Diego Larraín:
"Les dijo a los pescadores que 'El Viejo Pascuero no existe'"
Pocos días después del terremoto y posterior tsunami, Felipe Cubillos viajó junto a otros amigos hasta el litoral de la Séptima Región para conocer la situación por la que atravesaban caletas de pescadores de varias localidades, entre ellas Pelluhue, Loanco, Duao e Iloca.
"En una de ellas llegamos con los materiales para arreglar los botes y los pescadores estaban muy escépticos con la idea de la reparación", cuenta Diego Larraín, voluntario del "Desafío" y encargado de la ejecución de proyectos en la zona.
"Los pescadores le dijeron a Felipe que no se preocupara, que les habían dicho que les iban a regalar los botes. Felipe les respondió: 'El Viejo Pascuero no existe', el que quiera un bote que tenga todo ordenado mañana a primera hora, que llegaremos a ayudar para repararlos, nosotros les enseñaremos y ustedes junto a nosotros harán la pega'", relata.
Este apasionamiento a la hora de enfrentar a los pescadores, afirma, "era sólo una muestra de la forma de trabajar de Cubillos: dar las herramientas para que otros asumieran personalmente la tarea de reemprender".
Paulina Rivera:
"Era un hombre que podía ser niño también"
La escuela de Iloca fue la primera en ser reconstruida por "Desafío Levantemos Chile" después del terremoto y tsunami del 27-F. Paulina Rivera asumió hace pocos meses su cargo como directora de la institución, pero para el primer aniversario de la escuela invitó a Cubillos. "El vino a ese aniversario, y en esa oportunidad les pidió a los alumnos que no se olvidaran del desafío que ellos habían puesto en esta escuela. Que no se olvidaran que esta escuela fue la primera en construirse después del tsunami y que, a la vez, tenía que ser la primera", narra la docente.
Pero fue un sólo mensaje el que hoy ella y sus alumnos recuerdan: "no se olviden nunca de ser los primeros de Chile para que salgan adelante". "Para mí, ese es el mejor recuerdo, porque él, con el corazón puesto en nuestra escuela, entregó ese mensaje tan lindo".
Paulina Rivera destaca, además, que "le gustaban mucho los niños, era un hombre con un carisma muy especial. Para sintetizar, era un hombre que podía ser niño también. Le gustaba, llegó al colegio con las ganas de entregarse a ellos. Todos sus esfuerzos los puso en mejorar la vida de los alumnos. Le gustaba hacer grandes cosas por nuestro país y eso nos va a quedar de todas las personas que se fueron en esta tragedia".
Cristina Riquelme:
"Llegó cargado de marraquetas crujientes y champiñones"
Cristina Riquelme es la directora del Colegio Insular Robinson Crusoe de Juan Fernández. Desde ahí recuerda que además de la construcción del establecimiento, Felipe Cubillos hizo mucho más por ella.
"Yo no lo busqué a él, él me buscó a mí", medita Cristina sobre la primera vez que supo de él. Fue por un mail que le envió Cubillos contándole que hacían escuelas modulares y que quería ayudarla a reconstruir la suya.
Sin embargo, Cristina pensó que se trataba de una broma, y no lo llamó hasta el día siguiente, cuando se dio cuenta de que no tenía nada que perder. En quince días lograron gestionar un terreno y embarcar los materiales para la isla y comenzar con la construcción.
"Me pidió que me consiguiera un terreno y me dijo que tenía que ser rápido porque no podía perder el tiempo porque había mucha gente que necesitaba ayuda. Me moví rápidamente, conseguimos el terreno y empezamos a trabajar con Sebastián Correa", recuerda la directora del colegio.
Fueron quince días en el que trabajaron vía mail codo a codo, por lo que para su primer viaje a la isla, Cubillos le dijo a Cristina qué quería que le llevara. Ella le respondió que le daba vergüenza, que no se preocupara. Pero él insistió, hasta que ella reconoció que lo que más quería eran unas marraquetas crujientes y champiñones. Y así llegó, cargado de pan y de los hongos. De ahí en adelante repitió la escena cada vez que fue a la isla, sin necesidad de que Cristina lo pidiera.
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