Hace tiempo que el ex Mandatario había expresado a distintas figuras de la Nueva Mayoría su inquietud por la marcha del Gobierno, que estima está paralizado.
El miércoles en la noche -el mismo día en que sus explosivas declaraciones sacudieron el debate político-, el ex Presidente Ricardo Lagos llegó con paso firme al concierto de Joaquín Sabina, en el Movistar Arena. Iba con su yerno, Gonzalo Rivas. Cuando se estaban ubicando en las butacas, divisó al vocero de La Moneda, Álvaro Elizalde, quien horas antes había tenido que salir a responder sus críticas sobre la falta de "decisión política".
No hubo diálogo, sólo un saludo con la mano y a lo lejos, porque el recital ya había comenzado.
En el lugar también se habían congregado otras "personalidades", como el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy; el presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo, y el empresario Max Marambio.
Antes que se apagaran las luces del recinto, la "performance" de Lagos esa mañana en Icare había sido objeto de intensos comentarios. Mientras unos aplaudieron su intervención, señalando que "faltaba alguien que hablara claro", otros lamentaban que le "pegara" públicamente al Gobierno en momentos en que La Moneda intenta tender puentes con los empresarios para sellar una alianza que dé paso a la reactivación económica.
Pero la "arremetida" del ex Presidente ya había sido «"trending topic» durante esa jornada entre los ministros y subsecretarios, especialmente del comité político, que se vieron sorprendidos por la franqueza de Lagos al criticar el escaso avance en infraestructura pública en los últimos ocho años -porque eso incluía la primera administración de Michelle Bachelet- y también porque denunció "falta de decisión política" para ejecutar proyectos.
"Acá, mis amigos, no hay problemas financieros. Aquí falta decisión política", fue una de sus frases más fuertes.
"En Obras Públicas está faltando mayor decisión pública para llamar a los privados y decir esto es lo que hay", espetó..
Y aludiendo a las obras del Metro que se hicieron en su gobierno, agregó: "desde esa época hasta hoy, hay unos cuantos hoyitos hechos... Ocho años perdidos".
"Lo que no es posible es que lo que no se hace por parte de la autoridad pública, termina haciéndose en los tribunales de justicia. Y lo que no es posible es que por incapacidad de la autoridad pública, que tiene que tomar decisiones y resoluciones, terminen todas en los tribunales de justicia", aseveró también Lagos, ante la atenta mirada de los empresarios que participaron en Icare, muchos de los cuales asentían con la cabeza tras cada una de sus afirmaciones.
"Este fue un llamado de alerta, porque el país está paralizado". Así explicó un amigo de Lagos la preocupación que tiene el ex Mandatario por la que -estima- ha sido una nula intervención del Estado para impulsar proyectos en áreas como Obras Públicas, Vivienda y Energía.
Lagos les ha transmitido esta preocupación desde hace meses a distintos actores políticos del oficialismo. Entre sus interlocutores han estado los senadores Felipe Harboe (PPD) y Carlos Montes (PS), y los diputados Osvaldo Andrade (PS) y Jorge Insunza (PPD).
Fuentes del oficialismo afirman que, en cada uno de esos encuentros, ha dicho que aunque respalda al gobierno de Bachelet, también cree que el Estado tiene que tener más iniciativa para empujar la economía, de manera de fortalecer el sistema. "Este gobierno tiene que ser mas dinámico", habría sido una de las frases que más repitió en las conversaciones privadas que ha tenido.
Lagos ha comentado que le preocupa que en el Gobierno no exista un personero o un equipo que tenga una mirada más a largo plazo y esté pensando proyectos para el país de los próximos 8 años.
De hecho, en su speach de Icare dijo que era necesario un plan para pensar Chile a 30 años, "donde primero pongamos el largo plazo". Eso, señaló, generaría "espacio para todos".
Pero en estos seis meses también ha transmitido preocupaciones sobre reformas específicas que impulsa el Gobierno, como la tributaria.
Sobre sus detalles y su impacto en la marcha de la economía conversó por separado y en privado con los senadores de la comisión de Hacienda del Senado: su hijo, el PPD Ricardo Lagos Weber; el DC Andrés Zaldívar, y el socialista Carlos Montes.
"Fue muy crítico a cómo Hacienda planteó lo de la renta atribuida, y sobre el punto señaló que ella por sí sola no resolvía las cosas", dice un alto personero que tuvo acceso a esas conversaciones.
Pero Lagos no se quedó ahí, porque incluso pidió una reunión al propio ministro de Hacienda, Alberto Arenas, quien durante su gobierno ocupó el cargo de director de la Empresa de Ferrocarriles del Estado.
El ex Presidente le habría señalado a Arenas que "había algo mal" en la reforma y que debía modificarlo para evitar consecuencias futuras.
Desde la Nueva Mayoría aseguran, en ese sentido, que Lagos jugó un rol importante para que La Moneda se allanara a un protocolo de acuerdo con los empresarios y la Alianza.
