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Por una gota de agua
Viernes, 08 de mayo de 2009, 8:39definitivamente

Hola a todos.
Esta etapa de la Regata se ha convertido en una regata de velocidad entre dos barcos que navegan muy parecido. Los vientos alisios son muy estables en dirección e intensidad y, por lo tanto, nuestro trabajo, si realmente pudiésemos llamar a esto trabajo, se trata de cómo conseguir sacar el máximo de velocidad a nuestra "Colorina".
En promedio, en las últimas 48 horas hemos caminado 0,2 nudos más rápido que los alemanes, pero ello no nos alcanza para antes de Charleston; ¡necesitamos más! Y para ello básicamente tenemos las siguientes herramientas: las velas de proa, los rizos en la mayor y el lastre de agua. Esos son los elementos que podemos usar y los hemos ido combinando a fin de lograr el óptimo.
Nos ayuda mucho nuestro software táctico que posee una funcionalidad que mide la efectividad de cada cambio con precisión milimétrica. Cada vez que hacemos un cambio, no sólo de vela, sino que de tensión de escotas, algún grado de dirección, medimos su efecto en la velocidad del barco y de cómo afecta el acercamiento de la meta (CMG).
Ayer, en una de las pruebas, decidimos poner una vela de proa que definitivamente no nos dio resultados, pues los alemanes, por primera vez en varios días, navegaban más rápido que nosotros. Ello ocurrió durante las seis últimas horas antes del anochecer. La primera aproximación; es decir, que ellos tienen más viento que nosotros (la típica del chileno, echarle la culpa al empedrado); la segunda, es que ellos lo están haciendo mejor (también cercano a nuestra cultura apocada), y la tercera, es que nosotros estamos haciendo algo mal (más cercano a la cultura anglosajona). Y vaya que nos cuesta reconocerlo, pero así era.
Y los números eran evidentes... ellos no había mejorado, en cambio, nosotros habíamos empeorado. Luego, el problema estaba en nosotros.
Lo resolvimos, y tres horas después volvíamos a caminar más, pero de nuevo no lo suficiente... Y en todas estas elucubraciones y cambios de velas, ya había llegado la noche, y por lo tanto, el nochero a la cancha.
Y como estaba mojando afuera, decidí concentrarme de nuevo en el computador, a ver si la tecnología nos aportaba algún dato que nos iluminara la mente. Y así fue...pero, no tan así. Ya que la respuesta no estaba en el computador y su sofisticado software, estaba arriba de él... me explico. Este barco tiene sólo una gotera, que quedó en el techo de la cabina justo arriba de nuestras cabezas cuando nos sentamos frente al computador (entiendo que era un tipo de tortura que usaban los vietnamitas contra los prisioneros norteamericanos). Algo quedó mal instalado en los paneles solares y por ahí se filtra una pequeña gotera cunado el barco hunde demasiado su proa.

Y cuando estaba mirando, ya en forma obsesiva el computador, me doy cuenta de las gotas de agua 39definitivamente me estaban molestando... y ahí, recién ahí, se me prendió la ampolleta. Eso es lo que nos pasa, me dije, el barco va muy enterrado de proa... hay que levantarle la proa y ahí vamos a caminar más. Jajaja, es como la manzana de Newton, pero con la salvedad de que la correlación entre ambas cabezas debe ser equivalente a la correlación del tamaño de la manzana y la gota de agua....
Ahora, no se crean que es fácil levantarle la proa, y no es tan simple como poner todos los pesos atrás (que por lo demás ahí van hace rato). La solución era un poco más compleja, pero la encontramos...
encontramos...
Y como suele ocurrir, las soluciones las encuentras de noche, en la paz de la noche, conversando con el Universo infinito.
Y desde que hicimos ese cambio, nuestra "Colorina" ha mejorado 0,5 nudos extra, que es lo que necesitamos para que los complejo números trigonométricos cuadren. Necesitamos ir un nudo más rápido.
Una de las maravillas que nos ha enseñado esta vuelta al mundo es descubrir la simpleza de las señales, y que si somos capaces de liberarnos de nuestros propios paradigmas, las comenzaremos a descubrir.
La solución no estaba ni en el computador ni en la gota de agua, estaba en nuestras mentes. Si fuéramos capaces en nuestras vidas diarias de descubrir esas gotas de agua que insistentemente, a veces, nos dicen lo que hay que hacer, cuánto mejor sería nuestra calidad de vida.
Definitivamente hay que andar liviano de equipaje y tener la simpleza de mirar el mundo como lo miran los niños. ¿En qué minuto decidimos hacernos tan compleja la vida?
PS. Acaban de salir los nuevos cómputos y efectivamente, por primera vez ¡vamos 1 nudo más rápido! la diferencia de 66 millas no es real, pues nuestra posición fue tomada una hora antes, es decir, deben sumarle 12,47 millas extras, con lo cual la diferencia es de cerca de 53 millas; ahora viene el trabajo de los alemanes, que son muy buenos y de seguro también se les va a prender la ampolleta... esto es ¡francamente fascinante!
Felipe