Política
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Penta: La crisis puertas adentro y el inédito "mea culpa" que discute la UDI

Principales dirigentes debaten documento reconociendo responsabilidad política de la colectividad.  

por:  S. Minay, P. Durán y M. Contreras
viernes, 09 de enero de 2015
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Al mediodía de ayer, los principales dirigentes de la UDI se dieron cita fuera de la sede de calle Suecia para una reunión reservada. Junto al presidente del partido, Ernesto Silva, estuvieron reunidos -según aseguran asistentes- representantes de "todas las facciones" del partido. El tema: definir cursos de acción en busca de una salida a la crisis provocada por el caso Penta, una de los más complejas que ha enfrentado la colectividad en años.

Más dura que el caso Spiniak, se atreven a afirmar algunos. Otros discrepan. "Es que aquella vez las acusaciones eran falsas", responde en voz baja un dirigente, sin terminar la frase.

La discusión de ayer, en todo caso, no apuntó tanto sobre las estrategias judiciales para enfrentar las acusaciones de aportes irregulares de campaña. El punto era estrictamente político. En concreto: la redacción de un documento oficial en que el partido se haría cargo de la "responsabilidad política" que le cabe ante el escándalo, pero separando claramente lo anterior de las responsabilidades jurídicas que tengan los parlamentarios, dirigentes y ex candidatos que hasta ahora aparecen involucrados en el caso.

Según dicen algunos, el texto ya está avanzado en su redacción y las conversaciones apuntan a que sea aprobado por consenso.

En el partido hacen notar que ello depende de que la declaración vele por un delicado equilibrio: que no termine involucrando a la UDI por entero en el caso, pero que tampoco genere la sensación de que los involucrados son abandonados a su suerte y con la tienda desmarcándose bruscamente de ellos.

Adicionalmente, el partido se abriría a reconocer la necesidad de cambios importantes en la legislación del financiamiento de campañas, dando un giro y aceptando el fin de los aportes reservados, punto aún discutido pero no acordado del todo.

En la mesa admiten el diálogo en torno a este documento, señalando que apuntaría a plasmar de manera mucho más formal y nítida la postura ya planteada por Silva en una entrevista el domingo pasado, cuando señaló que "la UDI asume la responsabilidad en lo que le corresponde, por errores que se puedan haber cometido".

Pero en la directiva también ponen algunos frenos. El principal: ver cómo decanta la situación del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga (DC). La declaración ante la fiscalía de Délano y Lavín admitiendo que se entregó fondos con el objetivo de ayudar a pagar deudas en la campaña de Santiago Poniente complicarían la ya débil posición del ex alcalde falangista en el gabinete, cambiando el foco de la polpemica hacia La Moneda.

Como sea, para varios este documento en que se asumiría responsabilidad política sería una salida intermedia luego de una fracasada propuesta realizada por Silva hace algunos días, que generó tensiones internas.

Falta de piso

Al menos tres semanas atrás, el timonel propuso en una reunión de directiva la idea de que el partido pidiera "perdón" por las irregularidades en el financiamiento de varias campañas. La idea era dar una señal de que la colectividad daría la cara y acelerar el fin de la crisis, al menos en términos políticos, anticipándose a lo que varios sabían que ocurriría en enero, tras el fin del secreto de la investigación de la fiscalía: Délano y Lavín testificarían, continuando con su estrategia de colaborar, y admitirían los traspasos de fondos a campañas.

Sin embargo, la propuesta de Silva encontró inmediatos reparos. No todos estaban dispuestos a asumir responsabilidades que eran atribuibles a un grupo acotado.

El episodio comenzó a abrir cuestionamientos al presidente del partido: los críticos apuntaban a que la idea del "perdón institucional", embarcando a la UDI completa, no era sino una forma de diluir la responsabilidad del ex timonel Jovino Novoa, uno de los dirigentes más influyentes de la colectividad, principal sostén político de Silva y -admiten varios- uno de los más complicados en términos judiciales. Esto, pues boletas de una sociedad fundada por él y otros documentos de terceros entregados a Penta por funcionarios del estudio de abogados Guerrero y Olivos -del que el ex senador se retiró ayer- están en manos de la fiscalía.

Así, la estrategia del "perdón" institucional fue desechada. Silva, en cambio, estrenó el fin de semana pasado una nueva postura: "puede haber habido errores en la manera en que se hicieron aportes y financiamiento a las campañas, no ilícitos".

En la directiva explican que con esas declaraciones, la idea era alinearse con una "segunda etapa" en que los datos de la investigación se harían públicos y "los Carlos" -como llaman en el partido a Délano y Lavín- entregaran su testimonio a la fiscalía. Además, Silva "abriría la cancha" para que algunos de los implicados fijaran posturas individuales, en línea con sus estrategias de defensa ante la fiscalía. Como quería hacerlo el senador Iván Moreira, quien transmitió al timonel la semana pasada que reconocería "irregularidades" en su campaña, como finalmente lo hizo este miércoles.

Sobre este episodio, en todo caso, hay otra versión. Esta última apunta a que los cuestionamientos internos comenzaron a incrementarse y que la advertencia de Moreira a Silva de que hablaría públicamente habría sido lo que llevó al timonel a dar un giro y admitir los "errores" de los ex candidatos del partido. De hecho, los críticos señalan que en su entrevista del fin de semana pasado, Silva aún hablaba de que los errores en financiamiento de campañas eran "transversales", tesis que fue rechazada por Moreira el miércoles al hacer su "mea culpa".

De hecho, varios atribuyen a Moreira una antigua molestia con la cúpula del partido, especialmente con Novoa, a quien en privado atribuye la definición de haberlo "mandado a morir al sur", como dijo el miércoles al referirse a su fallida incursión senatorial en Santiago Oriente. El enojo de Moreira pasaba, además, porque afirma no haber sido informado directamente por la mesa de que "los Carlos" colaborarían con la fiscalía, admitiendo irregularidades.

