por:  La Segunda

viernes, 26 de abril de 2024

El diputado Gonzalo Winter, el legislador frenteamplista más cercano al Presidente Boric, convocó a fines de diciembre a un reservado grupo de oficialismo y oposición, para empezar a discutir reformas políticas que incluyeran revisar el sistema electoral y de partidos. Desde esa fecha datan las soterradas conversaciones, mucho antes que la fragmentación del Congreso hicieran crisis en marzo y abril, con la elección de las mesas de ambas cámaras.

El debate reventó el martes cuando el Presidente lo condicionó a que primero “se zanje” la reforma previsional, haciendo tambalear las conversaciones sostenidas por cercanos suyos y ministros desde hace meses, al punto que tras una serie de reclamos PS-PPD debió precisar sus dichos e indicar que espera legislarlo durante este período, y que promoverá un acuerdo, en el cual jugará un rol clave el ministro Segpres Álvaro Elizalde (ver nota secundaria). “No hay cambio de criterios, sino que dijo lo mismo pero al revés”, intentó explicar el diputado PPD Raúl Soto.

En la misma noche del triunfo del En Contra, el 17 de diciembre en Tolerancia Cero, Winter indicó que convocaría a una mesa de trabajo para impulsar reformas políticas, y en los últimos días de ese mes lo concretó: invitó a una reunión a sus pares Diego Schalper (RN) y Guillermo Ramírez (UDI), quienes asistieron mandatados por los presidentes de sus partidos Rodrigo Galilea y Javier Macaya. Tres fuentes involucradas en las negociaciones aseguran que también asistió a esa reunión Elizalde ahí, pero fuentes de Gobierno lo niegan, mientras Winter declinó referirse a las conversaciones, al ser reservadas.

Winter quería discutir normas para fortalecer a los partidos ahora que el FA se sería una sola colectividad, según dijo a sus interlocutores. Acordaron intentar construir una propuesta, y recurrieron a miembros de la Comisión Experta que seguían reuniéndose y querían impulsar reformas políticas, ante la adhesión que generaba el sistema institucional que diseñaron: entre ellos, Gabriel Osorio (PS), Antonia Rivas (Convergencia), Juan José Ossa (RN) y Sebastián Soto (Evópoli), a los que se sumó el exconvencional Hernán Larraín Matte. Luego, Macaya sumó al exdiputado UDI Ernesto Silva, y la presidenta del PS Paulina Vodanovic, pidió al presidente del Instituto Igualdad, Ricardo Solari, involucrar a los think tank.

Del grupo surgió un documento con cerca de 40 medidas; demasiado amplio para llegar a destino, explican fuentes del grupo negociador. Así, hablaron de fijar “mínimos básicos” de consenso: umbral mínimo de 5% de los votos u 8 parlamentarios para que un partido entre al Congreso; pérdida del escaño para quien renuncie a su partido o sea expulsado; y el oficialismo busca algún tipo de órdenes de partido, pues ven que además de la fragmentacion el problema es la disciplina partidaria.

“Las bancadas débiles hacen muy difícil gobernar”, dijo Winter el martes a La Segunda, condicionando el umbral: que sea máximo de 3%, sorprendiendo al resto de los negociadores, que lo interpretaron como una traba ante las dudas de sectores FA. “Habemos un grupo de parlamentarios conversando las normas, pero no es sencillo. Hay menos acuerdo del que parece”, añadió el legislador.

En la coalición de Boric admiten esas dudas, pero principalmente en las bases; por ejemplo, el líder RD Diego Vela ha dicho a otros timoneles que no le preocupa el 5%, pero sí quiere las órdenes de partido. “En el FA la mayoría quiere el 5%, y lo que importa es que ahora el Presidente está arriba también”, explica un ministro. La principal reticencia, más bien, estaría en el PC, que al ser “una minoría ordenada y disciplinada” se beneficia de la dispersión del resto, según explicó el experto electoral Pepe Auth.

En paralelo, la DC trabajó su propia propuesta desde febrero, divulgada la semana pasada: la firman los constitucionalistas Elisa Walker, Javier Couso, Jorge Correa, y el expresidente del Senado, Andrés Zaldívar, cercano a la subsecretaria Macarena Lobos (Segpres).

Ya en marzo, el debate se trasladó a un nivel político, donde la cancha natural era el Senado: ahí los presidentes y senadores de RN y la UDI (Galilea y Macaya), y del PS y PPD (Vodanovic y Jaime Quintana) intensificaron las conversaciones de pasillo. En el Socialismo Democrático explican que son diálogos informales, sin posturas institucionales, las que deben debatir con sus instancias internas. Pero sí se han ido consolidando los temas: el jueves, Quintana mencionó exactamente los mismos 3 aspectos (umbral, pérdida de escaño y órdenes de partido), aunque Winter añadió un listado más largo.

Un acelerante de las tratativas fue cuando el oficialismo perdió la presidencia del Senado, tras el desmarque de Demócratas. “Hay que sacar luego el 5%”, le dijo un día en La Moneda un presidente de partido a un ministro del comité político, indicándole que sería difícil avanzar mientras no se ponga urgencia a un proyecto de Jaime Mulet (FRVS) para que partidos chicos puedan federarse e ir juntos a una elección. “Le diré a Álvaro (Elizalde)”, contestó aquel secretario de Estado, pero nada sucedió, por lo cual se envió una señal a los expertos oficialistas: que apuraran su propuesta para presionar.

Desde La Moneda, aunque con versiones encontradas, Elizalde siguió teniendo un rol: 2 negociadores de derecha afirman que siguió desde enero involucrado en las negociaciones, altas fuentes PS indican que él estaba a favor del 5% aunque sin instrucciones de que avanzaran, mientras cercanos al ministro confirman que él dijo que compartía hacer una reforma al sistema a “título personal”. 

Ahora que tras los reclamos del PS-PPD las reformas cuentan con el aval del Presidente y se despejan las dudas del FA, el ministro cuenta con piso para avanzar, explican desde La Moneda. La operación debe ser rápida (ver nota relacionada).