Política
Compartir | | Ampliar Reducir

Pedro Güell: El "autoflagelante" que define los contenidos de Bachelet

El sociólogo que recibió una fuerte crítica de Matthei es referente del sector crítico de la obra de la Concertación y clave en el discurso duro del Gobierno.

por:  Paula Canales G.
viernes, 28 de noviembre de 2014
Imagen
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Aunque tiene una oficina amplia con secretaria propia en el segundo piso de La Moneda, Pedro Güell (56 años) sostiene frecuentes reuniones fuera de Palacio. Citas que no tienen que ver con su cargo de director de Políticas Públicas de la Presidencia: se junta con alumnos del doctorado de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado, cuyas investigaciones aún dirige, como ex profesor de dicha casa de estudios. Rol que se negó a dejar cuando, en marzo, la Presidenta Bachelet le pidió que asumiera como jefe de contenidos.

Se trata de una labor ad honórem: pidió permiso sin goce de sueldo en la universidad mientras la Mandataria lo mantenga como responsable de proveer insumos y diseños para la labor de su segunda administración. Tuvo un rol clave, de hecho, en la redacción del discurso del 21 de mayo pasado.

No obstante su bajo perfil -declinó conversar con "La Segunda" para este artículo, tampoco realiza gestiones políticas directas-, su nombre fue puesto en el foco esta semana por la ex candidata opositora Evelyn Matthei, quien calificó su asesoría a la Presidenta como parte de los "problemas" del Gobierno.

En el oficialismo reconocen que la influencia de Güell no es poca. Ni tampoco nueva: el sociólogo de la Universidad de Chile y doctor de la Universidad de Erlangen-Nürnberg, Alemania, fue uno de los intelectuales más consultados por Bachelet en su primer gobierno. "Los del Segundo Piso teníamos la instrucción de preguntarle sobre la mayoría de los temas que se estaban trabajando", recuerda un ex colaborador de la Mandataria.

El enfoque crítico sobre la Concertación -que Güell venía desarrollando desde fines de los 90- fue clave para que Bachelet pusiera atención a sus planteamientos. Incluso, lo sumó al directorio de la Fundación Dialoga mientras ella estuvo en Nueva York, durante el gobierno de Piñera.

Discípulo de Norbert Lechner -fallecido investigador, politólogo y abogado alemán nacionalizado chileno, ex director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y a quien Bachelet citó en su discurso del jueves en Enade-, es primera vez que Güell asume un cargo público. La mayor parte de su carrera tras regresar a Chile de su doctorado en Alemania durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle la desarrolló en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), donde trabajó por 15 años, y en las aulas universitarias.

Desde ahí siguió de cerca el debate político, pero aproximándose siempre con enfoque de investigador. Ello explica -dicen en su entorno- que no milite en ningún partido, pese a que se declara de ideas de izquierda, cercanas a la socialdemocracia europea y admirador de la escuela de sociología alemana de Lechner, con quien cultivó una gran amistad.

Otra de sus aficiones es la música: sabe tocar piano, aunque sus amigos dicen que lo ven cada vez menos ante el instrumento. También le gusta la pintura.

Críticas fundacionales

Pese a su lejanía con los partidos, desde el PNUD fue asumiendo un perfil clave en la política oficialista desde finales de los 90. A inicios de 1998, el informe sobre Desarrollo Humano en Chile del PNUD -coordinado por Güell- hizo una de las primeras críticas descarnadas desde el retorno a la democracia al modelo de la Concertación. "El malestar expresado por los ciudadanos obliga a reflexionar el sentido que tiene el orden democrático en el nuevo contexto", señalaba el texto.

Poco antes, en diciembre de 1997, la Concertación había sufrido su primer gran golpe electoral en la elección parlamentaria, donde había perdido cerca de un millón de votos, antesala de la reñida competencia presidencial entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín del año siguiente.

