El duro test para la nueva mesa y el diseño del timonel para enfrentarlo.
La UDI ha analizado el caso al menos desde principio de mes.
"Déjenme recabar información y hacerme cargo". Ese fue el mensaje que el presidente de la UDI, Ernesto Silva, transmitió hace un par de semanas a algunos miembros de su mesa, apuntando a que manejaría de manera personal la delicada investigación de la Fiscalía sobre eventuales traspasos irregulares desde el grupo Penta a campañas políticas del partido.
Si bien el caso se hizo público este jueves e involucraría también a figuras de la Nueva Mayoría, el timonel UDI puso en marcha hace varios días un diseño especial. En el partido monitoreaban la investigación del Ministerio Público al menos desde fines de agosto, cuando fueron citados a declarar los dueños de Penta, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano. Este último ha tenido un estrecho vínculo con el partido y su esposa es hermana de la madre de Ernesto Silva.
En medio de este cuadro, parlamentarios y dirigentes del partido coinciden en que el asunto se perfila como la prueba más dura para la directiva de Silva Méndez, en el sentido de que éste sería el test definitivo para validar su liderazgo y consolidar el recambio generacional en el partido.
Para la directiva gremialista, el riesgo de las indagaciones se vio ratificado antes de Fiestas Patrias. El 13 de septiembre, el ex senador UDI Carlos Bombal -asesor de los dueños de Penta- recibió un mensaje escrito del ex directivo de la firma, Hugo Bravo. El ingeniero comercial y cercano a Carlos Eugenio Lavín desde que lo conoció en la universidad advirtió tener "información" y se quejó de que ni Lavín ni Délano lo recibían.
Además, la Fiscalía citó a declarar al chofer del senador Iván Moreira y a la secretaria de uno de los encargados del despliegue de campañas del partido, Jorge Manzano.
Lo ocurrido puso en alerta inmediatamente a la mesa gremialista. Silva inició una ronda de conversaciones -telefónicas y en persona- con dirigentes, parlamentarios y ex candidatos de la colectividad, entre ellos los postulantes al Senado por Santiago Poniente y Oriente el año pasado, Pablo Zalaquett y Laurence Golborne, respectivamente.
El primero admitió haber pedido aportes a Penta, pero negó cualquier irregularidad. Y agregó que si bien en enero de este año hizo una asesoría a Banmédica, ligada al grupo, esto no tenía relación alguna con lo sucedido en campaña, por lo que ha pensado incluso en querellarse contra Bravo. El ex candidato presidencial, en tanto, también ha dicho no tener ningún registro de aportes de Penta.
Ayer, ya hecho público el caso, los mensajes transmitidos desde la UDI apuntaban a desacreditar las denuncias, señalando que el origen de ellas era Bravo, quien ya confesó haber cometido irregularidades en el marco del caso original, del que se desprendió la arista de Penta: la investigación conocida como "fraude al FUT", en que el Servicio de Impuestos Internos lo indaga por haber recibido cerca de $260 millones en devoluciones irregulares.
Esta postura esgrimida en la UDI coincide con la levantada por Penta, que interpuso una querella contra Bravo por amenazas -a raíz del mensaje entregado a Bombal- y a quien sindican como el eventual responsable de usar un sistema para entregar aportes de campaña.
Altas fuentes de Penta no descartan contactos entre Silva y Délano, considerando el parentesco.
Lo que sí se enfatiza es que ni ellos mismos podrían ser capaces de entregar información clara sobre posibles boletas anómalas que ocultaran aportes a campaña fuera de la ley de financiamiento. Se enfatiza que sólo Bravo fue el responsable de usar un mecanismo irregular y manejó estos antecedentes. El grupo, de hecho, revisa información de honorarios pagados en las sociedades que administraba Bravo, pero de ahí a identificar cuáles fueron por servicios realmente efectuados o no, es una tarea mayor.
Como sea, la UDI ha buscado cerrar flancos. Moreira -quien dijo a todos quienes lo han contactado que se había ido a Buenos Aires y que volvería el fin de semana- comprometió estar el lunes en la sede del partido para hablar públicamente. Además, en estas horas tanto cercanos al senador como miembros de la mesa descartan que Moreira vaya a dejar su cargo de vicepresidente y anticipan que el próximo lunes se reunirá la directiva para analizar la situación del senador (ver página 14).
El cuadro es complejo para Silva aún más por su nexo político y familiar con Délano. La historia del "Choclo", además, pese a su bajo perfil en público se cruza con hitos fundamentales para la UDI.
Íntimo amigo desde los '80 de Joaquín Lavín y Cristián Larroulet, el empresario se hizo más conocido a fines de los '90 como uno de los «samuráis» de Lavín, grupo en el que coincidió con el padre del timonel, Ernesto Silva Bafalluy.