Pero otra de sus inquietudes está relacionada con estilo del ministro Arenas. Sobre el tema ha dicho que el secretario de Estado tiene una visión "ideológica" de las cosas, lo que a su parecer dista mucho de la actitud más neutra que deben asumir los ministros de Hacienda, de manera de no dar señales equívocas al mercado.
Fruto de todo esto, hay voces en el oficialismo que han manifestado su incomodidad y hasta molestia por las acciones de Lagos en el último tiempo.
Y es que dicen que su mirada crítica no sólo se ha hecho patente en el discurso que dio en Icare. Hay algunos que, incluso, lo responsabilizan de ser impulsor de la propuesta que en junio un grupo de empresarios, políticos y ambientalistas entregó a Bachelet. El texto, básicamente, exponía la visión que este círculo -que integran Jean-Paul Luksic, Bernardo Larraín y Juan Andrés Fontaine, entre otros- tiene de cómo debe ser la minería en el país, además de proponer fórmulas para llevarla adelante.
No son pocos los dirigentes que creen que la «salida» de Lagos también está relacionada con su molestia porque el primer gobierno de Bachelet paralizó uno de sus proyectos más emblemáticos: la construcción del Puente Chacao (ver nota secundaria).
Con todo, el ex ministro del MOP del primer mandato de Bachelet, Sergio Bitar (PPD), aseguró que la voz del ex Mandatario es considerada en La Moneda. "El Presidente Lagos es escuchado por este gobierno, aunque a veces pueda generar un poquito de incomodidad", dijo.
Tras el discurso del ex Jefe de Estado, los parlamentarios de la Nueva Mayoría comenzaron a sacar conclusiones. Y varios de ellos aseguran que Lagos llenó el espacio de liderazgo que -creen- hoy está ausente en el bloque oficialista.
"Puso orden, inteligencia, gradualidad y mesura. Todo lo que hoy no está presente en el gobierno", señaló un dirigente, quien cree probable que en un futuro cercano el ex Presidente se transforme en un referente, una especie de «factotum» político que podría terminar definiendo la estrategia del conglomerado oficialista para las presidenciales del 2018.
¿La razón? Pese a las reformas que intenta llevar adelante Bachelet, hay figuras de la coalición que están pesimistas y creen que el segundo período de la Mandataria no será trascendente. De hecho, se estima que en términos de gestión del Estado, terminará reprobando.
Y en un contexto donde la Nueva Mayoría podría terminar dividida entre Marco Enríquez-Ominami y Andrés Velasco, hay figuras que apuestan a que Lagos sea el eje ordenador y le dé continuidad a la coalición para que sobreviva después de Bachelet.
En la antigua Concertación existe la idea de que al ex Presidente Ricardo Lagos no le gustó que la primera administración bacheletista "no valorara" los cambios que había realizado su gestión. Pero es un secreto a voces que lo que más resintió el ex Mandatario es que se cancelara su proyecto estrella: la construcción de un puente sobre el canal de Chacao.
A inicios del primer gobierno de Bachelet, el año 2006, el entonces ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitran, se declaró contrario al proyecto cuyo costo estimado era de US$930.000.000 y se canceló.
Tiempo después, el propio Lagos hizo ver su opinión sobre el tema y reveló que se lo había expresado a Bachelet. "Siempre he pensado que este proyecto había que hacerlo, y en su momento discrepé privadamente, como corresponde a un ex Presidente, de la decisión que se estaba tomando", dijo en ese entonces.
Sin embargo, el ex Jefe de Estado fue más duro a fines de 2013 cuando, al ser consultado por la decisión del gobierno de Sebastián Piñera de revivir su idea, aseguró que la anulación de la construcción del viaducto para unir la isla con el continente "fue un error para Chile".
Para las figuras más "bacheletistas" de la Nueva Mayoría el caso del puente del Chacao está detrás de la crítica formulada por Lagos a la paralización de obras en el nuevo gobierno de la Mandataria.
De hecho, el presidente del PPD, Jaime Quintana, apuntó ayer directamente a este tema al señalar que "el anterior gobierno de la Presidenta Bachelet cumplió con lo que se comprometió ante el país, y si en esa ocasión hubo obras que se postergaron, como el puente sobre el Chacao, obedeció a un tema de costo".
En todo caso, otras fuentes afirman que la molestia de Lagos no es con la Presidenta, sino que con el ex ministro Bitran, actual vicepresidente ejecutivo de Corfo, porque es a él a quien responsabilizó de la cancelación del proyecto.
Desde la directiva del PS aseguran que lo que verdaderamente molestó al ex Presidente fue una falta de visión estratégica en infraestructura. Y es que al interior de la Nueva Mayoría es sabido que esta materia "apasiona" a Lagos.
De hecho, esos mismos términos utilizó el vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, para abordar las críticas de Lagos: "Todos conocemos la pasión del ex Presidente por la infraestructura y todos compartimos la necesidad de una amplia alianza público-privada para avanzar y estamos en completa sintonía".
Y agregó: "El Presidente Lagos, al igual que el Gobierno, piensa en Chile".
