La investigación de platas políticas llevó a marcar distancia en las estrategias de antiguos amigos: Carlos A. Délano y Carlos E. Lavín versus el histórico dirigente gremialista.
-Los controladores de Penta -Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín-optaron por colaborar con la investigación a fin de contar con atenuantes y allanar el camino a un juicio abreviado.
La intención es lograr en el plazo más breve posible una condena y así, disminuir los daños que ya se resienten en las empresas, pese a no estar todas cuestionadas ni comprometidas en la indagatoria.
-Jovino Novoa en cambio tiene contemplado pelear hasta el final demostrando que no hay delito y estaría dispuesto a llegar a un juicio oral si es necesario. Su gran argumento: que los que cometieron delitos tributarios son otros (los empresarios, Pablo Wagner) y no los políticos que entregaron facturas o boletas a cambio de ayuda a las campañas. En términos simples, que los candidatos que pidieron dinero no actuaron con dolo ni tuvieron intención de defraudar al fisco.
- Una vez que se conoció el contenido de la carpeta investigativa Délano y Lavín concurrieron a declarar ante el fiscal y en sus testimonios optaron por reconocer sus errores como, por ejemplo, no haber realizado un mayor control al ex gerente Hugo Bravo. Asimismo aportaron nuevos antecedentes como la existencia de un mecanismo al interior de la compañía para sacar platas sin dejar registro: contratos forwards mediante la firma Siglo Outsourcing.
- Novoa en cambio dilata su testimonio y por el momento busca ganar tiempo. El primer argumento para no declarar fue el desconocimiento de las declaraciones de los dueños de Penta y, hace dos días, la petición de que el caso se traslade de tribunal: del 8° Juzgado de Garantía al 4°. Supuestamente el último les brinda más seriedad e imparcialidad, pero -y es lo más importante- les permitiría separarse de la investigación madre: el caso FUT que se ventila en el 8° de Garantía.
- Para los empresarios Lavín y Délano, sus cercanos coinciden en que se les nota emocionalmente afectados, pues no es habitual en la actividad empresarial acaparar la atención pública por temas penales.
La complicación se ve acrecentada por el tiempo que ya lleva en las primeras planas de los medios y las esquirlas que causó el hecho de que salieran a la palestra los nombres de los parientes de ambos. "Inclusos se han retraído de actividades sociales", agrega una fuente consultada.
-Emocionalmente Jovino Novoa se muestra públicamente firme. Sigue influyendo al interior de la UDI y manteniendo contacto con sus dirigentes. La señal que ha dado es que él no cometió delito y que los riesgos que pudiera haber tomado fue por el partido y sus candidatos y en ningún caso por beneficio personal, pues él no iría a la reelección como senador (lo que, dicen las mismas fuentes, lo diferencia de Wagner, que lo habría hecho por provecho personal).
-Si bien se enfatiza que las empresas operativas del grupo están libres de anomalías (no así las sociedades que eran manejadas por el ex gerente Hugo Bravo), se reconoce el efecto que tiene esta investigación en negocios que se fundan en la confianza del público. Ahí, como ejemplo, se menciona el alza del costo de fondo que enfrentó hace pocos días el Banco Penta, que llevó a sus controladores a realizar un anuncio acerca de un millonario aumento de capital.
-Novoa, en cambio apuesta su influencia, poder y respeto que mantiene al interior de la UDI, más allá de no ocupar cargos formales en el partido. Legalmente arriesga multa y una pena de 541 días a 5 años de cárcel por, facilitar documentación para cometer delitos tributarios, pero tiene a su favor (como atenuante) su intachable conducta anterior y que -de acuerdo a los documentos actualmente en poder del Ministerio Público- la evasión fiscal sería mínima.
