Fue un activo protagonista del encuentro del sábado donde el PPD tributó un clamoroso respaldo a sus ministros más emblemáticos: Rodrigo Peñailillo y Nicolás Eyzaguirre. Con una dilatada trayectoria como secretario de Estado de varias carteras -una de ellas a cargo de las comunicaciones gubernativas-, Francisco Vidal analiza la compleja situación que le ha tocado vivir al titular de Educación estos días.

-A Nicolás Eyzaguirre se lo ha visto con talante sombrío. Como amigo de hace muchos años, ¿cómo lo observa?

-Bien. Nicolás es un tipo fuerte, con un doctorado en cuero duro de la política.

-En todo caso se aprecia un claro contraste entre el Eyzaguirre empoderado del gobierno de Lagos y el ministro más bien errático de este segundo periodo de Bachelet.

-Una cosa es ser un ministro que más bien administra una situación, que ser cabeza de la reforma más importante de los últimos cincuenta años en educación. No es lo mismo. Es mucho más cómodo administrar, que cambiar.

-¿Lo de Eyzaguirre es un problema comunicacional o político?

-Claramente es un tema político y en mi opinión el problema es que todos nos hemos desordenado, particularmente en la Nueva Mayoría. Por tanto, de lo que se trata es hacer una pausa y ordenarse en determinar claramente la línea divisoria entre los que estamos porque la educación es un derecho y quienes la consideran un negocio. Eso tiene a lo menos cinco bajadas: fortalecimiento de la educación preescolar, educación pública gratuita y de calidad en todos sus niveles, fin al lucro, al copago y a la selección. La NM, sin excepción, quiere una educación que sea un derecho; la derecha, por ideología o intereses, se va a colocar en la vereda de enfrente. Eso para mí es ordenarse.

-Pero en la propia NM hay discrepancias en los instrumentos.

-Obvio. Lo que no tenemos que confundir es el objetivo principal con los instrumentos para llegar a ese objetivo. Podemos tolerar diferencias en el instrumento, pero quien no esté con los objetivos, está equivocado de coalición.

-En estos días, el ministro Eyzaguirre terminó desmentido por el obispo Vargas y el rector Peña, mientras la diputada Vallejo (PC) exigía "prolijidad".

-Ha sido un traspié claramente. No ha sido un fin de semana fácil y de eso todos tenemos que aprender para no repetir errores. El ordenamiento del que he hablado es una fórmula que ayuda a eso.

-En este último traspié se dice que Eyzaguirre adelantó una definición que no se zanjó al elaborar el programa y que la Presidenta no ha resuelto.

-Manteniendo el principio habrá que ver los detalles en el articulado del proyecto de ley. Temas de la cantidad de años a financiar, la gente que se cambia de carrera, son instrumentos que se ajustan, pero que no modifican el principio.

-El ministro del Interior tuvo que salir a corregir al titular de Educación.

-El jefe de gabinete está para coordinar el gabinete y si alguien ha planteado algunas dudas sobre planteamientos programáticos centrales, tiene que salir a aclarar cualquier duda que exista. Eso es lo que hizo Rodrigo Peñailillo y esa es la pega de un ministro del Interior.

-¿"Enmendarle la plana" a sus colegas?

-La tarea de un jefe de gabinete es coordinarse con sus colegas y si alguno ha quedado con dudas, aclararlas y bajar la línea. Para eso está el ministro de Interior, obviamente en acuerdo con la Presidenta.

-¿También es parte de la pega "intervenir" otro ministerio? Como se dijo por la llegada de Harold Correa.

-Tengo experiencia y doctorado en tergiversaciones del punto de vista mediático. La derecha está en campaña de derribar a Eyzaguirre y para eso está usando todas las formas de lucha.

-¿La suerte de la reforma está atada a la suerte del ministro Eyzaguirre?

-No, los ministros siempre hemos sido agentes operativos de un proyecto de gobierno, yo nunca he vinculado el destino de una persona a una reforma estructural.

-Pero el senador Rossi (PS) dijo que la salida de Eyzaguirre sería el fin de la reforma educacional.

-Esa es una exageración, aquí lo que importa son las ideas; los ministros son transitorios por definición, las ideas y las reformas son permanentes. Ahora, yo viví varias crisis de gabinete y no veo una situación así en la actualidad.

-¿Cuánto de las dificultades que ha tenido Eyzaguirre son atribuibles a la oposición, cuánto a "fuego amigo" y cuánto a intereses corporativos?

-Contra la reforma educacional se ha levantado una barrera que reúne distintos intereses, pero en el fondo la mayor oposición viene de una ideología que ve a la educación, la salud, la previsión como una oportunidad de negocio.

-El movimiento estudiantil tampoco le ha dado tregua al ministro.

-Con el movimiento tenemos coincidencia estratégica, quieren una educación gratuita y de calidad. Tenemos diferencias en los ritmos e instrumentos, pero eso es natural, lo mismo ocurre en la NM. De repente tenemos matices, como diría Ignacio Walker, pero nadie, públicamente al menos, se ha opuesto a los principios.