Política
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Eyzaguirre y el crítico diagnóstico de La Moneda

En Palacio creen que la intervención en el Mineduc ordenó la cartera, pero aún ven «fuera de foco» al ministro, quien impulsa un plan para retomar el control del inestable debate.  

por:  Mariajosé Soto y Claudio Salinas
viernes, 18 de julio de 2014
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El lunes al mediodía, Nicolás Eyzaguirre (Educación) esperó en una oficina de La Moneda mientras Rodrigo Peñailillo (Interior) hablaba con la prensa, tras la reunión de comité político con los timoneles oficialistas. "La democracia de los consensos es de otra época, de la época de la transición", dijo el jefe de gabinete.

Minutos después, sin embargo, el ex titular de Hacienda salió a los patios de Palacio y enfrentó los micrófonos con un tono distinto: "Nuestra disponibilidad a un acuerdo es completa; lo que resta por saber es si la oposición se va a sumar o no a ese acuerdo".

En La Moneda reaccionaron con sorpresa. No sólo porque la idea de que Peñailillo marcara públicamente distancia con la idea de los "consensos" había sido acordada el fin de semana entre el jefe de gabinete y la Presidenta Michelle Bachelet. Sino también -y sobre todo- porque en el comité político de ese lunes, con Eyzaguirre presente, Peñailillo había sido claro en señalar que asumiría dicha línea. Esto, para calmar la inquietud del ala izquierda del bloque -PPD, PC, IC y MAS- desde donde pedían que en Educación no se reeditara el acuerdo que Hacienda había sellado con la Alianza para la reforma tributaria.

El episodio reforzó una conclusión que ronda en varios despachos de Palacio: si bien la «intervención» de Peñailillo en el Mineduc, el cambio de asesores de Eyzaguirre -con la llegada del PPD Harold Correa, amigo personal del titular de Interior, como su jefe de gabinete- y el desembarco del DC Andrés Palma como secretario de la reforma han ordenado la gestión política de la cartera, el secretario de Estado aún se mantiene «fuera de foco», sobre todo en su performance comunicacional.

De hecho, en el oficialismo dicen que hace algunos días Peñailillo tuvo una nueva conversación con Eyzaguirre, en que volvió a instarlo a terminar con algunas deficiencias políticas y comunicacionales. En el Mineduc no se refirieron al tema.

El análisis que se hace en La Moneda es que el pacto logrado por Alberto Arenas (Hacienda) para el ajuste tributario pone una fuerte presión a Eyzaguirre para seguir el mismo libreto. Tanto desde la DC como desde RN pidieron en los últimos días reeditar un consenso.

En esa línea, se agrega que en ambos casos las reformas perdieron respaldo ciudadano y sobre todo de la clase media. Según Adimark, la reforma educacional pasó de 58% de apoyo en mayo a 49% en junio. La tributaria había caído, en el mismo sondeo, de 51% a 45%.

Sin embargo, dicen en el oficialismo, también hay condiciones muy distintas para ambos secretarios de Estado. Primero, varios en la Nueva Mayoría creen que Eyzaguirre ha «perdido el control» de la comisión de Educación de la Cámara Alta. A diferencia del escenario que enfrentó Arenas, donde la comisión de Hacienda del Senado estaba integrada por perfiles proclives a un acuerdo con la Alianza -como Andrés Zaldívar (DC) y Ricardo Lagos Weber (PPD)-, el debate en Educación ha catalizado las profundas tensiones entre la izquierda y la DC.

Así, el timonel del PPD, Jaime Quintana, y el senador PS Fulvio Rossi han extremado enfrentamientos con el presidente falangista, Ignacio Walker, en el marco de la comisión respectiva. "En esto sí que va a haber retroexcavadora", señala Quintana. "Me gusta la palabra consenso", dijo hace algunos días Walker. "El problema es la DC", lanzó por su parte Rossi.

