Política
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Ottone, el amigo de Lagos: "No hay ninguna nostalgia en el ex Presidente... él piensa hacia adelante"

"No se puede comparar lo que dicen Lagos y Piñera, son rangos distintos... es como comparar una sinfonía con una banda de circo", afirma.

por:  Claudio Salinas M.
viernes, 29 de agosto de 2014
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Ernesto Ottone confiesa no entender el revuelo que provocó la presentación del ex Presidente Lagos en Icare, cuyos dichos remecieron esta semana el ambiente político y económico. Como amigo y ex asesor estratégico de su gobierno, el académico de la UDP asegura que el ex mandatario sólo reafirmó su conocido planteamiento de que se requiere una "mirada larga" para asumir los desafíos país de los próximos veinte años.

Con la solvencia que da su cercanía y diálogo cotidiano con Lagos, el sociólogo descarta de plano que esté pauteando a La Moneda y recalca que "esa mirada larga no es contradictoria con los temas que hoy impulsa la centroizquierda y el gobierno de Michelle Bachelet, como la reforma educacional, la tributaria y la reforma política, que Lagos, sin duda, apoya con mucha fuerza".

-Pero el ex Presidente Lagos habla de "falta decisión política", interpelando al gobierno y la conducción política.

-Él le está hablando al sistema político, al gobierno, los parlamentarios, al mundo empresarial, a los trabajadores y a la sociedad en su conjunto. Cuando habla de decisión política, lo está diciendo en términos estratégicos, hacia dónde tiene que caminar el país. No hay que leer esto de manera estrecha, con la mirada chiquitita de la pelea del día a día, del atolondramiento tipo Piñera, que interviene para ver si saca una ventajita. Lagos no está haciéndole una requisitoria a un sector sino al país, que es el que tiene que asumir estos desafíos.

-En general tales juicios se han interpretado como un cuestionamiento al gobierno.

-Esa es una visión completamente errada. No convirtamos un discurso de horizonte y mirada larga en una pequeña disputa.

-Usted que conoce bien a Lagos y tiene cercanía con este gobierno, ¿no ha percibido incomodidad o molestia con sus aseveraciones?

-No es que lo diga yo; los ministros del propio gobierno han valorado sus palabras. No veo ninguna incomodidad.

-¿Por qué lo que se elogia en Lagos se le critica a Piñera?

-Porque lo que hablan es completamente distinto. Lagos se pone en una visión de país de largo plazo, no una visión partisana, que es lo que tiene que hacer una persona que ocupó una alta responsabilidad y tiene un deber con el país. No se puede comparar lo que dice Lagos con lo que dice Piñera; se trata de rangos distintos, es como comparar una sinfonía con una banda de circo.

-En sectores de la Nueva Mayoría incomoda que Lagos hable en Icare y sea ovacionado por los empresarios.

-A mí me parece normal. Lagos dice las mismas cosas en encuentros con jóvenes, académicos, sindicalistas y en el Club de Madrid. Si hay algo que distinguió a Lagos como Presidente fue decir el mismo discurso en todas partes y Bachelet también tiene esa misma característica.

-A la Presidenta no se le aplaude en los eventos empresariales con el mismo entusiasmo.

-Michelle Bachelet tiene buenas relaciones con los empresarios. Creo que en esta ocasión el Presidente Lagos habló sobre un tema donde los empresarios juegan un papel muy importante, que son las inversiones y los temas de infraestructura, así que naturalmente tienen una percepción más sensible hacia eso.

-El tema que motiva a Lagos es el de la colaboración público-privada, algo que no es muy caro a la cultura de centroizquierda.

-No creo, la centroizquierda lo ha ido asumiendo bien, por ejemplo en el impulso a los tratados de libre comercio y los viajes presidenciales con delegaciones de empresarios, así que hoy tiene una experiencia sólida en ese aspecto. La tiene Michelle Bachelet y se va a seguir desarrollando en el futuro.

-Un instrumento esencial de dicha cooperación son las concesiones. El propio Lagos dice que hay que concesionar todo lo que sea concesionable, pero este gobierno paralizó las concesiones hospitalarias.

-Porque salieron mal. Esto no es una religión, no es que las concesiones sean buenas o malas en sí. Este gobierno no las detuvo porque doctrinariamente piense que son un mal en sí mismo, sino porque estaban todas atrasadas, porque el manejo que hizo de las concesiones en el gobierno anterior fue desastroso. Entonces, concesiones sí, pero que funcionen y eso es lo que está haciendo el gobierno.

-Julio Sarmiento, del PC, motejó a Lagos de "neoliberal trasnochado" por promover las concesiones.

-Ver el neoliberalismo en todas partes es una típica confusión del doctrinarismo trasnochado. El neoliberalismo no es igual a instrumentos de mercado. Los países con mayores grados de igualdad y competitividad son los nórdicos, donde hay economía de mercado y Estado fuerte, bastante distinto al caso de los socialismos reales, que fracasaron, y a Corea del Norte, que es como una disneylandia de los horrores.

