"Ha sido un mes movido", comenta Guillermo Teillier, presidente del PC, al evaluar su paso como portavoz del bloque oficialista que le correspondió en el marco del sistema de turnos de la Nueva Mayoría (NM) y que el lunes traspasará a la Izquierda Ciudadana.

-¿Qué evaluación hace de su rol de vocero?

- Creo que cumplí, no le di un matiz propio y fui cuidadoso en transmitir lo que se había acordado unánimemente. Es el mes en que se produjeron los famosos matices de la reforma tributaria, que seguramente no van a terminar ahora.

Puedo decir con satisfacción que en las reuniones del comité político y de la Nueva Mayoría las cosas se fueron suavizando, en las consultas con los ministros y discusiones parlamentarias se fue dando salida a las preocupaciones más grandes de algún sector. Y vamos directo a la aprobación en la Cámara.

-En el Senado ya se anuncian intentos de nuevos cambios.

-Viene la prueba del Senado. Pero pasará lo mismo: Aquí no hay una negativa del Gobierno a conversar y hay un claro acuerdo de los presidentes de la NM de no afectar el objetivo de recaudar 3,02 puntos del PIB y obtener recursos para la educación. Si alguien cree que puede mejorar la reforma, tiene que dar de inmediato propuestas.

-¿Cuánto peso real puede tener una vocería del bloque, si después salen los presidentes de partido haciendo las declaraciones que quieren? Como la entrevista de Ignacio Walker (DC) marcando posiciones.

-No todos dicen lo que quieren...lo de Ignacio de repente es reiterativo, plantea posturas que ya se han discutido, ya lo conocemos. Pero el vocero tiene que cumplir con lo que se acuerde. Y aquel que se salga del acuerdo, tiene que responder por sus dichos.

De manera privada nos hacemos críticas entre nosotros. No le tenemos miedo a los matices, ni a que se expresen. Me preocupa que pese a tener la posibilidad de plantear las cosas internamente, alguien salga con una frase que menoscabe el proyecto de ley, y le echemos agua al molino de la derecha, donde hay una verdadera campaña del terror financiero. Si de nuestro lado alguien dice "se afecta esto, o lo otro", la gente piensa "a lo mejor algo hay".

No está prohibido opinar públicamente. Pero sí queremos tener la capacidad de expresar públicamente lo que queremos hacer y no crear confusiones.

-¿Este debate dejó a relucir que efectivamente son un pacto político programático y no coalición?

-Es posible. El pacto ha funcionado bastante bien hasta ahora, el programa se va aprobando y los matices son normales. Veamos cómo está ahora la derecha, que pretendía no tener diferencias.

Mi mensaje a la Nueva Mayoría es que, aunque tengamos matices, hagamos el esfuerzo de seguir trabajando de manera unitaria. Así vamos a seguir teniendo éxitos.

-¿Considera correcto el video del Gobierno? Los empresarios lo consideraron populista y odioso.

-No tiene nada de populista, ni de odioso. Sólo informa y sale al paso a la desinformación de la derecha.

-¿No es confrontacional?

-Si nos han tratado de manera tan dura, no queda otra. Pero no se está buscando la confrontación.

-Walker llamó a "cuidar el lenguaje".

-Lo mismo le diría yo a él.

-Y Andrés Zaldívar planteó evitar situaciones que provoquen agresividad.

-Sí, estamos de acuerdo. Que con las palabras se debe evitar la agresividad. Eso en general es para todos...

-¿No cree que hay un ambiente crispado?

-No. La gente observa que la derecha está tratando de desacreditar y que no le va a resultar. A lo mejor hay crispación en la élite, la UDI se siente arrinconada porque ve que se está cumpliendo el programa.

-Jaime Quintana (PPD) dijo que la UDI está en una campaña odiosa "comparable con lo que era el régimen Nazi". ¿Qué piensa?

-La UDI sobre mí ha dicho varias "lindezas", pero no respondería con la misma moneda. Decirles nazi es mucho. La NM tiene que actuar con la tranquilidad de que es la mayoría en el país. ¡Para qué ofuscarnos! No es necesario llegar a extremos en las palabras.

-¿Y el tono de los dichos de Marcelo Schilling aludiendo a la lucha de clases y a un Marx resucitado?

- Marx ha existido siempre, tranquilamente. Y no andamos buscando contraponer una clase contra otra clase. Hay un sector que está trabajando por el país entero, no para una clase, sino para el país. Lo mejor es que se luche por favorecer el desarrollo de todo el país. Si hay mejores condiciones de vida, los que se ven beneficiados mayoritariamente son los trabajadores.