Préstamos, bajas en aportes y comisiones especiales son parte del escenario.
Sin hacer ruido, en las últimas semanas las directivas RN y UDI se han concentrado -entre otras tareas- en uno de los frentes delicados con que debutaron al mando de los dos partidos: Las platas.
En la tienda de Antonio Varas 454, hace quince días la directiva de Cristián Monckeberg creó la llamada "comisión finanzas", para buscar rápidamente nuevos recursos. El cuadro es mucho más complejo en Suecia 286, donde la mesa de Ernesto Silva y la anterior de Patricio Melero han debido pedir millonarios créditos para hacer frente a un abultado déficit en los libros de la colectividad.
No es que nadie les dé un peso. Como siempre, RN y la UDI recurren a cercanos que no fallan y siguen aportando. Pero las deudas de arrastre, el duro castigo en las municipales de 2012 y parlamentarias y presidencial de 2013 han producido efectos.
La caída en la votación produjo millonarias pérdidas por el menor reembolso del Servicio Electoral, lo que se suma a un lamento que viene desde hace algunos años: la progresiva baja en los aportes del empresariado (en jerga de campaña, "dadores de sangre") produjo, aseguran, complicaciones monetarias y restricciones en los dos partidos.
En el gremialismo -que en su balance ante el Servel declaró $457 millones de gastos generales en 2011 y $449 en 2012, aparte de los gastos por las elecciones- sus dirigentes insisten en que para las municipales de 2012 el partido ya arrastraba deudas. La mesa de Patricio Melero recibió la tienda en marzo de 2011 con un déficit, recuerdan, de cerca de $300 millones.
Eso se sumó al descalabro en los comicios. La baja votación -perdieron 188 mil votos en concejales y 278 mil en alcaldes- hizo que la devolución vía Servel cayera. La UDI esperaba cubrir con dicha devolución buena parte de los $2.600 millones que gastó -según el balance al Servel- y reembolsar parte de los gastos de candidatos. "Calculamos mal, sobreestimamos", recuerdan. Tanto en la conducción anterior como en la actual estiman que, al menos, perdieron entre $300 a $400 millones.
Como entonces a muchos candidatos no se les reembolsó o sólo recibieron sumas menores a las estimadas, se produjeron problemas internos. En su fallida campaña a la reelección, el ex alcalde de Santiago Pablo Zalaquett gastó -según el registro del Servel- poco más de $193 millones: terminó muy molesto porque no recibió, afirman sus cercanos, ni un solo peso de vuelta del partido, pese a que se había comprometido lo contrario.
Para hacer frente a las nuevas deudas, la mesa de Melero pidió un crédito bancario de al menos $300 millones.
Pero a los pocos meses la UDI se embarcaría en la accidentadísima aventura electoral del 2013: la plantilla de los postulantes al Congreso fue cambiada varias veces, y el partido vería pasar tres candidatos presidenciales: Laurence Golborne, Pablo Longueira y Evelyn Matthei.
Las versiones de cuánto gastó la UDI en las campañas de los tres últimos -y por tanto incrementó su deuda- varían. En las parlamentarias hubo casos en que se repitieron los problemas de las municipales, aunque la directiva sostiene que a muchos se les aportó previamente con material de campaña.
Como sea, la campaña de Matthei estuvo cruzada por falta de fondos: hasta hoy el reclamo del sector apunta a que los empresarios apostaron "a ganador" con Michelle Bachelet en desmedro de la derecha, donde sí apoyaron a los candidatos a parlamentarios. "El despliegue que uno ve es de tres a uno, así que o los empresarios la apoyaron o no sé de dónde son las platas", se quejó Matthei públicamente.
Finalmente, cuando asumió la directiva de Ernesto Silva en mayo de este año, cuentan en la UDI, recibió la caja fuerte gremialista con un déficit de a lo menos $700 millones, de los cuales la administración Melero reconoce como deuda generada en su período unos $300 millones; el resto es de arrastre, precisan.
La nueva mesa debió pedir otro crédito, de por lo menos $300 millones para enfrentar el cuadro y cubrir gastos fijos. Mantener la UDI cuesta al menos, dicen, $35 millones mensuales, incluyendo pago de sueldos de funcionarios y otros ítems, como el de arriendo de la casa de los senadores del partido, que da a calle Lota. Sin contar otros gastos durante el año como viajes, cónclaves y seminarios.
En la UDI dicen que hasta hoy siguen pagando deudas de las parlamentarias. Dirigentes como el secretario general, Javier Macaya -tesorero en la administración Melero- han debido dedicar parte de su agenda cotidiana a lidiar con el déficit, gestionando recursos y abordando el tema en diversas reuniones dentro y fuera de la sede partidaria. A los parlamentarios se les cobra ("como reloj", dicen) $300 mil mensuales y ya se han embarcado en una campaña de recaudación entre militantes y aportes reservados.
En Renovación Nacional -que en sus balances ante el Servel declaró como gastos generales $255 en 2011 y $340 millones en 2012, sin contar gastos de campaña de ese año- aseguran que cuando Carlos Larraín entregó la presidencia a Cristián Monckeberg en junio pasado -tras una mesa de consenso en que el ex timonel instaló a algunos hombres de su confianza- dejó en caja cerca de $307 millones.
