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La “U”, el gigante más “pobre” del fútbol chileno: sin pasto, sin sede y sin entrenador

por:  La Segunda
lunes, 22 de junio de 2009
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SANTIAGO.- Quienes mejor pueden describir a la actual Universidad de Chile -concesionada por los próximos 30 años por Azul Azul– son sus propios hinchas: un club que más bien parece una oficina de corretaje de la Bolsa que una de las dos instituciones de fútbol más populares del país, ya que cuesta creer que un club con la historia de la “U” no tenga estadio, campo de entrenamiento propio o al menos una sede que le pertenezca.

Hasta la quiebra de la Corfuch el 2006 y con la designación en ese entonces del síndico José Manuel Edwards, los bienes de la institución universitaria eran la sede de Campos de Deportes 565 y donde funcionó también la controvertida escuela “Los de Abajo” en el 581, una casa vecina de calle Francisco de Miranda 2094 y las 127 hectáreas de Lampa adquiridas por el doctor René Orozco para el mega proyecto de la Ciudad Azul, que nunca fructificó... y el famoso burro “Luis Miguel” donado por un socio para ser utilizado en un pesebre en una Navidad.

Además de los bienes inmuebles, Edwards registró 121 copas, 6 trofeos y cuadros con figuras destacadas del club de todos los tiempos en lo principal.

Hoy cuesta trabajo encontrar patrimonios que estén bajo la tutela de los azules. A diferencia, por ejemplo de Colo Colo, la UC o Unión Española, no tienen estadio, el comodato con el Caracol Azul llega pronto a su fin, –se van a unos terrenos cedidos en La Cisterna–, los inmuebles de Campos de Deportes fueron entregados en comodato por 30 años y hoy funciona un cuartel de la PDI. La propiedad de El Noviciado fueron enajenados por la sindicatura –quedó en manos de la inmobiliaria Patio S.A–. La sede administrativa se limita a una pequeña oficina arrendada en un octavo piso en Providencia. La marca y el conocido logo y emblemas de la “U” siempre han pertenecido a la casa de estudios, que, tras una ardua negociación, los facilitó con una serie de restricciones que incluyen un representante en el actual directorio de la sociedad.

¿Qué le queda a la “U” entonces? Los principales activos de Azul Azul son sus jugadores: Miguel Pinto, José Contreras (hasta fin de año), Rafael Olarra, José Rojas, Juan González, Marcelo Díaz, Felipe Seymour, Manuel Iturra, Emilio Hernández, Walter Montillo y Manuel Villalobos, cuyos pases pertenecen al club al igual que los derechos federativos y los cerca de US$15 millones que la compañía recaudó en la colocación bursátil. ¿Qué le queda a la “U”, además?. La ilusión por un nuevo título, la “marea azul” a lo largo del país sueña (los sueños son gratis) con la conquista de una nueva estrella, la décima tercera.

Los nuevos dueños

Azul Azul S.A. es la sociedad controladora del actual club y cuya propiedad se divide –a marzo del 2009– entre LarrainVial S.A., corredora de la Bolsa (43,73%), Euroamérica corredores de Bolsa S.A. (10,27%), Sociedad de Inversiones Alpes Ltda. (9,86%), Heller Inversiones Ltda. (8,32%), BancoEstado corredores de Bolsa (7,06%), Inmobiliaria Duero Ltda. (2,83%), Banchile Corredores de Bolsa S.A. (2,29%), Invel Estribo Ltda. (2,05%), Ingenieros Asesores Ltda. (2,05%), Penta Corredores de Bolsa S.A. (1,25%), Varas y Hermosilla Consultores y Cía. Ltda. (1,22%) e Inversiones Huramar S.A. (1,03%).

El 2008 será recordado como el año de la apertura a la bolsa de Azul Azul, conforme a lo establecido en el contrato de concesión. En octubre de ese año se pusieron a la venta 20 millones de acciones que representan el 55% de la propiedad de la sociedad y que fueron adquiridas por 8 mil nuevos accionistas.

