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Navegando tras la estela de la luna (continuación)
Miércoles, 18 de marzo de 2009 7:20

Y si pudiera transmitirles un mensaje, les diría crean en sus sueños, búsquenlos con pasión y determinación, no se dejen vencer por el pesimismo, que no los derrote la autocomplacencia, que no los venza el miedo al qué dirán o que no seremos capaces... porque el premio al final del camino es inmenso. Es quizás para mí y para muchos de Uds. nuestra razón de vivir.
Cada uno de nosotros tiene su propio Cabo de Hornos (concepto original de Nicolás); es sólo cuestión de descubrirlo y ponerse a caminar. En pocas horas más nos encontraremos con nuestras familias y todos gritaremos un ¡Viva Chile!... el Cabo de Hornos es nuestro...
Ahora que comienza a amanecer y aparece por el Este una estrella muy linda (y que yo he bautizado con un nombre precioso) y que anuncia la llegada del sol, nosotros izaremos nuestra querida bandera al igual que lo hicimos la última vez en el Estrecho de Cook, cuando llegábamos a Wellington, pero hoy frente a la costa chilena.
Felipe

Gracias, muchas gracias
Miércoles, 18 de marzo de 2009 16:45

Hola a todos.
Cuando estamos a 5 horas de cruzar Cabo de Hornos, les cuento que éste ha sido un día muy especial. Empieza cuando recibimos un e-mail de uno de los buques pesqueros de la empresa Friosur, el Ocean Down que está operando en esta zona, y su capitán Wenceslao Fuentes, Capitán de Navío en retiro, me informa que el día que él entró a la Escuela Naval, mi papá, siendo un joven teniente segundo, estaba de guardia en la Antigua Escuela Naval. Varios años después, Wenceslao, de guardia para recibirnos, ahora él a nosotros...
Después, la "Colorina" recibe el llamado telefónico del Presidente de la República, don Edmundo Pérez, ya que está subrogando a la Presidenta que está de gira en India. De verdad impresionante el llamado, que él nos diga que está emocionado haciendo este llamado. Con Edmundo corrimos muchas regatas juntos y no pude acompañarlo a la Buenos Aires–Río, ya que en esa época yo no era independiente y mi padre me dijo que me quedara navegando con él en los canales de Chiloé; mal que mal, ahí conocería esta preciosa zona.
Después, por nuestra popa aparece un avión de la aviación naval saludando a la "Colorina", a esas alturas ella, con lo coqueta que es, ya no cabía en sí.

Es definitivamente emocionante sentirse en casa cuando estamos cruzando Cabo de Hornos y en un par de horas nos cruzaremos con el patrullero de la Armada donde están nuestras familias y amigos. También nos encontraremos con el "Discovery" de Nicolás Ibáñez que también quiso estar en este gran momento.
Acabamos de recibir el llamado de Boris, el capitán del barco alemán, felicitándonos... y mientras tanto, recibiendo cientos de e-mails de los seguidores de la "Colorina".
Les confieso que nunca imaginamos recibimiento igual. Tiendo a pensar que somos, afortunadamente, un país con alma, una sociedad que todavía se cautiva con los sueños y con los desafíos, y eso habla bien de nosotros; un país joven, con problemas, quién no, pero que todavía sueña; y todavía vibra. Y si con nuestro desafío hemos contribuido a despertar esos
sueños, todo habrá tenido sentido.
Como me conozco, y sé que de duro navegante tengo poco, sino que soy más bien un romántico soñador que me quiebro con las emociones, y en dos horas más, difícilmente podré contarles más eventos, prefiero usar este rato tranquilo para agradecer.
Primero que nada a mis adorables hijos que siempre han estado en la primera fila del combate, apoyando a su papá en la búsqueda apasionada del sueño, aceptando tiempos importantes de ausencia del papá. Me emocionará verlos hoy en Cabo de Hornos, aun cuando la Sofía, por razones de estudio no pudo viajar.
A la Loreto, la verdadera "Colorina" con quien compartimos los últimos 6 años de nuestras vidas y ahora quiso el destino que siguiéramos caminos distintos; pero fue mi mujer y compañera y fue ella la que ayudó a que el Albatros despegara con mucho esfuerzo y le cosió las plumas a sus alas para que 45pudiera volar a través del mundo. Para ella y sus hijos, reconocimiento eterno. Sin la Loreto este proyecto no volaba.
A la Ely y la Daniela por prestarnos al Negro, gran héroe de esta jornada, gran marino y gran compañero.
A la Amalia, mi ex mujer, con quien, pese a estar separados hace muchos años, hemos podido formar a nuestros hijos para que emprendan libremente el vuelo de la vida.
A mi madre, que desde que éramos chicos nos cuidó cuando empezábamos a navegar, y me ha seguido acompañando hasta ahora.
A Nicolás Ibáñez, un verdadero patriota y gran sustento de esta campaña. Para mí es un honor ser parte de su tripulación y juntos nos esperan grandes regatas por el mundo, siempre con nuestra querida bandera flameando en lo más alto.
A Manolo, que es uno de los grandes responsables de nuestro desempeño. Es divertido, pero cada vez que lo llamo para pedir ayuda, ¡él me da las gracias a mí! Hoy me llamó para decirme que estaba en la Isla Hornos y que me quería dar las gracias de nuevo.
A Alejandro, que pese a que no es parte del equipo, entregó todo su entusiasmo en la gestación de este proyecto.
A José Pedro, quien siempre se ofreció desinteresadamente para darnos una mano, y vaya que le ha tocado pega.
A Marcelo, que con una capacidad y entrega admirable ha estado siempre ahí para darnos el consejo meteorológico exacto.
A Felipe Court y Cristián Ovalle, los grandes médicos de esta campaña y que literalmente revivieron a este navegante y lo rearmaron para la segunda etapa.
A Ignacio, que puso toda su empresa de márketing, Edicto, a nuestra disposición, muy especialmente Rodrigo.