Política
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Su modelo de financiamiento: Los malabares económicos de ME-O, un candidato virtual

Cómo funcionan las fuentes de recursos del presidenciable mejor posicionado, sin sede de partido y con un auto-oficina.  

por:  Paula Canales G.
viernes, 23 de enero de 2015
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Un auto-oficina y una estructura política "virtual". De esa manera Marco Enríquez-Ominami mantiene vigente su capital político en medio de un enrarecido ambiente donde la derecha está en cuestión por el caso Penta y el Gobierno con baja evaluación en las encuestas.

Se trata de un Station Wagon marca Nissan, modelo Pathfinder 2014, cuyo avalúo comercial es de $17.000.000. En él llegó al Congreso este miércoles para reunirse con diputados del PS-PPD, y en él guarda toda la documentación imprescindible de su siempre agitada agenda política.

No es un hecho aislado. No tiene oficina propia. Tampoco el PRO, el partido que fundó, ni la fundación Progresa que él preside.

En momentos en que el financiamiento de la política se encuentra en entredicho, el personaje mejor evaluado de acuerdo a la última encuesta del CEP y con más futuro según Cerc-Mori, que desde el 2010 carece del colchón de ingresos de un diputado y que ha enfrentado ya dos postulaciones a La Moneda, ha podido mantener un engranaje político de bajo costo. Y que con miras a las municipales 2016, constituye ya una amenaza para las figuras de la Nueva Mayoría con aspiraciones presidenciales.

Marco desplegó un sistema tal que tampoco se gastan recursos en candidatos: si se quiere la marca del PRO, cada cual solventa sus campañas.

En este contexto, sus "centros de operaciones" han pasado a ser algunos café capitalinos, como el Tavelli del Drugstore o el Café del Autor de calle Manuel Montt.

Cuenta con un chofer-asistente que lo traslada a sus encuentros políticos y a la radio Universidad de Chile, donde conduce el programa "Cambio de Switch" desde el 2013. "En muchas ocasiones él conduce mi auto. Tengo múltiples reuniones durante el día, algunas de carácter político, otras de presencia en los medios y también reuniones de mi empresa, y para todos los efectos prácticos, mi oficina es mi auto", comenta ME-O. "La gente valora liderazgos, no oficinas", remata.

"Economía familiar solidaria"

El cineasta (41 años) reparte los gastos de su hogar con su esposa, la popular animadora de TV Karen Doggenweiler, quien tiene un sueldo que supera los $20 millones según revelan fuentes de la industria.

"Los dos aportamos a la economía familiar de forma solidaria. Cuando a uno de los dos le va mejor, ayuda más que el otro. Pero por respeto a Karen, profesional que ejerce exitosamente como periodista por más de 20 años, no voy a entrar a discutir ni sus ingresos, ni la forma en que nos dividimos los gastos en nuestro hogar en 11años de matrimonio", dice.

Sólo tiene una propiedad registrada a su nombre, asegura. "Es una casa que compré, y que todavía estoy pagando. No tengo más propiedades".

Su chofer-asistente está contratado por Rivas y Rivas Limitada, productora que de acuerdo a lo indicado por ME-O es su principal fuente de ingresos.

La creó en 1998 y se dedica a la exportación, distribución y comercialización al extranjero de proyectos audiovisuales. Sigue activa desde entonces -aunque hoy tampoco tiene sede- y es la encargada de gestionar los derechos televisivos de programas como la exitosa serie "La vida es una Lotería", lanzada con alto rating en TVN, que vendió a Estados Unidos el año 2004 y fue distribuida en Argentina. Ahora precisamente está en conversaciones con Colombia y México.

"Me pago un sueldo a partir de las utilidades que esta empresa ha generado a través de los años y de los proyectos actuales", explica el ex candidato presidencial, quien prefiere no entregar la cifra. Según cuentan sus cercanos, durante su periodo como diputado vivió con la dieta parlamentaria y no tocó los recursos que comenzaron a llegar por la serie. Fue al dejar el Parlamento que comenzó a utilizar aquel "fondo", que se ha ido alimentando con cada venta de derechos.

Sobre los proyectos actuales menciona un documental sobre Rapa Nui y relación del Estado de Chile con los pueblos indígenas. "También estamos trabajando en una película documental sobre un personaje histórico chileno del siglo XX, que prefiero no revelar aún, y además estamos evaluando otros proyectos audiovisuales".

Charlas en el extranjero

Otras fuentes de ingresos son las charlas y clases que de manera periódica dicta en la Universidad Nacional de Rosario en Argentina y en la Universidad Autónoma de Puebla, en México. Por ejemplo el taller "comunicación política" (septiembre de 2014) en la facultad de ciencias económicas de la Universidad de Rosario; sólo se abrieron 30 cupos.

La tarifa de ME-O para estos talleres y clases es uno de los secretos mejor guardados por su estrecho círculo. Sólo se comenta que "le pagan lo suficientemente bien como para que sea atractivo ir por unas semanas a dar clases o cursos".

"Los derechos de los libros publicados, y muchas de las charlas y clases remuneradas que dicto las gestiono a través de mi empresa. Sé lo difícil que es ser Pyme en Chile", comenta el ex candidato.

