"Esta va a ser una interpelación distinta", subraya una y otra vez la diputada gremialista María José Hoffmann cuando detalla cómo espera encarar al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, a contar de las 17 horas del próximo miércoles 26 en la sala de la Cámara de Diputados. Con la luz verde que la misma dio ayer, la parlamentaria UDI conducirá la interpelación: será la tercera ocasión en que la oposición utilice esta herramienta, y ella cree que la diferencia la marca el crítico momento por que el que atraviesa la reforma.

-¿Por qué será usted esta vez la diputada interpeladora? ¿Lo pidió?

-Desde que estoy en el Congreso me he especializado en los temas de educación; me tocó presidir la comisión del ramo el 2011 y el 2013. Y con respecto a las declaraciones del ministro Peñailillo, primero nosotros no queremos que todas las interpelaciones las haga un solo partido, hay acuerdos. Pero en este caso puntual, la UDI, de los cinco diputados tiene cuatro. Y ¡por favor! un poco de autocrítica de alguien que ha cuoteado hasta el portero de su ministerio. También fue un acto generoso del resto de los integrantes, que también tenían derecho de poder haber interpelado.

-¿Cómo se va a preparar para la interpelación?

-Estoy armando distintos equipos. En la primera etapa quiero escuchar: voy a hacer mucho terreno, voy a recorrer regiones, escuchar papás, sostenedores, recorrer colegios municipales. Va a ser una etapa de recoger inquietudes y la angustia de muchas familias que tienen la incertidumbre de si su colegio va a cerrar a o no.

-¿Con quiénes se va a asesorar?

-Voy a trabajar con la Fundación Jaime Guzmán, con los parlamentarios de la comisión, voy a abrir una página web para recoger preguntas ciudadanas. Y voy a hacer una especie de coaching con Vasco Moulián. Quiero que sea una interpelación distinta, va a haber fotos, vamos a mostrar casos y nombres de familias que se sienten perjudicadas con la reforma, de colegios con buenos resultados que van a tener que cerrar.

-¿Van a incorporar a la gente de la Confepa y otros grupos con los que han trabajado, o prefieren mantenerlos aparte?

-Me imagino que ese día vamos a tener la posibilidad de invitar a distintos actores sociales, y a todos los que puedan venir. Lo que me importa es que podamos recoger las inquietudes de actores que no han sido incorporados en este debate.

-Dijo que será una interpelación "distinta". ¿Va a revisar las dos que han hecho ese año, contra los ministra Paulina Saball y el ministro Rodrigo Peñailillo?

-Sí. Y voy a revisar especialmente la interpelación de Marcela Cubillos a Martín Zilic (2006). Las voy a revisar, pero a diferencia de las otras interpelaciones de este año, ésta está en medio de la tramitación de una reforma, por lo tanto tiene la capacidad de poder influir en esa tramitación; es el objetivo. Por eso hemos dicho que no queremos sacar al ministro, sino que cambiar la reforma. Y el hecho de que no se escuche a los papás, y de que todas las encuestas muestran que aumenta el rechazo a la reforma mientras más se conoce. Con mucha humildad voy a mirar las otras interpelaciones, pero queremos ser creativos, participativos y ciudadanos. No sólo queremos recoger las preocupaciones de la oposición social, sino que también las dudas e inquietudes planteadas por la DC y parte del oficialismo.

-En la última interpelación, a cargo del RN José Manuel Edwards, más bien se "lució" Peñailillo. ¿La derecha ha aprovechado esta herramienta o no ha elegido bien?

-Las otras interpelaciones me han parecido muy positivas y se ha logrado el efecto. Muchos de los programas de La Araucanía fueron anunciados previos a la interpelación que hizo Edwards. Pero ésta va a ser distinta, porque va a poder influir, y es probable que en el Senado se produzcan cambios. Esta reforma tiene el rechazo mayoritario de la ciudadanía y tengo la más absoluta convicción de lo que estamos haciendo. El problema no es el ministro, sino que la reforma, y eso hace que esta interpelación sea distinta.

-¿Cree que la derecha debería elegir bien, con "pinzas" cuando interpelar, o, como dijo alguna vez el vicepresidente UDI José Antonio Kast, "por lo menos un ministro al mes"?

-Son herramientas de fiscalización que tienen un objetivo claro, pero yo soy de la opinión de que tienen que ser revisadas caso a caso. Hace muchos meses que hemos evaluado la posibilidad de interpelar al ministro de Educación, y en eso fuimos muy responsables y serios, porque no lo hicimos al principio. Hoy cuando la misma Nueva Mayoría critica la reforma y las familias la rechazan, creemos que es una buena herramienta. Las interpelaciones, cuando tienen sintonía ciudadana, tienen que hacerse. No te diría una vez al mes o tres veces al año, depende de cuándo hay sintonía ciudadana.

-¿Conversó o conversará sobre la acusación con los diputados de la bancada estudiantil? De ellos, Boric no votó y antes había pedido la renuncia de Eyzaguirre. ¿Tratará de conseguir su voto?

-No me cierro a esa posibilidad. Gabriel ha sido, a pesar de que miremos el mundo al revés, lejos el más consecuente durante toda la tramitación. Pero la verdad es que el giro que él quiere darle a la reforma es completamente distinto al giro al que nosotros aspiramos. De todas maneras, no descarto conversar con él; a través del diálogo uno siempre puede llegar a ciertos puntos de encuentro.