Cómo convergen los caminos de dos históricos en la centroizquierda para retomar protagonismo en la política.
Coincidieron este jueves en el lanzamiento del libro-entrevista sobre Camilo Escalona "Duro de Matar" en la sede del Senado en Santiago, donde el tema que dominó los discursos de las presentaciones fue la ardorosa defensa de los gobiernos concertacionistas y la política de la transición.
"La democracia chilena no es resultado de un acuerdo en las alturas", dijo en la oportunidad el ex senador PS, quien como líder de su partido jugó un rol protagónico en la política que dominó las últimas dos décadas de administraciones democráticas.
Gutenberg Martínez se ubicó discretamente de pie en el salón donde se hacía la presentación del libro, en el que también se pudo observar a otras emblemáticas figuras de la vieja guardia de la Concertación: José Miguel Insulza, Sergio Bitar, José Antonio Viera-Gallo, entre otros.
Figura consular en su partido y ex presidente de la Cámara de Diputados, el Gute también fue arquitecto de los entendimientos políticos de los noventa, sobre todo cuando la falange roncaba fuerte en la coalición de gobierno.
Sin embargo, el ímpetu de los movimientos sociales, la radicalización programática en la centroizquierda y la llegada de nuevas fuerzas al gobierno desplazaron a Escalona y Martínez de la primera línea. Hoy están en minoría en la Nueva Mayoría, pero las dificultades que comienzan a experimentar las reformas de Bachelet abren nuevas oportunidades a la vieja guardia.
El referente de la DC retomó protagonismo estos días en forma desafiante: poniéndole fecha de término al conglomerado hoy en el poder. "Es un acuerdo político que termina en lo formal en el gobierno de Bachelet... después Dios dirá", dijo ayer en radio Cooperativa, lo que no fue compartido por Camilo, quien le retrucó que "no tiene ningún sentido ponerle fecha de término a la coalición".
El Gute retornó con una alta votación al consejo de su partido y puso su impronta en el documento político aprobado en la última Junta Nacional, mientras que el referente del PS está en campaña interna para reconquistar la presidencia del socialismo el próximo año.
Golpeados por sonadas derrotas en las parlamentarias de noviembre pasado -Camilo como candidato a senador en el Biobío y el revés electoral de su esposa Soledad Alvear, en el caso del Gute-, los dos políticos procuran reinstalarse en el nuevo escenario, pero dependen para ello de las alianzas internas que logren forjar en sus partidos y del curso que tome la segunda administración Bachelet.
Martínez es hoy aliado de la conducción de Ignacio Walker en la DC pero en la falange aseguran que en el tiempo que viene asumirá una posición "tercerista" que tome distancia de los "príncipes" de Walker y la disidencia de Aldo Cornejo, para articular una fórmula más integradora que siga potenciando la identidad partidaria dentro de la Nueva Mayoría.
Por otro lado, Camilo Escalona no la tiene fácil en su propósito de hacerse de nuevo con la dirección del PS. Desde la presidencia del centro de estudios partidario, el Instituto Igualdad, el político ha activado sus contactos con las bases socialistas y mantiene una activa presencia en el debate público a través de entrevistas en medios y como panelista en programas de opinión.
Sin embargo, uno de sus más acérrimos enemigos internos, el diputado Fidel Espinoza, advirtiendo que "el eje Martínez-Escalona no permitirá reformas estructurales en Chile", se está movilizando para conseguir que se le prorrogue el mandato a Osvaldo Andrade en la presidencia del PS -para lo cual se requiere una reforma estatutaria-, punto que podría debatirse en el comité central del 9 de agosto próximo.
"Hay personas a las que no les agrada que yo pueda tener una mirada del proceso de reformas que encabeza la Presidenta Bachelet. Ahora inventan que el problema es que Escalona pueda ganar las elecciones así que no hagamos elecciones. ¡Es una pobreza de argumentos muy grande!", reaccionó el aludido.
-Estamos viendo señales cada vez más nítidas de la fragilidad de la Nueva Mayoría. La distancia que separa conceptualmente los proyectos políticos de la DC y el PS es evidente, y eso queda patente en la reforma educacional, donde la DC está dando una batalla por la sobrevivencia de su identidad. Ese contexto es lo que explica el discurso que hoy está levantando Gutenberg Martínez, y también está detrás del de Camilo Escalona. Ambos representan el espíritu de la vieja Concertación y su forma de hacer política, que contrasta con el de la Nueva Mayoría. Allí donde la Nueva Mayoría es refundacional, la Concertación es reformista; si la NM apela a las mayorías, la Concertación se afinca en la política de los acuerdos.
-A cuatro meses de gobierno la cultura política de la Concertación se está imponiendo sobre la Nueva Mayoría. Se impuso en la reforma tributaria, que era de mayoría simple y no requería de los votos de la derecha. Hoy vemos a Eyzaguirre abriéndose al diálogo y a modificar el proyecto para buscar un acuerdo más amplio; esa lógica no es la de la Nueva Mayoría, no es la de Quintana y la retroexcavadora.
-Bachelet conecta con la supervivencia política, por lo tanto si para ganar fue funcional estar unidos con los sectores autoflagelantes pero para gobernar hay que hacerlo con los autocomplacientes, no le va a tiritar la mano en moverse hacia los segundos y buscar los acuerdos que sean necesarios si de esa manera ella puede mantener capital político y tener éxito en su segundo gobierno.
-Pese a su "receso voluntario", el liderazgo e influencia de Gutenberg Martínez permanecen intactos. Su regreso viene a romper un empate al interior de la DC entre dos visiones contrapuestas, inclinando la balanza hacia una estrategia que fortalece la identidad política de la Falange al interior de la Nueva Mayoría, para lo cual reivindicará su condición de principal partido en la coalición y mantendrá una actitud oficialistamente "matizada".
-Hay similitudes entre el "Gute" y Camilo. Ambos comparten una misma generación, experiencia, lealtad y amistad; son férreos partidarios del eje histórico DC-PS; representan más a la Concertación que la Nueva Mayoría; conservadoramente reformistas; y haciendo gala de un estilo tan pragmático como frío, tienen un fuerte instinto y sentido del poder político.
-La Nueva Mayoría, en contraste con la Concertación, es básicamente la expresión de un nuevo correlato de fuerzas al interior de la coalición, cuya pugna se instaló en la década de los 90 entre autocomplacientes y autoflagelantes. Los que ayer eran mayoría son hoy una expresión minoritaria, y viceversa. Y justamente ese cambio de escenario interno responde a una realidad política, social y ciudadana diferente.
-Si las reformas se complejizan y sobreviene una mayor cautela frente a su rumbo y profundidad, es probable pensar en un escenario donde simultáneamente Escalona presida el PS y Martínez la DC, lo que obviamente sería un cambio de cariz político y estético para el oficialismo.