José Antonio Viera-Gallo, Eugenio Guzmán y Camilo Feres entregan su visión del pacto con Amplitud, sin RN.
1) Camilo Feres. 2) José A. Viera Gallo. 3) Eugenio Guzmán.
Un papel con un montón de firmas de parlamentarios de Amplitud y de la bancada independiente de la Cámara de Diputados es el «salvoconducto» que el ministro del Interior Rodrigo Peñailillo usará para cumplir uno de los mayores anhelos de la Presidenta, Michelle Bachelet: poner termino al sistema binominal, una de las herencias del régimen militar.
La operación política del jefe de Gabinete -que descolocó a RN- fue criticada reservadamente en la DC, donde esperaban un acuerdo «amplio» que incluyera a Renovación Nacional. Varios apuntaron a que un pacto con sólo algunos parlamentarios descolgados de sus antiguos partidos -como los ex RN de Amplitud- no era seguro ni daba legitimidad en el tiempo a esta reforma.
Sobre cuánto de riesgo y de acierto hay en el acuerdo sellado por Peñailillo, las opiniones son matizadas. Los analistas valoran que se logre reunir los votos «de al frente» sin tensionar las filas propias, pero al mismo tiempo advierten que el acuerdo es frágil. Y que, sin duda, sube el precio que deben pagar desde la Alianza para eventuales entendimientos posteriores.
"Consiguió el objetivo que buscaba", es una de las frases que varios usan para valorar el acuerdo sellado por el ministro del Interior. El hecho de que no tuviera que tensionar a la Nueva Mayoría para comprometer los votos que necesita para aprobar el proyecto de ley de cambio al binominal es una de las fortalezas del pacto.
Para el analista Camilo Feres, el ministro cumplió la función que tiene como conductor del Gabinete: "consiguió con el mínimo de modificaciones el máximo de votos... Si logra un acuerdo cuyo resultado no provoca una tremenda tensión al interior de su propia coalición está bien".
En la misma línea, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, dijo que para La Moneda los votos de RN no eran de vida o muerte. "¿Para qué necesita Peñailillo todo RN, si necesita un senador y un par de diputados y con Amplitud lo logra? ¿Para qué pagar tantos costos con un partido si no lo necesita completo?", sostuvo.
A juicio del ex ministro Segpres de Bachelet en su gobierno anterior, José Antonio Viera-Gallo (PS), "si no hay una buena disposición de los partidos más grandes hay que buscar las mayorías donde se pueda, eso pasó muchas veces en el pasado. Por ejemplo, en el financiamiento del Transantiago", indicó.
¿Hay riesgo en negociar con movimientos chicos en vez de acuerdos transversales con partidos más grandes? Viera-Gallo responde que sí. "Cuando hay la aprobación de un proyecto, en este caso el binominal, con un margen tan estrecho de votos, siempre es riesgoso porque algo puede ocurrir en cualquier momento. Pero si no ha habido posibilidad de un acuerdo más amplio, no queda otro camino", sostiene.
A su turno, Eugenio Guzmán advirtió que el acuerdo podría quedar en nada. "Todavía es muy apresurado decir que aquí va a pasar algo. Hasta que esto no se vote, yo veo que falta", indica.
Más optimita se mostró Camilo Feres, para quien "Peñailillo no hizo una apuesta revolucionaria, ni súper arriesgada, condujo una negociación, mostró su disposición al diálogo con distintos actores y luego se quedó con los actores que, al mismo tiempo de entregarle los votos necesarios, le hacían el mínimo de modificaciones al proyecto. Eso es razonable".
El hecho que Peñailillo optara por un acuerdo de corto alcance, sin sumar a RN, constituye para varios dos señales. Primero, la administración de Michelle Bachelet no dará un giro en busca de reeditar la política de los «grandes consensos» que primó en los años 90 (situación ya internalizada por varios en la oposición, donde vienen reclamando desde hace semanas por el "pasar la aplanadora" de La Moneda en el Congreso, aprovechando sus mayorías).
Y segundo -en caso de que el acuerdo con Amplitud se traduzca en los votos para eliminar el binominal-, el mismo hecho de no sumar a RN es una demostración de las amplias espaldas oficialistas en materia de respaldo en el Congreso y una señal de que, si alguien de la Alianza quiere «aparecer en la foto», deberá aceptar el rayado de cancha de La Moneda.
Sobre el punto, Eugenio Guzmán señaló que "cualquier negociación que haga Peñailillo con un partido es mucho más costosa, tiene que poner mucho más fichas que si lo hace con una agrupación como es Amplitud y logra su objetivo".
En tanto, Feres indicó que si bien la forma en que la autoridad operó no se puede entender como una fórmula que se aplicará automáticamente para enfrentar futuros procesos -como la aprobación de la reforma tributaria, en que la DC busca un entendimiento con RN-, la señal del pacto acotado con Amplitud apunta a que "el Gobierno tiene que buscar un stock de acuerdos o de votos que le permita no quedar rehén de facciones o partidos de su propia coalición. Siempre es deseable tener un acuerdo más grande y que no dependa de que se te descuelgue uno u otro".
Parte de esa presión que pone La Moneda sobre la Alianza es la división que el acuerdo generó al interior de la oposición, con críticas desde RN a Amplitud y advertencias desde la UDI a la tienda de Antonio Varas para no respaldar al gobierno.
Así, mientras Guzmán aseguró que "lo único que tengo claro es que esto es más bien un conflicto entre Amplitud y RN", Feres hizo ver que ambos tenían la misma estrategia política: buscar un acuerdo con el Gobierno donde uno de ellos fuera el protagonista. "Hay una diferencia de tamaño entre Amplitud y RN, pero no de estrategia: ambos negociaban un acuerdo con el Ejecutivo, que en caso de suscribirlo comprometía los votos que ellos representan y no necesariamente lo iban a someter algún tipo de consideración del resto de sus socios de coalición", aseveró.
