Llegaron el viernes y se fueron el lunes, pero en esos breves cuatro días de estadía en nuestra capital, decenas de líderes de Europa, América Latina y el Caribe —hombres y mujeres— mostraron sus mejores galas. Aunque hubo varios que no lo hicieron, hay que decirlo...
Las recién culminadas cumbres de Santiago entre América Latina y la Unión Europea, seguida por la cita de los países miembros de la CELAC, nos dejaron entrever que el poder no deja el estilo al azar. Porque la buena imagen puede ayudar a "subir los bonos" de un líder o, por el contrario, a causarle sinsabores cuando su elección no es la adecuada. Aquí, una revisión de los estilos que vimos desplegar durante el fin de semana pasado en todo su esplendor.
Líderes femeninas
En el mundo —y sabemos que en esto Chile no ha sido una excepción— las mujeres son cada vez más protagonistas, y a veces "dueñas", del poder. Que lo digan Angela Merkel y Dilma Rousseff, por nombrar a dos que nos visitaron por estos días. Por lo mismo, observarlas en eventos oficiales de alto vuelo es siempre una experiencia interesante, incluso reveladora. Pero aunque es claro que el estilo les importa, también lo que algunas necesitan urgentemente un asesor de moda. Juzgue usted.
Esposas de…
Muchas veces juegan un rol clave en el éxito político de sus maridos, como dice el conocido refrán: "Detrás de todo gran hombre...". En las reuniones celebradas en Santiago, varias de ellas acompañaron a sus esposos y participaron por cuenta propia en actividades paralelas al encuentro oficial. Muchas, por cierto, lo hicieron imponiendo su estilo con clase, con toques chic, aportando la cuota de glamour necesaria para soportar la seguidilla de actos y reuniones a lo largo de 4 días.
¿Cada líder, un estilo?
No tanto...
Muchos quisieran que ya hubieran quedado atrás los tiempos en que los eventos oficiales eran sinónimo de terno y corbata —los mismos ternos y las mismas corbatas— como única opción posible para los hombres de poder. Pero no, la verdad es que este look sigue siendo el más usual, como lo ratificaron en esta ocasión los anfitriones chilenos, que no se destacaron precisamente por su originalidad en el vestuario. Pero hubo otros que sí se preocuparon de lucir su propio estilo, mezclando la indispensable formalidad con su sello personal.
