Subsecretario Aleuy abordó tema con policías en La Moneda y hará lo propio con el ministro Burgos, ante manifestación de este miércoles que busca traspasar la frontera.
El 2007, autoridades peruanas bloquearon marcha a la frontera.
Foto ALFONSO DÍAZ
Encabezado por el subsecretario del Interior, Mahmoud Aleuy, el «comité policial» de La Moneda -que reúne a representantes de los altos mandos policiales y asesores de la cartera- se reunió este lunes con un tema altamente sensible en su agenda: la marcha convocada por una organización "patriótica" peruana para este miércoles, que se iniciará en Tacna y buscará pasar hacia el sur de la frontera terrestre.
La manifestación apunta a reivindicar la versión peruana del límite, en el llamado Punto Concordia. Esto es, 260 metros al suroeste del Hito 1, que marca la frontera resguardada por Chile.
En principio, según fuentes de gobierno, se evaluaría la cantidad de efectivos policiales en la frontera -Carabineros tiene el control desde 2001- ante la ocurrencia de posibles "incidentes graves". Al cierre de esta edición, Aleuy permanecía reunido con las policías y luego tendría una cita con el ministro de Defensa, Jorge Burgos, por el mismo tema.
La convocatoria peruana se produce en momentos de alta tensión diplomática entre ambos países: la semana pasada, Chile hizo una reserva jurídica ante un mapa oficial peruano que graficó la frontera terrestre en el Punto Concordia.
Además, a fines de la semana pasada el canciller Heraldo Muñoz pidió públicamente a las autoridades peruanas "detener" la marcha. En el gobierno esperan un escenario similar al de una marcha de 2007, cuando Lima controló a los manifestantes, y no al de 2001, cuando la marcha llegó a la frontera (ver recuadros).
En tanto, parlamentarios de Arica demandaron "una actitud más enérgica". El diputado ariqueño Luis Rocaful (PS) pidió suspender la próxima cita del comité de frontera Chile-Perú. A su turno, el senador Jaime Orpis (UDI) señaló que "Chile tiene que plantear una protesta o buscar alguna fórmula diplomática que exprese una postura más enérgica frente a Perú".
El peor escenario es claro: Que Lima no impida a sus participantes alcanzar la frontera con Chile. La imagen de manifestantes peruanos en las inmediaciones o tratando de ingresar al triángulo terrestre arriesga incidentes de alcance imprevisto, en un punto resguardado por Carabineros. El 2001, más de un centenar de reservistas militares marchó en protesta por la instalación de una caseta de vigilancia de la Armada en el lado chileno. La prensa peruana contó que éstos sobrepasaron un cordón policial y se acercaron a la caseta, motivando la respuesta de los uniformados chilenos apostados en el lugar. Hubo medios limeños que consignaron que un reservista trató de izar una bandera peruana y que hubo un disparo al aire por parte de un efectivo chileno.
Es el panorama más auspicioso que se maneja en Santiago. Que la tensión se descomprima desde el más alto nivel, y que el gobierno peruano bloquee la marcha, evitando incidentes con efectivos chilenos. Ya ha ocurrido antes: en abril de 2007, el gobierno de Alan García prohibió a los participantes de una marcha -convocada por Ollanta Humala- acercarse a la frontera. Cerca de un millar de manifestantes sal`ió de Tacna, pero sólo se les permitió llegar hasta unos 15 kilómetros del límite. En ningún caso hasta el Hito 1. "Había un informe de inteligencia que daba cuenta de la intención de algunos de internarse en la frontera, eso había que impedirlo", dijo entonces García. Incluso, se activaron recursos judiciales para impedir que Humala viajara de Lima a Tacna.