El año pasado, el partido cuidó al máximo sus recursos. Al punto que Larraín postergó la proclamación de Matthei mientras pedía a la UDI que los fondos que llegaran a la campaña se repartieran equitativamente entre ambas tiendas. En Antonio Varas, en todo caso, dicen que eso no se produjo.
De todas maneras, como reconocen algunos en RN, progresivamente el fondo dejado por el ex timonel ha ido disminuyendo y hoy de los $307 hay cerca de $266 millones. La razón: mensualmente la tienda no alcanza a equilibrar los gastos operacionales con sus ingresos.
Dichas entradas se obtienen mediante la donación de empresarios adherentes o pago de cuotas de militantes, que equivalen a $15 millones al mes. Los diez millones restantes salen del fondo dejado por el ex timonel.
La situación comenzó a inquietar a la directiva de Monckeberg, que creó una nueva "comisión finanzas". O «comisión Mayol», como la llaman algunos, aludiendo a que uno de sus integrantes clave es el ex ministro y ex timonel de la Sociedad Nacional de Agricultura, Luis Mayol, quien gestionará nuevos aportes desde el sector privado.
A la primera reunión de la comisión -hace un par de semanas- se sumará una segunda la próxima, donde se discutirán posibles caminos a seguir. También se comisionó a la diputada y vicepresidenta, Paulina Núñez, para que recaude la cuota que deberán pagar los parlamentarios, en torno a $100 mil.
Más allá de las cifras, en RN aseguran que ha habido una baja en la captación de aportes para las campañas en los últimos años. Según cifras del Servel, el partido recibió $1.387 millones en aportes, de los cuales $560 fueron reservados.
En la tienda señalan que son tres o cuatro empresarios importantes los que habitualmente ayudan en las campañas. Por ejemplo, se dice, uno que antes entregaba como promedio $800 millones, en la última parlamentaria dio $400 millones.
Consultado por La Segunda, Monckeberg no quiso referirse al tema señalando que "no voy a hablar de eso hasta que el gobierno esté dispuesto a conversar sobre el financiamiento público de los partidos".
-¿Ha bajado el interés de los empresarios por aportar dinero a las campañas políticas?
-Hace mucho tiempo que bajó ese interés de la gente en la política en general, y de eso no están ajenos los empresarios. Las modificaciones legales que ha habido establecen una serie de requisitos para hacer aportes a los partidos políticos.
También hay que tener en cuenta que se ha estigmatizado mucho a los partidos a través de los medios, lo que contribuye en ese sentido. Los empresarios están cada vez más reticentes a ayudar, al menos en los partidos de derecha.
-¿Cómo ha repercutido eso en la situación interna del partido?
-El problema se ha notado en varios aspectos de la vida partidaria. Por ejemplo, si pensamos en la administración interna de las colectividades, cada vez hay que hacer más control de gastos, más restricción de gastos, tenemos que ser más austeros y cuidadosos en esto. Eso significa muchas veces dejar de atender sobre todo a las regiones, a sus directivas, sus sedes.
Por eso las directivas regionales tienen hoy que hacer grandes esfuerzos por conseguir financiamiento para gastos básicos, lo que las obliga a mejorar la gestión financiera.
-¿Es muy difícil reunir fondos para el funcionamiento de RN, entonces?
-Cuesta muchísimo; cada vez más.
Por eso cada vez más, toda la gente que circula en torno a ellos (los partidos) lo hace en forma voluntaria y a título gratuito. Pero en muchas ocasiones eso también va en perjuicio de lo que es la calidad de la política, porque cuesta realizar buenos estudios, preparar buenos antecedentes e información para los propios parlamentarios.
-Además del efecto del voto voluntario y la baja en el reembolso que entrega el Servicio Electoral por voto en las últimas elecciones, ¿ha sido más difícil financiar al partido en estos últimos dos o tres años? ¿Por qué?
-Lo que ocurrió es que no se cuantificó de manera adecuada cuánta gente iba a participar en las elecciones. Adicionalmente, nosotros tuvimos gastos que antes no existían, como las elecciones de consejeros regionales y las elecciones primarias presidenciales.
-Desde los años 2011 ó 2012 hasta la fecha, ¿notaron en la UDI dificultades concretas, específicas, para recaudar dineros?
-Específicamente en los períodos de campaña. Es decir, la municipal el 2012 y la parlamentaria y presidencial, el 2013, fueron los más difíciles, por la contingencia electoral.
-En su campaña presidencial, Evelyn Matthei llegó a reclamar que los empresarios privilegiaron a Michelle Bachelet en sus donaciones. ¿Bajó el aporte del empresariado a la UDI en toda la serie de elecciones?
-Los datos objetivos demuestran que el aporte de Michelle Bachelet superó al de Evelyn Matthei.
La directiva anterior de la UDI tomó la definición de que, a pesar de que las arcas de la UDI no estaban en condiciones, se tomara la decisión de contraer deuda. Se prefirió tener deuda económica que una deuda política con nuestros candidatos.
-¿De qué manera repercutió eso en la situación interna del partido?
-En el día a día tienes que ajustar ciertos gastos. Hay que reforzar la recaudación entre nuestros militantes y ese es el proceso en que estamos ahora.
