cómoda llevando una artificial,que una verdadera".

Si bien ésta implica un mundo de beneficios estéticos (en ellas abundan el color y los estampados), no está libre de críticas. Para muchos, las pieles sintéticas también dañan el medio ambiente, porque son elaboradas a partir del petróleo y tardarían entre 500 a 1.000 años en degradarse, mientras que los pro piel aseguran que las naturales son una fuente renovable, reciclable y biodegradable.