Pero, además, en La Moneda se admite que la reforma en educación es mucho más amplia y con un debate ideológico más pronunciado que en el ajuste tributario: el fin al lucro, el término de la selección, la desmunicipalización y las críticas a lo que en la Alianza califican como "fin a la libertad de enseñanza y de los padres para elegir colegios" complejizan mucho más un eventual acuerdo.

Este contexto, agregan en el gobierno, se pone mucho más cuesta arriba en la medida en que Eyzaguirre aún no encuentra el tono para defender públicamente su agenda. En La Moneda aún recuerdan declaraciones como cuando planteó como prioridad "bajar de los patines" a la educación particular para igualarla a la "descalza" educación pública.

"Si bien el ministro no es un especialista en educación, está muy encima de los temas, tiene buenos asesores y es un hombre calificado... lamentablemente, algunas de sus metáforas no han sido muy felices", indica el presidente de la comisión de Educación de la Cámara Baja, el diputado Mario Venegas (DC).

El martes, en la reunión de bancada de los diputados PPD en Valparaíso, algunos dijeron haber recibido reclamos de dirigentas de sus distritos tras escuchar en terreno a Eyzaguirre explicando sus proyectos. "Ni él conoce su reforma", fue una de las frases que dijeron haber escuchado los parlamentarios.

En La Moneda monitorean cada una de las frases del ministro. Ahí tampoco se vio con buenos ojos que ayer, al lanzar los diálogos ciudadanos -al que invitó a los dirigentes estudiantiles-, dijera que "aquellas coincidencias que tengamos entre la opinión ciudadana y el contenido fundamental del programa de Michelle Bachelet van a ser más que acogidas. Cuando haya opiniones contradictorias con el programa, obviamente, con mucha transparencia diremos «esto no lo podemos acoger»". "Se entendió un desinterés por escuchar", dicen en Palacio.

La contraofensiva del ministro

El martes, Eyzaguirre recibió a la «bancada estudiantil», integrada por Camila Vallejo, Karol Cariola, Gabriel Boric y Giorgio Jackson. Aunque la cita fue pedida por los parlamentarios, la reunión se inscribió en una serie de señales para bajar la inquietud ante el eventual regreso de la "política de los consensos". Y hoy recibe a Revolución Democrática.

Pero la apuesta para retomar el control de la agenda no apunta sólo a los estudiantes. Por un lado, se ha fortalecido la gestión política en el Mineduc: Harold Correa abrió un permanente con parlamentarios y comenzó a anticipar conflictos -como una negociación salarial con los profesores- y Andrés Palma trabaja en indicaciones para la reforma. Para ello, se ha reunido varias veces con la ministra Ximena Rincón (Segpres).

"He estado con Correa y ha tenido muy buena disposición a atender nuestros requerimientos... Hasta ahora no hemos tenido contacto con Palma, pero me parece bien que alguien se haga cargo de este asunto", dice el diputado Venegas.

Además, el ministro estrenó un nuevo diseño comunicacional: inició la entrega de dípticos sobre la reforma, que serán distribuidos por los seremis de Educación. También se divulgarán videos, donde el propio ministro aparecería respondiendo dudas de alumnos, apoderados, sostenedores y diversos representantes del mundo educativo.

En el oficialismo esperan que Eyzaguirre muestre un despliegue distinto en los próximos días. Aunque no pocos señalan que, cuando la reforma llegue a sus horas críticas en el Congreso y sea necesario amarrar un acuerdo, Peñailillo asumirá un rol clave. El jefe de gabinete ya estuvo presente en la cita de Eyzaguirre con los parlamentarios de la DC, hace algunas semanas.

 El gesto a los independientes

El lunes, Nicolás Eyzaguirre y Andrés Palma se reunieron con los senadores independientes Carlos Bianchi y Antonio Horvath. "Hemos pedido al ministro trabajar con nuestros equipos en la reforma educacional... El ministro ha aceptado incorporarlos en las comisiones de trabajo antes de que los proyectos lleguen al Congreso o sean modificados", dijo Horvath.

En paralelo, en la Alianza están conscientes de que Eyzaguirre no tiene espacio hoy para abrir diálogo con la oposición, pues enfrentaría las críticas de la izquierda.