Dos créditos

En su última campaña presidencial, según reveló su esposa a Revista Caras, ME-O tuvo que ir con encuestas en mano a las instituciones financieras para que le dieran préstamos para su postulación.

De acuerdo a su rendición ante el Servel, el presidenciable aportó de su cuenta corriente personal $7.752.598 millones y pidió dos créditos: uno al BancoEstado por $50.000.000 y otro a CorpBanca por $250.000.000.

"Fue lo máximo que pudimos obtener, y aun así es mucho menos que los 2.036 millones que consiguió la actual Presidenta y que los 1.156 millones que le dieron a Evelyn Matthei", ironiza.

A ello se suman 8 depósitos que se hicieron de forma anónima por $160 mil y $239.873.370 por la vía de aportes reservados. "Los aportes reservados fueron una pequeñísima fracción de lo que recibieron mis contendoras, pero no conozco los orígenes de esos fondos", asegura.

Respaldo de Open Society

Mientras su partido se ha financiado por la vía de aportes de militantes y el reembolso del Estado por votos (ver recuadro), la Fundación Progresa ha tenido el respaldo de entidades extranjeras.

El ex candidato ha puesto sus energías en el funcionamiento de esta fundación, de la cual es su presidente y para la cual reclutó a varios amigos y conocidos que integran el directorio. Nuevamente en este esquema virtual, trabajan desde sus propias oficinas distintos temas para que sean difundidos por Progresa.

Entre los que regularmente lo ayudan: el cientista político Patricio Navia; el diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic; el concejal Jaime Parada; el cineasta Cristián Galaz y su tío historiador Rafael Gumucio Rivas.

Además se ha preocupado de hacer diversos seminarios, como este miércoles en el Centro Cultural Montecarmelo, sobre Recursos Naturales, Políticas Públicas y Desarrollo Sustentable, que contó con la presencia de la ex ministra de Ecología de Francia, Delphine Batho, país con el cual tiene un vínculo ya que creció en esas tierras luego de que su madre, Manuela Gumucio, partiera al exilio.

Patricia Morales, quien ejerce el triple rol de presidenta del PRO, de directora ejecutiva de la fundación -la única contratada y con un sueldo que bordearía $1.500.000- y periodista que difunde todos los comunicados de prensa, explica que Progresa recibe apoyo de instituciones internacionales, por ejemplo a través del arriendo de salones en hoteles para la realización de seminarios. Es el caso de la Fundación Friedrich Ebert, entidad alemana , y la Open Society (OSI).

El mismo ME-O cuenta que OSI financió un proyecto de Progresa sobre política de drogas. "Investigamos, desarrollamos un diagnóstico, propuestas que significaron seminarios y un libro que fue editado en papel y tiene miles de descargas en internet", dice.

Sobre su estilo y la forma en que Enríquez-Ominami ha levantado una red sin estructura física, sus cercanos lo atribuyen a la profesión de cineasta en la que se desempeña desde que tiene 20 años. Así lo describe uno de sus amigos: "El es un narrador y da libertad a sus personajes, por eso le acomoda este sistema sin oficina, sin contratos. Sólo tiene que salir a grabar su historia".

 

 La situación del PRO: Partido sin sede

Sólo con el aporte de militantes y adherentes se financia el PRO (Partido Progresista de Chile), señala su presidenta, Patricia Morales, quien acota que ellos son quienes facilitan locales para realizar actividades.

La colectividad cuenta con 36.799 militantes de acuerdo a los registros del Servicio Electoral. "Naturalmente hay una cuota por militante, pero no la paga casi nadie, sólo los que tienen amor a la camiseta", cuenta Salvador Urrutia, alcalde del Pro en Arica, aludiendo a un aporte mensual sugerido de $5.000. Sin embargo esto no es una obligación, ni su incumplimiento está sujeto a sanciones.

En tanto, de acuerdo al balance de la colectividad, el PRO registró en el año 2013 ingresos por $740 millones, pero de ellos $650 millones correspondieron a los reembolsos que otorga el Estado asociados a la votación que se obtuvo en la elección presidencial, donde ME-O fue la carta a La Moneda; los comicios parlamentarios y de consejeros regionales (cores). En este escenario de ingresos fluctuantes y no permanentes la colectividad decidió no tener sedes de partido.

Patricia Morales reconoce esa determinación y la atribuye al "costo que significa" mantenerlas. Agrega que la colectividad no tiene gastos permanentes, porque "se terminaron todos los contratos con los colaboradores que trabajaron durante las campañas. Ocasionalmente se contrata el servicio de profesionales para actividades puntuales, como por ejemplo la realización de las elecciones internas".

A través de cenas de recaudación y de los reembolsos del Servel, el PRO espera apoyar a sus candidatos. Pero en la práctica quienes deseen competir por un cargo de elección popular, con el respaldo de la tienda, están dispuestos a solventar sus gastos. "Yo financié mi candidatura, recibí mínimos aportes de algunos amigos y las campañas en el resto del país fueron iguales", dice Urrutia.

El caso de Marisela Santibáñez fue similar: Para financiar su fallida postulación a diputada "hacía tallarinatas por $5 mil", recuerda la actriz, quien postuló por el PRO por San Bernardo.

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