Hoy el directorio lo integran Cristián Aubert como gerente general; Federico Valdés, presidente del directorio, y directores Roberto Nahum, Peter Hiller, Mario Conca, Luis Ayala, José Yuraszeck, Gonzalo Rojas, Edmundo Hermosilla, Cristóbal Yuraszeck, Carlos Délano y Carlos Heller. 

Tres DT y ninguna estrella

Cuando Azul Azul asumió el control en mayo de 2007, el técnico era Jorge Socías y Universidad de Chile deambulaba por el Torneo de Apertura sin ninguna posibilidad de pelear el título. Terminó en decimotercer lugar de la tabla (no hubo playoffs), y, al final del certamen, la nueva administración optó por cambiar de entrenador.

El elegido fue Arturo Salah, quien aunque cumplió buenas campañas en la etapa regular no pudo lograr ningún título: en el Clausura de ese año sufrió una dolorosa derrota en semifinales a manos de Colo Colo, en el Apertura del 2008 cayó ante Everton también en semis, y en el certamen siguiente, pese a ser el mejor equipo en las 18 fechas, fue eliminado en primera ronda de los playoffs por Cobreloa.

Salah renunció al cargo y fue reemplazado a comienzos de esta temporada por Sergio Markarián, con quien la “U” busca su primera corona en su existencia como sociedad anónima. Ya está en semifinales, donde enfrentará al mismo verdugo que lo dejó afuera en el Apertura del 2008: el Everton de Nelson Acosta.

En caso de no ganar el campeonato, ya sin el renunciado DT , será un cuarto entrenador en el período de Azul Azul el que busque el título que el club no logra desde 2004.

De una casona de tres pisos a una oficina arrendada en Providencia

Tras ceder en comodato la sede del antiguo inmueble de Ñuñoa, la “U” funciona hoy en el octavo piso de un edificio.

Hasta hace un par de años, era común identificar a la “U” con el Caracol Azul y la sede de calle Campos de Deportes, donde también funcionaba la “escuelita” de Los de Abajo.
Hoy nada de aquello existe. Todo ese inmueble fue cedido en comodato a la Municipalidad de Ñuñoa, la que, a su vez, les entregó a los azules unos terrenos del Estadio Nacional para que entrenaran algunas series del área formativa de club.

La sede tenía tres pisos, estaba a metros del Estadio Nacional y era el centro de operaciones de la institución. Se vendían entradas, era centro de reuniones de los hinchas, quienes incluso ocupaban una bodega de ésta para guardar sus bombos y lienzos.

Todas las carpetas, portafolios y algunos trofeos que había en aquel lugar se trasladaron hasta una pequeña oficina ubicada en el octavo piso de Marchant Pereira 367 en Providencia.

Esta fue arrendada a través de una corredora de propiedades y es actualmente la sede de la “U”.

Llegar a ella es como asistir a una consulta médica particular. Es decir, una puerta de madera con citófono junto a una placa institucional.

Al interior se advierte una recepción con secretaria, auxiliar y una serie de oficinas donde se reparten las distintas áreas institucionales, como la de socios y la gerencia general.
El lugar es moderno y adornado con motivos y emblemas del club, como dos sendos cuadros de Marcelo Salas y Leonel Sánchez, además de un trofeo del campeonato nacional y una camiseta enmarcada.

Markarián se ganó el camarín,pero nunca a “Los de Abajo”

El discutido técnico uruguayo tiene todo el respaldo del plantel de jugadores, pero sus relaciones con Azul Azul nunca fueron fluidas. “Siempre piensa en grande”, dijo uno de sus cercanos colaboradores.

Sergio Markarián, quien llegó a reemplazar a Arturo Salah a Universidad de Chile después de negociar con Azul Azul su incoporación durante quince días, es un técnico que sabe lo que quiere, hacia dónde va y lo que vale. Su fútbol resultadista podrá ser aceptado o rechazado, –como ocurrió con Los de Abajo que nunca lo respaldaron–.

Al interior del camarín, manda y maneja a sus pupilos, no le tiembla la mano para dejar a la banca a los grandes precios ni a los seleccionados. Respeta y es respetado en el vestuario.

Externamente, no ocurre lo mismo. Un plantel con pretensiones, con un capital enorme como es su barra, con una rica historia, pero nómade. Sin contar con los requerimientos mínimos para un club grande: buena

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