Política
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Felipe Kast, diputado de Evópoli: "Me gustaría el estilo de gestión de Ricardo Lagos en la Nueva Mayoría"

En vísperas de la presentación de la reforma laboral del gobierno, el parlamentario cuestiona la propuesta pues responde -dice- a una visión ideológica que desestabilizará el mercado.  

por:  Rebeca Araya Basualto
sábado, 27 de diciembre de 2014
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Este martes, Felipe Kast (36) fue parte del equipo derrotado por 6 goles contra 7 por los reos de Colina 2, en un partido que le dejó un sabor amargo por razones que exceden al deporte.

"Duele ver que nuestro sistema penal va contra la dignidad humana, tanto en las condiciones de vida de los reos como de los gendarmes", dice el economista e integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, que participó de la actividad junto a otras figuras de la Alianza, como parte de sus quehaceres públicos en esta Navidad.

-En Chile hay 123.409 condenados vinculados al sistema carcelario y los índices de violencia urbana son crecientes: ¿Se relacionan estos hechos con nuestra precariedad laboral?

-Es obvio. Sume a eso que a medida que las sociedades superan condiciones de pobreza como la que vivíamos hace un par de décadas, cambia el tipo de delitos. Pero, en lo sustantivo, necesitamos debatir las habilidades blandas que aporta el sistema educativo y la facilidad con que el Estado abandona a los niños más vulnerables. Otros países entienden la necesidad de sobreinvertir en ellos. Nosotros los dejamos a su suerte y si abandonan el sistema educativo, no hay políticas públicas destinadas a evitarlo. Conozco cifras desde el año 2000 y, salvo algún alcalde que se interesa en el tema, el Estado carece de estrategias en esta materia.

-La encuesta Casen 2011 muestra que el 80% de los pobres en Chile son asalariados, es decir, tener trabajo no implica salir de la pobreza. ¿Cómo superar este conflicto?

-La pobreza responde a dos vertientes: la primera son los bajos salarios, problema difícil de remontar a corto plazo, pues implica convergencia de variables como aumentar la productividad laboral y mejorar la capacitación. Lo segundo es que las familias en situación de pobreza tienen menos miembros en edad de trabajar insertos en el mercado laboral que aquellas familias que superan los índices de la pobreza. Estudios del 1996 al 2001 demuestran que, con cada miembro de la familia que consigue trabajo, mejora la posibilidad de que el grupo deje de ser pobre. Y uno de los obstáculos en este punto es que la tasa de participación laboral de mujeres y jóvenes es muy baja. Si llegáramos al estándar promedio de la OCDE, bajaría la pobreza a la mitad.

Juego de suma cero

En referencia al proyecto de reforma laboral que el Gobierno dará a conocer el lunes, Kast sostiene que 70% de los trabajadores en Chile desempeñan formas de empleo no afectas a sindicalización y ejemplifica con el caso de los trabajadores independientes o quienes lideran emprendimientos propios. "Por lo tanto -enfatiza- centrar la reforma laboral en la lógica sindical, me parece un error profundo".

-Datos del Banco Central y la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) indican que entre 1990 y 2009 la productividad por hora creció casi 90%, mientras los salarios medios aumentaron 20%. ¿Es posible revertir la inequidad del sistema?

-Hay inequidad en los salarios en todo el mundo. La pregunta es cómo nos hacemos cargo del tema. No hay política laboral más efectiva que el poder negociador que ganan los trabajadores al aumentar la demanda por mano de obra. Cuando se buscan atajos a través de medidas que rigidizan el mercado laboral, se obvia el hecho de que el capital fluye por el mundo y se mueve hacia lugares en que tenga mayor rentabilidad. Rigidizar el mercado laboral atenta contra el empleo.

-La presidenta de la CUT ha planteado tres condiciones mínimas para empoderar a los trabajadores: devolver el poder al sindicato como único negociador; terminar el reemplazo en huelga y no extender a no afiliados los beneficios negociados por el sindicato, y establecer la ley de pisos mínimos. ¿Apoya Ud. alguna de esas condiciones?

-Los sindicatos son una tremenda oportunidad para fomentar mayor contratación y más seguridad y dignidad para los trabajadores. El problema de Bárbara Figueroa, y del PC, es que los ven como un juego de suma cero entre trabajadores y empleadores. A mi juicio, la idea del sindicato como único negociador vulnera la libertad de los trabajadores no afiliados.

-¿Y el reemplazo en las huelgas?

-Una legislación laboral construida en la lógica de poner la pistola sobre la mesa para negociar me parece mal. En el gobierno de Ricardo Lagos se legalizó el reemplazo pagado y yo concuerdo que son convenientes en un sistema que respeta el derecho a huelga de los trabajadores, sin vulnerar los derechos del emprendedor que da origen a la fuente de trabajo.

-¿Comparte la idea de una ley de pisos mínimos, donde cada negociación parte de los logros ya acordados en negociaciones previas?

-Es lo que más me preocupa de la propuesta que hoy conocemos. De hecho la ministra afirmó algo muy raro: que se impulsarán los pisos mínimos, pero no serán obligatorios.

-¿Se busca una propuesta satisfactoria para la CUT que no disguste a los empresarios?

-Absolutamente. Los pisos mínimos rigidizan la negociación y le daré un ejemplo: durante su gobierno, Frei fijó el salario mínimo a tres años y nos pilló la crisis asiática. Hay estudios que muestran que esa política pública incidió fuertemente en la pérdida de empleos en ese período, porque no tuvimos oportunidad de adaptarnos a la crisis. Partir de pisos mínimos expone a la empresa a ser incapaz de afrontar ciclos negativos de la economía y eso, finalmente, afecta la oferta de trabajo.

Blanco, presa del programa

-La voluntad del Gobierno de cambiar la legislación laboral, parece estar en conflicto con las expectativas de los involucrados ¿Cómo resolverlo?

-Pasará lo mismo que en las reformas educacional y tributaria. Por primera vez la izquierda ideológica llegó al poder y quieren imponer sus reformas. Está bien, pues ganaron democráticamente las mayorías necesarias. Por nuestra parte, tenemos la obligación de hacer presente que la reforma que se conocerá el lunes afectará a los trabajadores y la empleabilidad.

-¿Y dónde aparece la analogía con las reformas precedentes?

-En que una vez presentadas, se encontraron con que la gran mayoría de los chilenos comprobó que sus reformas, que se veían bien en los titulares, tenían graves consecuencias para la economía, en el caso tributario, o para los niños y sus familias, en lo educacional. Todo sin conseguir un país con más igualdad de oportunidades y menos abusos, metas ambas que compartimos. La pregunta, en la reforma laboral es, ¿el Gobierno escuchará recomendaciones de la OIT y la OCDE o hará una genuflexión al PC, como hizo ante la Confech en la reforma educacional?

-¿Cuál es su apuesta?

-En la Nueva Mayoría -que no es la Concertación de Lagos- están felices con sus reformas ideológicas. Tengo la mejor opinión de Javiera Blanco, pero la siento prisionera de un programa de gobierno que es como la Biblia. No admite interpretaciones. Mi esperanza es que en algún minuto vuelva a primar una conducción con mirada de país y proyección de largo plazo. Es probable que el nuevo gabinete tenga una mirada menos ideologizada y más política.

-¿Echa de menos el estilo de gestión de Ricardo Lagos?

-Sin duda. Me gustaría ver más de Ricardo Lagos en estilo de gestión del Estado de la Nueva Mayoría.

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