—Al parecer, la
exigencia de cédula de identidad chilena no logró terminar con la violencia y el
delito en el mercado de Lo Valledor —comenta esta mañana José Tobías Silva,
mirando la cadena nacional en los matinales.
—Estás mezclando
peras con manzanas —lo reprendo.
—Bueno, es un
mercado hortofrutícola —dice María Luisa, comprensiva.
—O sea, ¿la
balacera no fue obra del Tren de Aragua ni del Primer Comando de la Capital?
—pregunta Walter Alberto.
—Al parecer fue
una señora que vendía desayunos en un carrito, y que no se tomó muy bien las
nuevas exigencias de seguridad.
—Habrá que
incrementar la presencia de la fuerza pública, Jota
Jota.
—Habría
Carabineros, guardias privados y hasta cámaras de televisión transmitiendo en
directo.
—¿La señora entró
con pistola?
—En realidad se la
quitó a un guardia que la tenía supuestamente inmovilizada.
—Volvemos a la pregunta del poeta romano Juvenal, entonces: ¿quién custodia a los custodios?