En el PS afirman que ese informe del PNUD fue la antesala del documento "La gente tiene la razón", que meses más tarde sacó a la luz un grupo de dirigentes como Carlos Ominami, Jaime Estévez y Sergio Aguiló, entre otros, con una mirada crítica de la Concertación. La respuesta vino con el texto "La fuerza de nuestras ideas", suscrito por personeros como Eugenio Tironi, José Antonio Viera-Gallo, Edgardo Boeninger e Ignacio Walker. El episodio marcó la primera disputa pública -que se prolonga hasta las diferencias de hoy en la Nueva Mayoría- entre "autoflagelantes" y "autocomplacientes".

En ese momento, el rol de Güell no fue sólo de influencia desde el PNUD. Algunos de sus cercanos dicen que colaboró activamente en la redacción del texto "autoflagelante".

En 2002, el informe del PNUD llamado "Nosotros los chilenos, un desafío cultural", marcó nuevamente un punto crítico. En el oficialismo dicen que el texto provocó la molestia del entonces Presidente Ricardo Lagos. Y aunque un influyente ex colaborador del entonces mandatario desestima enojos, sí dice que el documento tenía "demasiadas generalidades".

Los críticos de Güell, de hecho, opinan que no es un "estratega" y le cuestionan que, desde La Moneda, no considere el clima político en que se deberán debatir las reformas.

Nexos oficialistas

Pese a que tiene muchos conocidos, el sociólogo es de pocos amigos. Entre ellos están Bachelet, el senador PS Carlos Montes -a quien le suele recomendar libros- y el vicepresidente de BancoEstado, el DC Guillermo Larraín, con quien se junta a cenar y hablar de literatura. También se menciona al senador PS Juan Pablo Letelier. Fuera de la Nueva Mayoría, tiene nexos con el ex presidente de la Sofofa, Bruno Philippi: estuvo casado con la hermana menor del empresario.

Su estilo, en todo caso, se mantiene distante de la labor política diaria. Sus amigos aseguran que si bien en los debates es "apasionado", se defiende detrás de una posición lógica y racional. "Defiende ideas con fuerza, pero no alza la voz", asegura un ex compañero de trabajo.

 Definiciones clave del sociólogo de Palacio

Malestar ciudadano (1998)

"Un difuso malestar recorre Chile. Sería arriesgado ocultarlo. Hay que hacerse cargo de él, pues la sociedad chilena construirá su modernidad sólo en la medida en que reflexione sobre sí misma".

Poder, ¿para qué y quién? (2004)

"Es cada vez más difícil que existan instituciones intocables o temas tabú. En ese sentido, podría decirse que emerge una sociedad más madura, con personas más exigentes y conscientes de sus derechos, que tienen más ganas y demandan más poder". "Pareciera que la élite no tiene claridad respecto de las fuerzas motoras de la sociedad actual, lo que redunda en cierta perplejidad frente a la evolución de la sociedad y a su propia función en ella".

Cambios en la sociedad (2010)

"Chile está transitando un cambio de escala en sus problemas de coordinación social y en sus problemas de integración cultural. Nuestro ordenamiento institucional, tanto público como privado, no está preparado para este cambio de escala. Este desajuste con las energías y desafíos de la sociedad será un problema. Ya hoy es nuestro problema".

Educación (2010)

"Las nuevas demandas por calidad, como se ha mostrado en la educación, exigen el diseño de procesos altamente complejos, participativos, sometidos a un fuerte componente de ensayo y error, retroalimentando permanentemente resultados parciales. Se trata de problemas no lineales. Ello no puede ser abordado por la forma tradicional de diseño lineal de las políticas públicas. Esto exige un cambio de escala en el modo de abordar problemas".

Diferencias y tensiones (2010)

"El marco del consenso que ha fundado la idea de ciudadanía de la transición no puede ya ni procesar esas diferencias ni mantenerlas en la intransparencia. La comunidad cívica requiere ampliar sus límites. Ha llegado, por tanto, el momento de ejercitar la transparencia instituyente. Es el momento de mostrarnos sin temor las diferencias y tensiones que de hecho nos constituyen. Se trata de dar espacio a las demandas de reconocimiento de las diferencias, y darles un procesamiento reflexivo para crear una dignidad común, un nuevo consenso, precario como siempre, pero más inclusivo".

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img