Mientras, dicen cercanos al senador Andrés Allamand (RN) -quien esta semana llamó al titular de Educación a replicar el acuerdo de Arenas-, el sector fortalecerá sus nexos con los apoderados y sostenedores críticos a la reforma.

Analista Max Colodro: "Es difícil que él pueda proyectarse a través de estas reformas"

-¿Cómo describe el momento que vive el ministro Nicolás Eyzaguirre?

-Difícil, las reformas que se presentaron generaron muchas más críticas de lo que se pensó; hay un nivel de desconfianza muy grande, tanto en sectores de apoderados, sostenedores de colegios; en la Nueva Mayoría no hay acuerdo respecto de las prioridades, para un sector importante se debía comenzar por fortalecer la educación pública, por la carrera docente y la desmunicipalización, y no por la discusión sobre el aspecto financiero derivado del tema del lucro y del copago.

-¿Un error de diseño?

-Hay un error de diseño en la reforma, de prioridades. Se puso el foco más bien en la clase media, que en los sectores más vulnerables. Un tema de fondo: no hay un consenso claro en la NM de qué hacer en educación, hay posiciones bien discrepantes. Y ha habido más bien un problema de definiciones políticas equivocadas.

-Algunos piden replicar el acuerdo tributario; otros por ningún motivo. ¿Está entre la espada y la pared?

-Con el precedente de la reforma tributaria, tiene un margen mucho más escaso para moverse en la búsqueda de acuerdos con sectores de oposición. Para un sector de la NM fue un golpe muy duro y le van a restringir mucho su capacidad de maniobra, es un problema para él.

-¿Cómo se ha manejado el ministro?

-Ha tenido muchas expresiones desafortunadas que le han restado credibilidad a cosas en las que él ha tenido definiciones correctas y que han quedado tapadas por estos errores comunicacionales.

-El Gobierno intentó instalar un mensaje de educación pública, tras la polémica por la "compra" de colegios. ¿No lo logró?

-No lo ha logrado todavía. La gente percibe que la educación pública todavía no está colocada en el centro de las prioridades. Tengo la sensación de que el ministro tiene una situación política bien complicacomplicada dentro del propio ministerio: toda la llamada intervención política, la llegada del jefe de gabinete que responde más bien al ministro del Interior, la llegada de Andrés Palma, la pérdida de influencia de RD, de la propia subsecretaria. Esos movimientos dentro del Mineduc han dejado la sensación de que el ministro no está plenamente empoderado, ni hay plena confianza de La Moneda en Eyzaguirre del punto de vista de su manejo político. Hay una sensación de que hay una pérdida de confianza de La Moneda en lo que el ministro estaba haciendo.

-Pero el ministro se empeña en señalar que no es efectiva la intervención...

-Es difícil negarlo. Es muy extraño que ni el ministro, ni la subsecretaria estén a cargo de la reforma, y se nombre un secretario ejecutivo.

-Comparando con el escenario que enfrentó Arenas, ¿qué diferencias ve?

-Una de las dificultades que enfrenta Eyzaguirre es que sus reformas tienen a la calle de protagonista, por tanto, estos actores sociales le dificultan mucho el margen de maniobra. La reforma tributaria era más técnica; ahí no están los movimientos sociales sobre la mesa.

-¿Qué debería hacer el ministro?

-Evitar enviar proyectos sin consenso.

-¿Qué pasa con la proyección presidencial de Eyzaguirre?

-El ministro está pasando por un mal momento, es de los peor evaluados en las encuestas. Tiene que ver con su gestión en educación, que la reforma ha perdido el foco y que hay actores relevantes que están haciendo una oposición mucho más activa, como padres y apoderados. El ministro tiene el desafío de sacar adelante la reforma. Si logra que la población perciba que hay logros, puede perfilarse; si no, puede terminar pagando costos políticos muy altos. Yo veo difícil que él pueda proyectarse políticamente a través de estas reformas, porque el tiempo de maduración de ellas es mucho más largo y los plazos no le dan para proyectar una candidatura para el 2017.

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