Política
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Historiador Alfredo Jocelyn-Holt: "Los últimos grandes estrategas han sido Bachelet y Pinochet"

Juicio al "Nuevo ciclo", a generación de recambio y ve riesgos en Asamblea Constituyente.

por:  A. Fainé y J. Carlos Ramírez
viernes, 10 de octubre de 2014
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Alfredo Jocelyn-Holt acaba de lanzar versiones expandidas de dos libros básicos para entender la transición: "El Chile perplejo" y "El peso de la noche" (ambos por De Bolsillo).

Best sellers que se sumaban a los ejercicios de Moulian, De la Parra o Salazar, que desde distintas trincheras dialogaban ad portas del 2000 sobre las contradicciones del entonces llamado país-jaguar.

"No se tomó en consideración lo que decíamos", dice el historiador sentado en el patio de su casa de Providencia, repleta de libros y cuadros. Y enfatiza: "No veo un diagnóstico distinto a lo que dijimos a fines de los 90, en cuanto a crítica al modelo político y económico. Cuando eso ocurrió, fuimos fuertemente castigados por el gobierno de Lagos. Y eso mandó todo un tipo de señales con respecto al compromiso político de los intelectuales".

-Y hoy, ¿qué opina de conceptos como "Nuevo ciclo"?

-Escribí una columna tiempo atrás cuestionando la idea de que Chile cambió. También incide ahí cierto defecto profesional. Hay historiadores a los que les llaman la atención los quiebres, y otros las continuidades. Yo soy de esa línea. A pesar de los cambios, veo continuidades. Mario Góngora ve que los gobiernos de Frei, la UP y la dictadura se parecían más entre ellos de lo que se diferenciaban: eran revoluciones desde arriba.

-Bien macro la mirada...

-Es para efectos analíticos. Quienes dicen que hay nuevo ciclo quieren marcar la diferencia. La señora Bachelet quiere hacerlo con su propio gobierno anterior. No sólo ningunea a Piñera, sino que a su primer gobierno. Está por verse aún si tenemos nuevo ciclo basado en un ninguneo a la historia de la Concertación.

"La asamblea constituyente es la facticidad misma"

-Un gobierno que plantea nueva Constitución es al menos refundacional.

-Pero no tenemos nueva Constitución aún. Es una propuesta que según algunos lleva a la necesidad de establecer una asamblea constituyente. Dado ese argumento, me anticipo a cuando las FF.AA. pregunten cuántos asientos tienen ahí. No conozco ningún caso donde las FF.AA. no hayan tenido un rol decisivo en las constituciones del 25 y del 80. Y en la última se estableció un régimen cívico-militar que continúa hasta hoy: por eso voté que No en 1980 y no voté en 1988, porque era legitimar ese texto. Ese nivel de oposición tengo. Sí estoy a favor de reformar, reformar, reformar...

La Constitución de 1980, salvo algunos temas en los cuales precisó una participación de los militares como veto, es una reforma a la de 1925. ¡Por eso hay que modificar la Constitución del 25! El problema es el presidencialismo. Eso es lo que no estaba funcionando y por eso Allende tuvo que llamar a los militares al gabinete. Y por eso en la elección última tuvimos a dos candidatas representativas de la familia militar. Cualquiera de las dos que ganara, ¡no perdía la FACh!

La asamblea constituyente es la facticidad misma. Por eso me opongo a lo de Fernando Atria, que aboga por un poder constituyente, que es un estado prístino de un poder en bruto. Como él dice: por las buenas o por las malas. Llamar hoy a una asamblea constituyente es jugar con fuego, puede salir peor.

-¿Y ve a los propios parlamentarios modificando sus propias reglas?

-Un grupo de notables va muy en la tradición. Justamente anticipándose a esa posibilidad, convocaron a la calle y a la asamblea constituyente. Ahora, igual en algún momento la AC deberá delegar en una comisión. ¿Quién si no redacta?

Gobierno es "semillero de cambios"

-Un gobierno que plantea cambios ambiciosos como nueva Constitución, nuevo modelo de educación genera altas expectativas. Usted en "El peso de la noche" alerta los riesgos de impulsar cambios culturales que generan expectativas superiores a la capacidad de implementar las reformas.

-Eso ha ocurrido siempre: La Revolución en Libertad, con Frei Montalva -pensaron que podrían gobernar por 20 años-; la UP, cuyas expectativas terminaron en frustración absoluta y la más tremenda derrota que se ha producido en la izquierda. La dictadura militar también tuvo que reprimir porque no controlaban y estaban convencidos de que el 88 ganarían en los nuevos polos de desarrollo.

-Pero a esa frustración, sin considerar Pinochet, la seguía una adhesión a proyectos más radicales. ¿Qué pasa cuando se generan expectativas altas y se defraudan? ¿Qué viene después? No es necesariamente un Piñera...

-Ella lo ha dicho, lo tiene claro, pues la señora Bachelet es una gran estratega. ¡Los dos grandes estrategas en la historia última de Chile han sido Bachelet y Pinochet! Piensan muy similar. Ella tiene formación militar voluntaria y no por ser hija de... Hizo posgrados en EE.UU. y Chile.

