En un nuevo episodio que evidencia el quiebre interno en la UDI por el manejo de la crisis derivada del caso Penta -y especialmente en relación a las medidas a tomar con sus parlamentarios involucrados-, esta mañana el jefe de los senadores, Hernán Larraín, y el presidente del partido, Ernesto Silva, manifestaron posturas totalmente opuestas ante la cuestión de si el vicepresidente Iván Moreira debe o no salir de la mesa.

Larraín repuso el debate durante una entrevista en Radio Zero, en la que se le preguntó qué tipo de medidas o sanciones adoptará el partido, y si Moreira puede seguir siendo uno de sus vicepresidentes habiendo ya reconocido irregularidades.

"Creo, y se lo he dicho a Iván, que él debería congelar su participación en la directiva y él lo está pensando. Creo más: creo que lo quiere hacer y es cuestión de tiempo", reveló el senador. Moreira ha mantenido riguroso silencio desde el 7 de enero, cuando reconoció haber usado un "mecanismo irregular" para financiar su campaña, y estaría efectivamente dispuesto a dejar la vicepresidencia que ocupa. Esta mañana, Moreira no pudo ser contactado por La Segunda.

Las palabras de Larraín tomaron por sorpresa a Silva, quien unas tres horas después -tras una rueda de prensa con las mesas de RN, Evópoli y el PRI (ver nota secundaria)- fue consultado por el asunto.

"Eso lo tengo que hablar con Hernán, no estaba al tanto de dicha conversación", reaccionó el timonel. "Pero respecto al congelamiento de los involucrados en la investigación del caso Penta, eso se verá cuando se emita una sentencia condenatoria", dijo a La Segunda.

-¿Y una desvinculación del senador en la directiva de la UDI?

-La misma respuesta que di recién: nosotros vamos a tomar cartas si existe una sentencia condenatoria, antes no.

El episodio añade una tensión adicional a la discusión interna en el partido y alude de paso a la interrogante de si la mesa de Silva terminará su período de dos años -en mayo cumple recién el primero- a raíz de la crisis.

Larraín es, precisamente, uno de los nombres que han circulado con cierta fuerza como eventual sucesor del diputado, y su opción ha sido apoyada de manera interna por los ex senadores Pablo Longueira y Andrés Chadwick..

Además, el senador subrayó que la UDI aún no ha definido internamente si los involucrados recibirán alguna sanción o si deberán congelar militancia. "Es un tema que se ha debatido y no se ha resuelto", dijo. Esto, pese a que Silva había señalado hace un par de semanas que no se suspenderán militancias sin condena.

Larraín, además, insistió en que "no sólo tenemos que hacer una muy fuerte autocrítica", sino que "un giro radical en lo que es la construcción del proyecto, las estrategias, los estilos, la forma como hemos desarrollado nuestra actividad. La UDI ha pecado en muchos sentidos, hemos sido a veces arrogantes o muy duros, o muy intransigentes en defender nuestras posturas. Hay que trabajar en política con mayor humildad".

Tomando en cuenta que el ex senador Jovino Novoa -impulsor de la candidatura de Silva a la testera UDI- optó por un juicio largo y no abreviado, ello podría arrastrar la crisis durante meses.