-Otros en el oficialismo dicen que Lagos es una voz de la Concertación del pasado, que hoy la Nueva Mayoría es otra cosa.

-El Presidente Lagos fue uno de los primeros en plantear que había concluido un ciclo político y que ante los nuevos desafíos había que emprender otro tipo de reformas, como las que impulsa la Presidenta Bachelet. No hay ninguna nostalgia en eso, él está pensando hacia adelante y ha dado su pleno apoyo a la Presidenta y su programa.

-Usted que participó en su gobierno, ¿le incomodó esa frase de que "los empresarios aman a Lagos"?

-Bueno, yo no le puedo negar el amor a nadie. Cómo me va a incomodar que alguien quiera a alguien.... ¡Por favor!

-¿Por qué los empresarios podrían querer tanto a Lagos?

-Porque era el primer presidente de izquierda que había en la coalición y seguramente tenían muchos temores el día que Lagos asumió. Nosotros en el equipo estratégico decíamos "¿cuál es nuestro objetivo mínimo?: Que Lagos salga vivo después de seis años y que salga caminando de La Moneda". Todo lo que vendría después, como en el evangelio, era por añadidura. Entonces, naturalmente, si tienes una gran desconfianza y después te das cuenta que estás ante alguien que, desde una posición firmemente progresista, desarrolla una gran labor como estadista, a lo mejor pasas del pánico al amor.

-Pero hay una parte del mundo progresista a la que le incomoda eso. ¿A usted también?

-¿Por qué me va a incomodar que los sacerdotes, las monjas, los trabajadores, los boy scouts amen a Lagos? Me parece bien, si era el Presidente de todos los chilenos. En el tiempo que era Presidente me interesaba que hubiera el mayor consenso en torno a él y afortunadamente, enfrentando momentos muy duros, salió con un gran apoyo.

-Los empresarios no parecen amar a Michelle Bachelet.

-Yo pienso que Michelle Bachelet mantiene una buena relación con los empresarios, pero está llevando adelante una reforma tributaria muy profunda que naturalmente no es una reforma que les provoca particular alegría. Pero también hubo muchos momentos de enfrentamientos de Lagos con los empresarios, con el royalty, el caso de Aguas Andinas y varios otros. Convertir el gobierno de Lagos en una especie de romance donde Lagos bailaba el Lago de los Cisnes con los empresarios es absurdo, no fue así la realidad.

-¿Qué tanta identificación hay del Presidente Lagos con las reformas estructurales de este gobierno?

-Mucha. Lean los textos de Lagos, no los de ahora, sino de antes de la elección, cuando señalaba cuáles eran los temas fundamentales de Chile: ahí encontraremos la reforma política, educación y un nuevo pacto fiscal. Entonces es completamente falso que las grandes reformas de la Presidenta Bachelet el Presidente Lagos las considere poco importantes. Por el contrario, las ha planteado con mucha fuerza. Esto es tratar de armar un lío donde no lo hay.

-¿Hay una perfecta sintonía política y estratégica de Lagos con este gobierno?

-El Presidente Lagos no está en este gobierno, son distintos los roles que juegan, pero hay un horizonte de ideas completamente común.

Las motivaciones de su libro "El viaje rojo":  "No soy converso, le tengo cariño a mi pasado PC"

-Su libro "El Viaje Rojo" ha tenido buena recepción y venta.

-Me sorprende, porque uno no sabe si va a empatar con el interés de la gente. Esperé mucho tiempo para encontrar un tono en este ejercicio de memoria sobre la experiencia excepcional que me tocó vivir, para combinar reflexión y vivencia. El libro trata de retratar esa generación que tenía veinte años el año 68 y que le tocó vivir un pedazo tremendamente álgido de la historia de Chile, donde hay un hilo que nos recorre desde esa juventud revolucionaria hasta la etapa de la reconstrucción democrática.

-¿Qué lo motivó a escribir el libro?

-Hablarles a las nuevas generaciones, con las cuales mantengo una relación fuerte a través de la docencia y donde veo muchas veces desconocimiento de ese recorrido.

-¿Buscó también ajustar cuentas con el pasado?

-No es un libro de un converso, le tengo mucho cariño a ese pasado, con los errores que tuvo también. Es una historia tratada con cariño, particularmente la parte ligada al Partido Comunista, a las personas con las cuales me tocó convivir, los viejos dirigentes con su honestidad y rigor, cosas que me han ayudado mucho en el curso de mi vida.

-A partir de esa experiencia, ¿cómo ve el rol del PC hoy?

-Yo me alegro muchísimo de que el Partido Comunista esté en el gobierno, que tenga diputados, que haya vuelto a las instituciones, porque recupera una valiosa historia de reformas. Eso le hace bien a la democracia y al país.

-¿Hoy con la gente del PC mantiene amistad o distancia?

-Tengo buenas relaciones pero de mi generación quedan muy pocos, muchos murieron. De la comisión ejecutiva de la JJ.CC. del 73, que eran 15, Gladys Marín murió de muerte natural, habemos dos vivos y el resto todos fueron asesinados.

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