"Todo lo que yo tendria q decir sobre anular la Ley de Amnistia lo dice José Zalaquett en el mercurio (C 12), ahi esta todo, brillante!". Con este mensaje en su cuenta Twitter, el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, respaldó las declaraciones del abogado especialista en derechos humanos quien planteó que no innovaría en la materia, al comentar la decisión del Gobierno de Michelle Bachelet de patrocinar la moción que deroga el DL 2.191 de 1978.
El integrante de la Comisión Rettig afirmó que "lo más práctico, aunque no tenga mucha fuerza simbólica, es que la situación permanezca como está actualmente, porque en este momento, y hace ya varios años, los jueces no la aplican, porque consideran que las normas internacionales son de superior jerarquía que la ley de amnistía". Incluso el jurista describió efectos negativos de una derogación.
Consultado el senador Walker, opinó que hoy que "el tema de fondo es que los delitos de lesa humanidad no admiten ni amnistía ni prescripción y esa batalla en Chile la hemos ganado: la jurisprudencia de la sala penal de la Corte Suprema ha fallado reiteradamente que la ley de amnistía no sólo no impide investigar, sino que las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad no admiten ni amnistía, ni prescripción. Por tanto, comparto la opinión de José Zalaquett, en cuanto a que hay que dejar que esta jurisprudencia se consolide. Ese es el mejor antídoto contra la impunidad".
Zalaquett puntualizó que si se "deroga" la norma "tendría bastantes efectos negativos, porque significa que se reconoce que la 'ley' existió y que produjo sus efectos. Entonces al poder penalizar lo que se había despenalizado se estaría aplicando retroactivamente la ley penal, lo que viola un principio bastante fundamental". Y sobre la posibilidad de "anular" la disposición, dijo que "no existe la institución de la anulación de leyes en nuestra Constitución y se corre el peligro que el TC lo declare inconstitucional".
