Oratoria y emocionalidad entre las aristas que analizaron. Algunos recordaron la clásica ironía del ex secretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, quien antes de una conferencia de prensa ironizaba con los periodistas y les consultaba: "¿Qué preguntas tienen para las respuestas que les traigo hoy?".
1) Felipe Edwards (Azerta) 2) Javier Peralta (Nexost) 3) Magdalena Camprubí (ST Coaching) 4) Rodrigo Pacheco Newfield Network.
Según el socio director de Azerta Felipe Edwards, "pese a contar con un tono de voz un tanto agudo, el ministro la usó adecuadamente, con correcta dicción y ritmo. Eligió bien las pausas y el volumen a la hora de hacer énfasis".
Agregó que "la expresión facial, mirada y gestos reflejaron en general seguridad y aplomo. Hizo bien en privilegiar ubicar las manos en el estrado, da un punto de apoyo y seguridad, y se ve bien en TV".
Dos gestos que consideró "correctos" también fueron "las manos para complementar énfasis, sin abusar de ello", y "la extensión de espalda: un pecho amplio y relajado es recomendable para transmitir seguridad".
Javier Peralta, director de Nexos, destacó que usó pocas muletillas y tuvo un uso correcto del protocolo y los vocativos. Agregó que "alterna frases cortas con conceptos más largos. Repite ciertas frases para marcar los énfasis, acompaña sus contenidos con gesticulación. Se le ve seguro. Sin embargo, mientras escucha las preguntas del interpelador, le cuesta encontrar una posición corporal y una postura que le acomode".
Para Peralta, en el lenguaje no verbal demostró que "los focos de fijación de la vista fueron bastante dispersos", y "muchas veces parece mirar buscando respuesta en los papeles de la mesa (cuando no los necesita), recorre la sala o fija la vista en un punto indefinido".
Agregó que "la vestimenta parecía incomodarle en la gesticulación", y "se echa de menos mayor naturalidad en sus expresiones".
Según el socio director de Azerta, Felipe Edwards, el ministro y su equipo se pueden dar por satisfechos de que el diputado RN cuestionara a Peñailillo si había ido a responder al interpelador o a plantear sus propias tesis. "Aprovechó las preguntas para enviar sus mensajes", destacó el especialista.
En tanto, Peralta describió tres estrategias discursivas del ministro "muy eficaces" especialmente cuando hay público en la sala, "pero que tienen también algunos aspectos negativos". Una, "usar la cancha grande", es decir, "evitar las respuestas casuísticas y siempre responder desde la idea general, conceptual, haciendo llamados a diálogos nacionales. Esta práctica evita caer en una "guerrilla" de preguntas y respuestas con el interpelador, aunque da pie para que este lo acuse sistemáticamente de no responder".
Dos, las "ideas fuerza" o "fenicios": "El ministro utilizó en forma reiterada respuestas similares para distintas preguntas, de manera de acuñar de mejor forma sus ideas. Por ejemplo, resaltar la situación de La Araucanía durante el gobierno anterior". Acotó que "esta estrategia tiene como riesgo el parecer repetitivo".
Y tres, el "discurso institucional" o "despersonalización". Peralta explicó que el ministro "intentó -no siempre con éxito- hablar desde su cargo y de la institucionalidad que representa, y no entrar a apreciaciones personales o miradas individuales".
Dejando en claro que "no existe ninguna teoría científica que compruebe 100% el correlato entre una manifestación fisiológica y una respuesta emocional", la psicóloga de ST Coaching, Magdalena Camprubí, explicó que en la interpelación, el ministro Peñailillo "se observa inquieto, en ocasiones ruborizado, repitiendo palabras o frases y con un ritmo del habla más acelerado de lo normal. Esto puede dar cuenta de un estado ansioso, pero sin reconocer si esta ansiedad proviene de una respuesta propia del contexto o debido a la presencia de vergüenza, temor o inseguridad". Es decir, añadió, "podemos relacionar señales como inquietud motora (hiperkinesis), ruborización, etc., con una respuesta emocional tan amplia como la ansiedad, sin reconocer la causa a la base de esta".
En tanto, el director regional de Programas Nuevos Avanzados de Newfield Network, Rodrigo Pacheco, entregó su opinión desde el punto de vista del coaching ontológico y dijo que "el ministro se presentó por un lado con una serenidad controlada, serio, responsable, preparado, comprometido y seguro de sus planteamientos. Y, por otro lado se vislumbró poca espontaneidad, una sutil agresividad y poca apertura hacia el interpelador".
Agregó que "si vamos más al detalle, se puede percibir cierta inseguridad en su trasfondo emocional. Hay señas gestuales y de respiración que reafirman eso: Levanta sus cejas, respiración muy breve, tono de voz agudo y esporádicos titubeos en su relato".