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A UN AÑO DE LA CATASTROFE
La verdadera gran reconstrucción
15 de febrero de 2011

"Mucho se ha hablado, y mucho se hablará, acerca de cuán efectiva y eficiente ha sido la reconstrucción del país después del terremoto y maremoto del 2010. El mundo de la política y los medios de comunicación se aprestan para las evaluaciones, comparaciones y debates. A nosotros habitualmente nos preguntan acerca de estos temas, y la verdad es que es muy difícil una evaluación, y por varias razones.
La primera de ellas es que no somos expertos en reconstrucción. ¿Habrá alguno, me pregunto? Y la segunda es que cada caso de catástrofe es distinto, lo cual hace muy difícil una comparación; la extensión y profundidad de éste es único.
Y por esas razones y otras es que me quiero tomar la libertad de hablar de otro tipo de reconstrucción, esa que depende de cada uno de nosotros, esa que es invencible, esa que depende mucho más de las personas que de las instituciones, esa que es definitiva… y que habla de la esencia de lo que somos. Entiendo que se hable poco de ella y mucho de la otra, pues nos hemos ido acostumbrando poco a poco a una sociedad en que nos importan más los derechos que los deberes; más lo que el Estado puede hacer por nosotros en vez de lo que nosotros podemos hacer por nosotros mismos y, de paso, por los demás (…)
Y en este año de reconstrucción nos hemos encontrado con miles de ellas que, con un aporte inicial del Estado y del mundo privado, han puesto mucho de su parte para volver a empezar. La Rosa y Jimmy, en Dichato, con su aporte han vuelto a levantar su restaurante El Candil con la ayuda del Estado a través de Sercotec y de un aporte de Lider; los cientos de pescadores también, con el aporte del Estado, las mineras y ellos mismos; los comerciantes de Juan Fernández también, con la colaboración de Sercotec, minera Collahuasi y ellos mismos, a través de la autoconstrucción. Y decenas de pequeños comerciantes en Constitución apoyados por Corfo, Sercotec, Lider y ellos mismos.

Y uno de los más emblemáticos, el Circo de los Montini, que fue arrasado en Iloca y hoy vuelve en gloria y majestad a dar una función un año después, en el mismo lugar en que la ola aparentemente los derrotó. Hoy están de pie de nuevo, gracias a la ayuda de una donación de un circo mexicano, Arauco, Tecnofast, SKBergé, Soprole y Supermercados del Sur. El próximo 26 de febrero en la noche, ahí estará de nuevo el Circo de los Montini llevando alegría a miles de niños y a nosotros, mostrándonos de paso que la voluntad invencible es la verdadera gran reconstrucción".

El desafío de levantar Chile es para todos
25 de febrero de 2011

"El verano suele ser un momento en que nos damos el tiempo para mirar qué hemos hecho con nuestras vidas y para hacernos promesas de cómo vamos a enfrentar este nuevo año. Es que la vida pasa tan rápido y son tantas las urgencias, que durante el resto del año nos cuesta levantar la mirada para ver el largo plazo. Quizás por esto es que las vacaciones son ese momento mágico en que nos preguntamos en qué estamos, para dónde vamos o qué queremos hacer con nuestras vidas (…) Sí, el verano es tiempo de promesas. En eso estamos ahora; en eso estábamos hace exactamente un año. Y cuando justamente el verano y las vacaciones terminaban, la naturaleza en su forma más brutal nos vino a mostrar nuestra vulnerabilidad y destruyó los sueños de miles de compatriotas. Sí, de un solo plumazo, en pocos minutos, miles de familias lo perdían todo. No sólo los bienes materiales. También se perdían cientos de vidas y con ellas se iban también sueños y esperanzas (…) Pertenezco a ese grupo de personas que tuvo la oportunidad de ver por televisión el drama humano de miles de familias chilenas y me pregunté durante un instante si quizás era posible darles alguna ayuda. Como no sabía dónde acudir, simplemente me fui a Iloca. Ahí no conocía a nadie, nadie me conocía. Sólo quería ayudar. Necesitaba ayudar. Después de ese día, ya nada seria igual; iba a ser imposible volver a casa y volver a ver el drama desde la televisión. Ya éramos parte del problema, pero también de la solución (…) Mientras escribo esta columna y el cielo está plagado de estrellas, me acuerdo cuando navegaba entre temporales en el mar del Sur, y ahí aprendía que los sueños imposibles no existían y que casi todo dependía de nuestra voluntad de no rendirnos nunca.
El desafío de levantar a Chile es para todos nosotros, para gente común y corriente que creemos que con pasión podemos hacer algo por miles de chilenos que viven todos los días los embates de sus propios terremotos. Queda mucho por hacer".