"Política de exterminio"

El ambiente era tenso en el comedor de los diputados UDI en el Congreso el martes a la hora de almuerzo. Pocos antes se había conocido un correo electrónico de enero de 2013 -parte de la carpeta de investigación de Penta- en que Carlos Eugenio Lavín preguntaba a Silva por un artículo del proyecto de ley para modificar la Ley de Isapres, al que calificaba de "la máxima garvedad" y sugería "a ver si se nos ocurre algo". La respuesta de Silva era escueta: "Es solo para el plan garantizado", decía, aludiendo a que la debatida alza según IPC no se aplicaría al plan complementario, como preocupaba a Lavín.

Silva tomó la palabra, minimizó los efectos de la polémica por el e-mail e hizo una encendida arenga, llamando a la unidad. "Esta es una política de exterminio contra la UDI", señaló el timonel.

Aunque el diputado logró apaciguar los ánimos, al día siguiente debió nuevamente reunirse con los diputados al almuerzo. Poco antes, Moreira había dado su versión de la polémica. Tenía un motivo adicional: esa mañana, su rival en las pasada competencia interna, el senador Víctor Pérez, había señalado que "me hubiera gustado más que la UDI hubiera planteado desde un comienzo que esto no es algo que atañe al partido como tal, sino a personas y que hay que esperar la decisión de tribunales".

Tensión con parlamentarios

Ante los diputados, el presidente del partido dijo que el senador había coordinado con la mesa sus palabras. E insistió en la necesidad de evitar críticas internas.

Durante la cita, el diputado Celso Morales -antiguo crítico de Silva- reclamó porque la mesa no había informado que hablaría Moreira y dijo que no era fácil defender una misma postura en esas condiciones. Además, planteó que era evidente que los dichos del senador contradecían la tesis de la directiva. En reserva, algunos diputados dicen compartir la postura de Morales, aunque no la han planteado a Silva.

Inmediatemente después del encuentro con los diputados, el timonel fue al almuerzo de los senadores del partido. Lo hizo acompañado por el ex presidente de la colectividad, Patricio Melero. Ahí rechazó las críticas de Pérez y pidió que si había alguna diferencia de opinión, se conversara internamente antes de hacer declaraciones públicas. El punto fue acogido.

En la reunión no estaban presentes ni Moreira -que permanecía en Santiago tras su inédita rueda de prensa-, ni Ena von Baer, quien ha estado toda la semana en el sur del país.

Por la tarde, el presidente del partido reforzó el diálogo por separado con varios senadores. A varios explicó que la decisión de los otros involucrados en el caso -Von Baer, Novoa, Zalaquett, Golborne- sobre si hablarán públicamente está siendo monitoreada por la mesa, pero que dependerá de las estrategias de cada uno.

Distinta es la situación del ex subsecretario de Minería, Pablo Wagner, quien recibió pagos de Penta mientras ocupaba su cargo: la propia directiva plantearía hoy pasarlo al Tribunal Supremo, buscando dar un golpe de efecto y retomar el manejo de la crisis.

Continuidad de la mesa

A principios de semana, un histórico dirigente gremialista comentaba en reserva sus preocupaciones por el curso de la crisis. Y advertía -en diálogos de pasillo- que la situación de la mesa de Silva es cada vez más compleja. "Algunos senadores han comenzado a pedir a Andrés Chadwick o de Juan Antonio Coloma para una nueva conducción", agregó.

La figura de Chadwick, en todo caso, provoca ciertos reparos en algunos sectores: su cercanía con el ex Presidente Sebastián Piñera es vista con distancia por algunos. "No sería raro que el piñerismo viera la oportunidad de comprar barato", dice un dirigente.

Otros sostienen que el hecho de que la directiva ya esté dialogando sobre la redacción de un documento de responsabilidad política en la crisis es señal clara de que ha perdido la exclusividad de la conducción.

Aunque el tema ha ido surgiendo en conversaciones privadas, en la mesa niegan que existan posturas expresas que apunten a un cambio en la directiva.

De hecho, un dirigente gremialista dice que Silva ha señalado en reiteradas ocasiones que está "dispuesto a asumir los costos hasta el final".

Con todo, en el partido varios vieron como una decisión que apuntó a evitar tensiones mayores la de no realizar un Consejo Directivo Ampliado que estaba en carpeta para este mes.

De todas maneras, Silva iniciará la próxima semana una gira por el país, encabezando una seguidilla de consejos regionales en que, además de analizar materias administrativas y con miras a las municipales de 2016, intentará informar a las bases sobre las gestiones de la directiva para enfrentar la crisis.

E medio de crisis: Dos versiones por diálogo entre la UDI y Palacio

Reunirse a conversar sobre Penta. Ese es el mensaje que -afirman fuentes de La Moneda- han transmitido al ministerio del Interior durante los últimos días personeros de la UDI a través de parlamentarios de la Nueva Mayoría.

Aunque se niega que existan peticiones formales de encuentros, en el Ejecutivo dudan de que sea buena idea para ellos abrirse a un diálogo sobre el asunto en estos momentos.

Estas versiones de Palacio, sin embargo, son descartadas en la directiva de Ernesto Silva, donde señalan que no hay espacio político para iniciar una conversación con La Moneda y, por el contrario, en la oposición hay expectación sobre qué efectos abrirá en la continuidad del ministro Alberto Undurraga (MOP) la declaración ante la fiscalía de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, admitiendo una entrega de fondo para paliar las deudas de la campaña senatorial del hoy secretario de Estado. Tema del que La Moneda ha tratado de mantenerse completamente al margen.

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