En pocos meses comenzará a operar la nueva ley de lobby. Cómo llegó Correa a ser símbolo de la gestión de intereses.
Es uno de los pocos lobbistas que se proclaman como tales, ad portas de la entrada en vigencia de la nueva ley que busca regular el cabildeo, la cual espera un reglamento en revisión en la Contraloría.
Y en el mundo de la gestión de intereses, donde los contactos son la clave, la transversalidad de Enrique Correa Ríos es emblemática. Tanto así, que estuvo a punto de plasmar un entendimiento con una sociedad de los ex ministros Andrés Chadwick, Pablo Longueira y el abogado Luis Hermosilla, que se truncó por decisión de estos últimos, cuando la consultora LCH&H que éstos habían creado en abril, terminó de manera abrupta.
Pero su influencia no sólo se percibe en el ámbito público, sino también en el privado, pasando por las cúpulas del mundo empresarial, religioso, social, cultural y hasta deportivo (no olvidar que tuvo la cuenta de Blanco y Negro S.A.).
Atento a los detalles, su faceta oficial de asesor y lobbista la realiza mediante su conocido holding de consultorías "Imaginacción" aunque también se maneja con otras sociedades, como la EIRL (empresa individual de responsabilidad limitada) que lleva su nombre y a través de la cual factura sus charlas, participación en seminarios y asesorías puntuales como la que hace al Banco Central (cuyo director de Comunicaciones, Luis Alvarez, también trabajó en Imaginacción).
Mediante pro bono, su holding presta ayuda a instituciones como Educación 2020, el Museo de Arte Contemporáneo y la Fundación Salvador Allende.
Pero sin contrato su rol se extiende a las artes (fue representante de la Fundación Andrés Pérez y director de la Fundación de Artes Visuales de Santiago) y la Iglesia Católica (ver recuadro).
Su paso por La Moneda (entre 1990 y 1994) como ministro portavoz, además de brindarle experiencia le permitió reclutar a jóvenes políticos que trabajaron con él como Marcelo Díaz (PS), Marco Antonio Núñez (PPD); o bien aquellos que conoció por su actividad partidaria como Carolina Tohá (PPD), Jorge Insunza (PPD), Freddy Ponce (PS), Alvaro Elizalde (PS), la esposa de éste, Patricia Roa (PS), y Harold Correa(PPD) (ver Infografía).
En 2009, Correa levantó una plataforma especial para catapultar a estas figuras en el ámbito político: La Fundación ProyectAmérica, organismo al que confluyeron jóvenes líderes de otros partidos como el hoy intendente Claudio Orrego (DC) y el senador Felipe Harboe (PPD), quienes, por su carácter más independiente, nunca sintonizaron con el mundo de los Correa's boys. Aunque ProyectAmérica quedó en suspenso, permitió a Correa establecer un diseño político propio con quienes él considera no sólo serán las nuevas generaciones de políticos, sino aquellos que participarán en el circuito presidencial. De hecho, sigue manteniendo reuniones habituales con ellos para analizar y desmenuzar el acontecer político.
Si bien sus consultores son asiduos visitantes del Parlamento, éste no es precisamente su verdadero nicho de poder. De hecho, a ninguno de los parlamentarios que les son cercanos le ha pedido alguna vez una forma de votación: "es demasiado respetuoso de las personas para pedir votos, él es mucho más sutil, sólo deja ver su opinión", reconoce un legislador.
La mayor influencia la tiene hoy en La Moneda, en la redacción de proyectos y en la formulación de la gran política. Así lo destacan algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría que conocen el trabajo de Correa. Pero esa llegada no pasa precisamente por su hijo Carlos -subdirector de la Secretaría de Comunicación-, sino por otras esferas. Especialmente en la Secretaría General de Gobierno, dirigida por Alvaro Elizalde. En este ámbito tampoco obliga... pero sugiere.
Aunque su origen en política no fue el socialismo, la figura de Salvador Allende caló tan hondo en este filósofo que una de sus metas autoimpuestas es mantener viva la herencia del ex Mandatario. Por eso integra la Fundación Allende, que se inauguró cuando todavía era ministro y ha estado siempre junto a la familia del ex Presidente.
