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Vestidas para una fiesta: mucho color, mini vestidos y un look súper natural. Antonia Castillo, Antonia González, Josefina Canala-Echeverría, Luz María Ramello, Dominique Vignau.


Ellas se ponen:
ELEGANTES



Por Bernardita Braun


Si no hay vestido nuevo, no van a una fiesta; tampoco se ponen pantalones, vestidos largos y ¡jamás! un echarpe. A peinarse a la peluquería no van.
Ser una adolescente elegante tiene sus reglas…





Las carteras grandes son para el día. Cuando el sol se pone, nada más cool que llevar un sobre, colorido y texturado.







Las jovencitas coinciden en que, poniéndoles color
a los pies, pueden lograr un look mucho mas propio, y a la vez actual.








Francisca Toro de la tienda Makia, sabe cuál es el motivo de pelea entre madres e hijas: el largo del vestido.








La "accesorización" es con todo y no existe look que no mejore con un bonito par de aros o unas pulseras.

De día andan en jumper y a cara lavada. Su vida transcurre entre clases, recreos, interescolares y permisos. Pero las noches de fin de semana las teen tienen una agenda que exige producción.

¡Y vaya que hay fiestas! Si no es la clásica de 15, los 16 valen. También el baile padre e hija de algunos colegios, fiestas de 18, matrimonios y la más esperada de todas: la fiesta de graduación. Cada una de esas celebraciones implica vestido, accesorios, zapatos y tardes enteras, incluso semanas, bajo la luz del probador o pegadas a internet, una vitrina ideal para encontrar un look inspirador.


Strapless, con escote halter, con la espalda descubierta... sea como sea el vestido, éste debe ser ultracorto y ojalá de color.


Ropa formal, una inversión necesaria

"Uno tiene que gastar sí o sí en cosas formales, porque las invitaciones son en súper poco tiempo, y en poco tiempo tienes que armar tu advierte Dominique Vignau.

Contar con algo adecuado es absolutamente clave. "Una vez me invitaron a un matrimonio el mismo día… menos mal que tenía vestidos porque o si no, simplemente no iba", recuerda Josefina Canala-Echeverría

Y a medida que crecen, el asunto es más exigente. "A las fiestas formales nos invitan solas. Las de 15 eran súper elegantes, pero nos poníamos cualquier cosa, en cambio ahora se usan mucho las de 18 y uno se arregla más", cuenta Antonia Castillo.

Look recatado, pero producido

 

Se consideran poco atrevidas y explotan un natural, no se maquillan con profesionales, no invierten en peluquería y prefieren arreglarse ellas mismas. Lo suyo es el pelo suelto, ojos delineados, blush y mucho brillo.

"Acá nos arreglamos, pero nunca tanto como los gringos", afirma Luz María Ramello. "En otros países las amigas van todas juntas a la peluquería, contratan fotógrafo, arriendan limusina, en cambio nosotras, poco menos nos volvemos de la fiesta con el taxista conocido en el colegio, el tío Sergio".

Josefina Canala-Echeverría corrobora: "No confío en los peluqueros, me peino con pelo suelto". Aunque reconoce que "las manos es lo único que me hago en la peluquería, y el color lo elijo dependiendo de la ropa que tenga puesta".

"A mí una vez me pintó mi amiga, la Antonia Castillo", acota Antonia González.

Igual tienen fantasías inspiradas. "Mi sueño es tener un vestido de leopardo, estoy trastornada con ese estampado", confidencia Dominique Vignau. "Pero creo que si alguna vez me lo compro, me lo voy a poner una sola vez… Acá no se puede jugar tanto con el vestido".

 

Lo que manda: mini vestidos y strapless

Hay reglas: la mayoría no sólo no usa pantalones para las fiestas formales, sino que recién comienza a aceptar el short como una opción. Hoy está clarísimo que el vestido corto es el que la lleva , idealmente apretado, preferentemente de un solo color. Las fiestas de largo no existen.

"Las niñitas más grandes, de frentón quieren un strapless, con un hombro, halter o lo que se usa mucho hoy en día, sin espaldas. Pero siempre ultracortos. Y esa es la eterna pelea con las mamás", explica Francisca Toro, dueña de Makia, tienda especializada en ropa formal.

"Yo he mandado a acortar vestidos y a veces se me ha pasado la mano...", cuenta Antonia Castillo.

"Lo que más usamos hoy en día son vestidos, polleras o enteritos muy cortos", reconoce Josefina Canala-Echeverría.

Full color y negro: los predilectos

Los colores vivos hoy son furor: lisos, simples y en toda la gama del arcoiris... Aunque el negro sigue reinando, afirma Francisca Toro. "Completan la tenida con algún accesorio o un lazo colorido. De hecho, siempre lo proponemos como alternativa para alguien que no está muy decidida. Finalmente, acceden a probarse algo negro y salen encantadas".

Luz María Ramello concuerda: "A mí me encanta el negro porque es fácil de combinar con zapatos y accesorios de colores; uno se ve súper estilizada y puedes repetir el vestido varias veces sin aburrirte".

"Yo creo que el rojo y el negro son los que la llevan en las fiestas", asegura Dominique Vignau.

Los accesorios: un must

No usan joyas, no están dispuestas a cortarse la tira de cuero que usan como pulsera o collar y su mejor accesorio parecieran ser los smartphones. Junto con los maxiaros: todas tienen varios pares y si no son metálicos siempre optan por los más llamativos y con color.

Lo mismo sucede con los zapatos. Por lo menos hay que tener uno que desvíe la atención a los pies y lograr esa imagen fresca y moderna que tanto veneran en los personajes de sus series favoritas -"Gossip Girl" y "90210"-, en modelos que explotan el look boho chic y actrices como Cameron Diaz.

"Mi estilo es súper natural, pero la imagen sí importa. Y estos zapatos me gustan porque son únicos y combinan perfecto con muchos vestidos", dice Antonia González, mostrando sus tacones floreados.

"Me encanta usar estos zapatos rosados con un vestido que contraste", detalla a su vez Luz María Ramello. "Y por más cansada que esté por los tacos, nunca me los saco en una fiesta".

Sobre accesorios, Antonia Castillo acota: "A mí me fascinan los aros grandes, bien coloridos, hacen que una tenida se vea siempre diferente".

No todo sirve. Un ejemplo es el tradicional echarpe, que cubrió los hombros de las chilenas por años. Nuestras entrevistadas preferirían morir de frío antes que usar uno.

La consigna: no repetir look...

Dominique Vignau reconoce que en algunas fiestas prefiere no sacarse fotos para poder repetir el vestido.

Por eso son comunes los préstamos... Otra fuente de discusión con la mamá. "Hay niñitas que vienen para acá y me preguntan si tengo más género, porque el vestido que prestaron se lo quemaron", cuenta Francisca Toro.

"Yo ando con una bolsa de cosas prestadas. Y a mi mamá le saco sus poleras más largas y las uso como vestidos", cuenta Antonia Castillo.

Claro que no todas siguen este modelo. "Me carga pedir prestado, porque me pone muy nerviosa usar ropa que no es mía", reconoce Josefina Canala-Echeverría.

"Yo presto todo, menos mis zapatos", dice Luz María Ramello.