Ella muy inteligentemente ha señalado que 4 años es muy corto. Entonces, este es un semillero de cambios que vendrán después. El logro de su primer mandato es la relación horizontal del poder con la ciudadanía. Si llegara a haber un cambio, volviera Piñera o cualquiera menos tirado para la punta que este gobierno, deberá administrar cosas que se iniciaron acá y que entraron en el disco duro.

-¿Qué ideas son las que metió?

-La importancia de la igualdad, a veces condicionando la libertad, el empoderamiento, los derechos sociales. Hay toda una línea programática que además es de organizaciones internacionales: La principal de todas, las Naciones Unidas.

"El rol de la derecha es resistir"

-¿Y está optimista hacia dónde va el país?

-Uhm. Me sorprenden los posicionamientos que uno tiene que tomar. Siempre he dicho que soy de derecha... El rol de la derecha es el de resistir, con el objetivo de equilibrar. Es muy fuerte el poder que se ha armado al otro lado. Hay nueva mayoría, movimientos sociales, llamados a la calle. Hay intentos de moverse en paralelo al orden institucional, a cánones normales de participación política, hay una democracia más popular y menos representativa. El polo se ha movido.

Y hay demasiada debilidad de parte de los partidos políticos, y concretamente de los de derecha. Está el empresariado por un lado, que ha estado involucrado en prácticas discutibles y lo pueden deslegitimar; los medios podrían equilibrar, pero podrían ser objeto de limitaciones, como ha ocurrido en Ecuador, Venezuela.

-¡¿Ve que vamos hacia allá?!

-¡Absolutamente! Este es un pensamiento total. No admitirán disensos. En esas condiciones, me parece que una postura de derecha es una postura de resistencia elocuente, y tratar de evitar toda tentativa fáctica.

-Pero con la experiencia de Allende, la izquierda valorizó la democracia.

-El término es muy equívoco. Es una forma de fuerza que no matiza. La dictadura militar en muchos aspectos fue democrática: Había argumentos populistas, gozó de una mayoría absoluta en un momento, lo que me parece que es gravísimo... Las democracias populares siempre gozan de mayorías. No me cabe ninguna duda de que el castrismo en Cuba tiene la mayoría, porque si no se hubieran desecho de Castro hace mucho rato.

-¿La izquierda chilena no dejó de pensar hegemónicamente?

-Absolutamente. Piensan hegemónicamente desde que Rousseau planteó la voluntad general. ¡Ese es el problema! Por eso es tan fundamental establecer los equilibrios, proteger las minorías.

Nuevos Políticos: "Audacia temeraria" 

-Este "Nuevo ciclo" ha llevado a una nueva generación de políticos al gobierno. ¿Cómo evalúa su desempeño?

-Son operadores y leales a la señora Bachelet. Por lo tanto, lo que interesa es Bachelet. ¡Está lleno de operadores! ¡El Gobierno entero! Desde el ministro del Interior hasta subsecretarios, todos han hecho carreras como operadores desde las universidades. Ahora eran de universidad de regiones. Y luego hicieron todo un trabajo -cursum honorum- de jefes de gabinetes. No intelectuales. No fueron a Duke, Oxford o Cambridge. Tienen otras funciones, otras redes.

-¿Y la nueva generación de parlamentarios? Boric es de su Facultad de Derecho en la Universidad de Chile.

-Sí, fue ayudante de Sofía Correa, mi señora.

-Entonces tiene una buena opinión. ..

-Tengo una muy mala opinión, pésima. Académicamente a Boric lo reprueban en el examen de grado. He tenido mucha cercanía con personas que han estado en los movimientos sociales, como el grupo de Izquierda Autónoma. Esos son operadores de primerísimo nivel, y lo hacen de distintas maneras: En universidad, las federaciones estudiantiles y pueden llegar al Parlamento. Usan todos los medios de lucha, que es algo que conocemos desde los años 60.

-¿Se puede hacer una generalización con los llegados al Congreso: figuras como Camila Vallejo, Karol Cariola?

-Creo que sí, es una nueva generación. Hay un recambio, sí.

-¿Esperanzador ese cambio?

-Una explicación de las movilizaciones es que tienen un carácter revolucionario en cuanto a relevo de élite y ahí podría haber algo de eso. Han logrado bastante.

-¿Por el hecho de ser difícil entrar?

-Claro, pero entraron a empujones. Con la calle como amenaza y aval. Y a veces con cupos asegurados, como Camila Vallejo. Eso es a empujones. No es que haya habido una trayectoria política ni un trabajo en la localidad donde son candidatos.

-Al no vivir el 73 ni sus efectos, esta generación no tiene miedo de salir a la calle.

-Creo que hay una audacia temeraria. Son gente que puede hacer deportes de alto riesgo. Pero no sé. No tengo problemas que se saquen la mugre ellos, pero con tal de que no les saquen la mugre al país ni a las instituciones. Son muy deslegitimadores de las instituciones. Boric, cuando entra al Congreso no es porque crea en él, sino que quiere desmantelarlo.

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