No obstante, en 2012, la estrecha relación estuvo a punto de trizarse cuando consultores de Imaginacción llegaron al comando de Maya Fernández (nieta de Salvador Allende) con una encuesta realizada por la misma consultora que auguraba una aplastante derrota. La solución que recomendaron los consultores era hacer un giro en las actividades comunicacionales de la candidata y propusieron utilizar los servicios de Sistema Consultores (fundada por Jorge Insunza en 1996). Pese a las sugerencias, Maya y su comando se negaron y siguieron desarrollando su propia estrategia electoral.
El empate técnico entre la bióloga y Pedro Sabat no tenía nada que ver con el desastre previsto por Imaginacción y la alcaldía se definió en el Tribunal Electoral.
La hoy diputada Maya Fernández declinó referirse al punto. "No voy a hablar de las municipales", dijo sin negar la situación. No fue la única vez que "Imaginacción" recomendó a Sistema Consultores, que se convirtió en la encargada de la campaña municipal del PPD en 2012. Evento que les permitió facturar un millón de dólares, según cifras entregadas al Servel.
El holding Imaginacción está compuesto por cuatro sociedades: asuntos públicos, comunicación estratégica, diseño de negocios y encuestas.
La cabeza es un directorio presidido por Correa, y en el que además participan su hijo Nelson, Marcela Noé Echeverría (quien fue su jefa de gabinete y asesora en sus tiempos de ministro) y el abogado Eduardo Báez (ex Izquierda Cristiana, ex alcalde de Lo Espejo por el PPD).
Gracias a las cuatro áreas de la firma, Correa tiene como socios a Carmen Celedón Cariola (sobrina del octogenario publicista DC Jaime Celedón y ex subdirectora de Cieplan), Sergio García Opazo (ex director del Instituto Nacional de la Juventud), Leonardo Cortés (gerente de asuntos corporativos de Nextel); Rodrigo Quintana (abogado consejero del Consejo de Defensa del Estado; Carlos Cruz (ex ministro de OO.PP.) , Eduardo D'Hainnaut (estrecho colaborador de Cruz) y Luis Eduardo Escobar (ex FMI).
Eso, sin contar a los consultores que incluye a Juan Carvajal (ex Secom en el primer gobierno de Bachelet) y al abogado Natalio Dorfman (ex asesor en la SegPres cuando José Antonio Viera-Gallo era ministro).
60 personas son las que trabajan en el holding Imaginacción. Los acercamientos con la Colonia DignidadEl contrato que casi fueA fines del verano de 2012, una pareja llegó hasta el piso 24 de Providencia 1760 para reunirse con Correa. Iban a sondear la posibilidad de que la consultora trabajara con ellos para revertir la mala imagen que su comunidad arrastraba. Martín Mathussen y Ana Schnellenkamp (descendientes de dos de los jerarcas de Colonia Dignidad) llegaron gracias a las gestiones de un abogado. Pero no suscribieron un contrato porque, según los alemanes, los honorarios por seis meses eran demasiado altos: $40 millones.
La anécdota refleja que el prestigio de Correa seduce a todos. Entre 2007 y 2011, el área de Imaginacción Comunicación Estratégica materializó contratos con varios organismos públicos. Según registros de Mercado Público entre 2008 y 2009 prestó asesoría comunicacional a la Subsecretaría de Planificación (dirigida entonces por el DC Eduardo Abedrapo) por $11 millones anuales; hizo talleres de vocería para defensores laborales (pagado por la Subsecretaría de Justicia); seminarios para los gobiernos regionales de Coquimbo y La Araucanía; diseño, estrategias y elementos gráficos para Cochilco; talleres para la Subpesca; asistió a los municipios de Laguna Blanca y Torres del Paine; y organizó eventos para el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Y en 2011 realizó seminarios de manejo de conflictos y comunicación para la Dirección Nacional de Servicio Civil ($20 millones).
La nómina del mundo privado es mucho más extensa e incluye, además de la representación de algunas mineras (por lo cual renunció al PS cuando se debatía el royalty), a TVN, Nextel, Puerto de Antofagasta, SQM, Cruz Blanca, Asociación de Isapres, de Notarios y Conservadores; de Municipalidades; de Avisadores A.G. (ANDA); de Mutuales de Seguridad, Banco del Desarrollo, Cemento Melón, Consalud y a la Asociación de Desarrolladores de Video Juego de EE.UU. (ESA).
